Crónica: Mastodon + Kvelertak (Madrid) 16.02.2019

SETLIST: Iron Tusk/ March of the Fire Ants/ Mother Puncher/ Chimes at Midnight/ Steambreather/ Precious Stones/ Sleeping Giant/ Toe to Toes/ Ghost of Karelia/ Capillarian Crest/ Black Tongue/ I Am Ahab/ Ancient Kingdom/ Ember City/ Crystal Skull/ Megalodon/ Spectrelight/ Aqua Dementia/ Crack the Skye/ Blood and Thunder/

Tras once conciertos de Mastodon a nuestras espaldas, a lo largo de los últimos trece años, y una semana de auténtico lujo con las actuaciones de Jinjer, Soilwork, Amorphis, Fallujah y Obscura, llegábamos a la sala La Riviera con la certeza de que la noche sería tan grande como acabó resultando, no era una apuesta demasiado complicada. Es verdad que es difícil defraudar cuando tienes a Kvelertak de tu lado y, en el otro, “Emperor Of Sand” o un reciente EP como “Cold Dark Place” (2017). Como también es verdad que muchos no terminan de ver con buenos ojos su último álbum, supongo que los mismos que siguen alegando que Mastodon se han entregado a la melodía, que en directo, sus juegos de voces no son como en estudio o aquellos que no terminan de disfrutar de la voz de Hinds y es que la madrileña sala colgó el consabido cartel de “todo vendido” con un público de lo más variopinto pero, sin embargo, entregado a la causa de los de Atlanta en lo que sí es un verdadero signo de su éxito y es la llegada a todo tipo de audiencias.

Los noruegos Kvelertak, salieron puntuales y no lo tenían demasiado fácil; tras la pérdida de su carismático vocalista, Erlend Hjelvik (aquel que portaba el icónico búho de la banda sobre su cabeza) se ha incorporado el delgado Ivar Nikolaisen que tenía que demostrar que su elección no había sido por casualidad y defender las canciones de “Nattesferd” (2016) pero también “Meir” (2013) y, por supuesto, “Kvelertak” (2010), una tarea nada fácil. Decir que se ganó al público es hacerle un flaco favor; Ivar se comió el escenario y las primeras filas, con su aspecto desgarbado y su chupa de cuero, nos hizo olvidarnos de Hjelvik e hizo suyas las canciones de la banda. “Bruane Brenn” y “Nekroskop” sonaron espídicas, con Rolland, Ofstad y Landa cabeceando sin descanso. 

“1985” obró el milagro de cientos de manos, mini en alto, siguiendo su contagioso ritmo ochentero, a medio camino entre el punky y el hard, de "Blodtørst" o "Evig Vandrar", las primeras filas se convierten en un remolino por culpa de “Mjød” y “Berserkr”; el escenario se les quedó pequeño, la bandera chocaba contra el techo, algunos se agarraron a ella, una guitarra cae al suelo y guitarrista y cantante nadan sobre las cabezas de todos nosotros, como si de un mar se tratase; cuando suena “Kvelertak”, la banda hace tiempo que casi ha fagocitado al artista principal y ninguno nos acordamos de la madre que parió al jodido búho, llueven púas, baquetas, sangre, sudor y toda Noruega parece atronar a través de los altavoces, Ivar Nikolaisen aprueba con sobresaliente; sencillamente un bombástico terremoto de urgencia punk y rock, tan inclasificable como siempre.

Y llega el momento de la tormenta, suena “Singin' in the Rain” a modo de introducción y Kelliher, Dailor, Sanders y Hinds toman el escenario; parece mentira lo logrado por cuatro músicos que han encajado como un meccano en una banda que resulta imposible de concebir sin tan sólo uno de ellos. El angustioso riff de “Iron Tusk” en un inicio de concierto tan musculoso como insospechado, hilvanando “March of the Fire Ants” y “Mother Puncher”, más de diez minutos de nervio y rabia entre las tres canciones, abrieron la noche en un repertorio que, aún no siendo perfecto o el que todos habríamos deseado (con grandes ausentes), fue un fiel reflejo del gran momento que atraviesan Mastodon. “Chimes at Midnight” o “Ghost of Karelia” quizá no sean las más adecuadas para un público hambriento de canciones que corear y estribillos fáciles pero, en cambio, “Steambreather” y “Precious Stones” sonaron febriles en las gargantas de todos los presentes, igual que el regalo de “Toe To Toes” con especial mención de nuestro querido Hinds.

La sangre llegó de nuevo con “Capillarian Crest” y el oscurísimo riff de “Black Tongue” de “The Hunter”, disfruté muchísimo con “Ember City” (no siendo de las más conocidas, tanto en esta, como en la gira de “Once More 'Round the Sun” su interpretación fue magnífica, me parece una gran canción). Como esa recta final con “Crystal Skull”, “Megalodon”, “Aqua Dementia” y “Crack The Skye”, no sin antes llevarnos a la mar de Melville con “Blood And Thunder” y nuestra firme promesa de volver a verles una y otra vez, dejando pasar los años a su lado.


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