Crítica: Superjoint “Caught Up In The Gears Of Application”

Vaya por delante que nunca podré estar de acuerdo con ninguna muestra de intolerancia, que nunca veré con buenos ojos la actitud de Phil Anselmo y su ya legendaría metedura de pata con el aprovechado de Robb Flynn arrimando el ascua a su sardina y esos seguidores mojigatos que aseguraban haberse quedado ojipláticos con el saludo nazi de Phil. ¿Es que acaso todas estas almas puras e inocentes han estado hibernadas los últimos veinte años? ¿Cómo es posible que varios chavales asegurasen haber tirado sus discos de Pantera tras el incidente? La respuesta quizá no resida tanto en un supuesto estado de letargo sino en la pura y supina ignorancia y quizá la edad. ¿Dónde estaban todos esos chavales ahora dolidos con Anselmo en los noventa? ¿Acaso miraban hacia otro lado cuando Dimebag lucía la bandera confederada en su célebre guitarra, ignoraban esos saludos neonazis de Anselmo o no conocían la polémica de ese “White Power” en “A New Level”? No, debe ser que no lo conocían o se fían de Vinnie Paul cuando en un ataque de fariseismo asegura que si lucían la bandera sureña era porque les gustaba como la lucían Lynyrd Skynyrd; lo peor no es haber hecho algo reprobable o haberse confundido, lo peor es tratarnos como idiotas a todos aquellos que les conocemos desde hace muchos, muchos años.


¿Apruebo la actitud de Anselmo? ¡Jamás, no podría encontrar algo más opuesto y asqueante a mi ideología y manera de entender la vida! Pero también creo que en un momento de intrascendentes ídolos pop, gente como Phil Anselmo o Axl Rose (dejemos a un lado a un descerebrado como Ted Nugent, por favor, que ya es caso aparte) siguen aportando la misma dosis de peligrosidad al mundo de la música sólo que hace muchos años no existía esta hipersensibilización que a veces impide la tabula rasa y juzga por igual absurdos traspiés –lógicamente cuestionables- con actitudes más perniciosas pero soterradas bajo el buenrollismo generalizado de aquellos que se permiten levantar la mano y apuntar. Lo que hizo fue deleznable, ¿pero nadie sabía de los antecedentes de Anselmo, por qué la sorpresa? ¡Sorprendente habría sido ver a Bono o Sting vestidos con el uniformes de las SS pero ver a Anselmo borracho como una cuba haciendo una estupidez de ese calibre es algo a lo que las generaciones que crecimos con Pantera estamos ya acostumbrados! Obviamente, que lo hiciese antes no le da carta blanca para seguir haciéndolo pero tampoco al gran público a tomar una actitud tan cínica y despreciar cualquier futuro trabajo de Anselmo. Podría citar decenas de cientos de músicos que han lucido con gallardía emblemas nazis, actitudes ‘redneck’, letras abiertamente sexistas, machistas, violentas hasta el paroxismo, racistas y tendenciosas, de mal gusto o clara y abiertamente de actitud extrema a los que el público (niños y niñas, queridos míos) parece amar y no reparar en nada de ello, tomándoselo como un chiste.

En su defensa y desde mi modesta posición, he de decir que he coincidido con él en persona en varias ocasiones y en todas me ha hecho sentir a mí y todo el que se ha acercado como si fuésemos bienvenidos, un tipo cariñoso y amigable que no duda en pasarte su email, hablar de discos y Pantera y tratarte con un cuidado y una cercancía inauditas para alguien de su leyenda. Sí, de su leyenda porque no nos olvidemos que Anselmo, por muy bocazas que nos pueda parecer, es vital para entender el metal en los noventa y, a pesar de seguir cumpliendo años, sigue teniendo la misma ilusión por la música y no duda en embarcarse en mil y un proyectos. Como anécdota, puedo recordar cuando hace casi cuatro años me llegó un email de su oficina pidiéndome mi dirección personal para mandarme un regalo y al cabo de casi un mes apareció un bonito póster de Down firmado por toda la banda o aquella vez que me vio en el mítico Hellfest francés con un disco de Pantera y me dio un enorme abrazo de oso sin conocerme de nada. Phil puede ser un patoso y un bocazas pero donde gana, sin duda, es en las distancias cortas y, por supuesto, en sus discos.

Superjoint (que no es otra cosa que la continuación de Superjoint Ritual) es la reencarnación de un proyecto que pareció morir justo cuando asesinaron al propio Dimebag pero también con la publicación de “A Lethal Dose Of American Hatred” y que ahora Kevin Bond, Jimmy Bower y el propio Anselmo se han empeñado en resucitar contra todo pronóstico. Resulta del todo imposible negar la enorme distancia que hay entre el virulento “Use Once And Destroy” (2002) o su continuación, ese más taimado “A Lethal Dose Of American Hatred” (2003), pero también que “Caught Up In The Gears Of Application” gustará a todos los devoradores de las anteriores entregas, del legado de Anselmo y, por supuesto, del sonido NOLA porque eso es lo que encontrarán en este álbum de Superjoint; rabia, suciedad y la fortísima humedad pantanosa y mestiza de Nueva Orleans. Quizá el menos agraciado de su discografía pero todo un puñetazo de auténtico metal norteamericano para aquellos que duden todavía de la integridad musical de Anselmo.

Acoples, retroalimentación y Phil narrando antes de atacar la canción con una rabia que hacía años que no sentíamos en sus cuerdas vocales, con una letra agresivísima y un empuje brutal desde el primer segundo, justo lo que necesitábamos los amantes de su música y que no echaremos en falta tampoco en el segundo corte, “Burning the Blanket”, rapidísimo hardcore marca de la casa, con Joey Gonzales aporreando duramente los parches y Bower y Taylor siguiendo a Anselmo con una voz rasgadísima y procesada, entre la cerveza y el whisky, la mala uva de “Use Once and Destroy” y “The Great Southern Trendkill” pero también evidencia algunos de los problemas de “Caught Up In The Gears Of Application” y son principalmente su sonido (con tanto ‘barro’ y suciedad de las orillas de Nueva Orleans que llega a parecer una maqueta por momentos) y el apartado lírico en el que Anselmo, aunque nunca haya sido Yeats, peca de brutote y simplista y como ejemplo de ello podrían ser “Ruin You” o “Asshole” pero también hay que entender el escatológico humor al que suele recurrir a veces.

Aquella que da título al disco es un buen ejericio de rabia con un riff resultón pero repetitivo como “Sociopathic Herd Dillusion” intenta bajar las revoluciones y acercarse a ese Hardcore & Roll tantas veces intentado pero tan pocas veces conseguido. Por suerte, en “Circling the Drain” logran llegar allá donde no lo han logrado en todo el disco pero acusa de una repetición que la termina condenando. “Clickbait” o “Mutts Bite Too” vuelven a meternos de lleno en un disco en el que si bien no podría haber mucha queja, tan sólo es sustentado por dos o tres canciones que de verdad supongan algo relevante en la discografía de Superjoint/ Superjoint Ritual y “Rigging The Fight” y “Receiving No Answer to the Knock” lo cierran con la misma suciedad, mayor actitud y agresividad pero las mismas ideas propuestas a lo largo de las nueve canciones anteriores.

No cambiará la opinión que muchos tienen de Anselmo y tampoco hará que Superjoint consiga nuevos seguidores pero tiene algún que otro momento que justifica su escucha y, por supuesto, su compra pero quizá lo más importante es que Phil Anselmo sigue vivo, creativamente hablando, y prefiere saltar de un proyecto a otro antes que aferrarse a un glorioso pasado y eso le honra, a pesar de que, de vez en cuando, lo siga estropeando cada vez que se toma unas cervezas y abre la boca.

© 2016 Jack Ermeister