Crítica: Gaahls Wyrd “Ghosts Invited"

Si amas el metal y te digo Kristian Eivind Espedal, posiblemente no te suene el nombre, si te menciono a Gorgoroth, seguramente sí, pero si hago lo propio con Gaahl, arquearás las cejas mientras en tu cabeza se agolpan todo tipo de recuerdos; como los propios discos con Infernus, la impactante presentación de God Seed en Wacken, sus escarceos con Wardruna y también sus polémicas declaraciones, sus a veces infantiles entrevistas, sus problemas con la justicia y, por supuesto, la innecesaria declaración de su homosexualidad y los cientos de memes y burlas, demostrando que el mundo del metal quizá, sólo quizá, no sea tan tolerante y de unicornios entre nubes de azúcar, como muchos nos quieren hacer pensar, cuando pintan ese estereotipo tan bonito. La carrera de Gaahl ha sido un poquito zigzagueante desde que entrase en pleito con Infernus, disputándose el nombre de Gorgoroth e, incomprensiblemente, firmase el certificado de defunción de God Seed, desapareciendo de la faz de la tierra. Tuve la oportunidad de verles en directo en tres ocasiones y, aunque Gaahls WYRD, sea un poco más abierto de miras e incluya otras sonoridades, pocas diferencias hay con la banda que capitaneaba junto a King Ov Hell.

Con la ayuda de Lust Kilman (Ole Walaunet) a las guitarras, y los misteriosos Eld y Spektre (o no tanto, Frode Kilvik y Kevin Kvåle) al bajo y batería respectivamente, “Ghosts Invited” es un álbum interesante, pero carece de unidad; es black pero hay mestizaje de estilos, es acústico, es… ¿qué es? Esa misma naturaleza que en otros discos aporta variedad, en el trabajo de Gaahl causa desorientación debido a que, aunque todo lo hemos escuchado actualmente, ni siquiera su versátil voz es el hilo conductor; habrá momentos de chiste (como “Ek Erilar”, en la que suena tan poco natural como forzado en lo que parece un intento por calzarse la garganta de alguien que no es), de opereta (la propia “Ghosts Invited”) y, por el contrario, otros como “From The Spear” en los que se le siente cómodo bajo un aspecto puramente black o sus ya conocidos recitados, “Carving The Voices”, que recordarán a los Gorgoroth de hace muchos, muchos años, aunque la base musical sea completamente diferente.

Gaahl demuestra que sale victorioso en canciones como “Veiztu Hve” en la que lleva su propia propuesta a terrenos más conocidos y funciona, de no ser porque esta canción en particular, termina evolucionando a algo muy diferente y las dobles voces, a partir de la mitad, la hacen perder vuelo. La voz, la voz, la voz… porque estamos hablando de un álbum de Gaahl y la música, por suerte o por desgracia, aunque resulte, es corriente y moliente, suena bien pero no espectacular, hay buenas ideas, pero no demasiadas y, en muchos momentos, es totalmente plana, resultando un lienzo en blanco para Gaahl. Por ejemplo, la mencionada “Veiztu Hve” tiene momentos muy interesantes, riffs impropios del género y una atmósfera estupenda pero las voces, el mantra en el que deviene, es francamente prescindible cuando parecemos haber entrado en bucle, justo en el peor momento de sus siete minutos de su duración.

Todo lo contrario a lo ocurrido en “The Speech and the Self” en la que tanto Kilman como Spektre o Eld se lucen para darnos en los dientes con una de las mejores composiciones de “Ghosts Invited”, haciéndome creer que el problema no es tanto de los músicos sino de la producción de Iver Sandøy. “Through the Past and Past” cierra el álbum ante la memez que es “Within the Voice of Existence”, haciéndoseme verdaderamente eterna, quizá era lo buscado, quizá no; pero “Ghosts Invited” es un álbum que cuesta escuchar de un tirón porque en él se pierde la sensación de continuidad y, mucho peor, el interés.

Gaahl es un tipo interesante, uno de los representantes del black metal de la escena noruega y quizá uno de los más polifacéticos e icónicos pero mucho me temo que su carrera seguirá siendo tan serpeante como su propia vida y la imagen que él proyecta de esta; siempre sumergido en diferentes proyectos y ninguno que termine por asentarse. Si es el primer álbum de muchos, estupendo porque es un buen punto de arranque, si esto se va a quedar aquí, es tan regular como sus sucesivas escuchas sugieren.

© 2019 Conde Draco