Concierto: Soilwork (Madrid) 05.03.2014

SETLIST: This Momentary Bliss/ Like the Average Stalker/ Overload/ Weapon of Vanity/ Spectrum of Eternity/ Follow the Hollow/ The Living Infinite I/ Bastard Chain/ Distortion Sleep/ Let This River Flow/ Long Live the Misanthrope/ Tongue/ Nerve/ The Chainheart Machine/ Rise Above the Sentiment/ Rejection Role/ Stabbing the Drama. 

Strid y compañía volvían por la madre patria para darnos a conocer cómo suena en directo su última gran obra "The Living Infinite", que ya fuera editada en el anterior ejercicio (2013). Ya teníamos ganas de volver a ver nuevamente a una de las bandas más características y significativas del sonido Goteborg. Fieles a los maestros "At The Gates" y con el regusto a los In Flames más modernos se plantaban en la capital Soilwork para darnos una hora y media abundante de un gran y metódico death metal melódico. Para la ocasión los suecos venían acompañados de sus compatriotas Darkane y por los multirraciales System Dive; aunque estos últimos, sin aparentemente explicación, causaron baja de última hora, pasando a ocupar su puesto Deathsurrection en el concierto de Madrid y Raise To Fall en el correspondiente a la ciudad condal...

La llegada a la sala se hizo un poco más angosta de lo normal, debido a la coincidencia no muy lejos de la misma del partido amistoso que jugaban en el Vicente Calderón España e Italia. El tráfico se hacía notar y el transporte público no andaba todo lo suelto y ligero que debería. No obstante llegamos con tiempo de sobra al "cubículo" para poder disfrutar en pleno esplendor de la maquinaria Soilwork. El local mostraba una entrada más que aceptable, tratándose de un concierto en miércoles y teniendo en cuenta que la semana anterior había estado plagada de grandes e importantes eventos en la Capital. Tampoco podemos olvidar que tan sólo dos días más tarde tocarían Scorpions en Madrid y que el partido, por muy amistoso que fuera, también lleva sus fieles (ya sabemos cómo está el tema del fútbol en España). No obstante lo nuestro es la música, el fútbol está bien, y nunca nos negaremos ante un buen partido, pero con todos los respetos, si nos ponen a elegir entre un amistoso o ver a Soilwork lo tenemos muy claro; no nos moriríamos de hambre como le sucedía al pobre asno del clásico argumento de Buridán. Nuestra elección estaba clara...

Soilwork se mostraron como lo que son, como una auténtica apisonadora, un destructivo bulldozer capaz de aplastar y destrozar todo lo que se cruza en su camino. Sabíamos del poderío de la banda en directo, pero no éramos plenamente conscientes del crecimiento que ha experimentado la banda con el paso de los años, han ido recrudeciendo su sonido y volviendo, aún si cabe, más salvajes. Todo esto nos lleva a anticipar que no estamos para nada de acuerdo con aquellos que les tildan de vendidos o mediocres por el hecho de "evolucionar", no estamos para nada de acuerdo con esas afirmaciones, pensamos que no son justas para una banda de currantes como Soilwork. La rabia de muchos de sus seguidores es infundada, ya que Soilwork nunca, pero nunca, han dejado de hacer death metal. Pienso que siguen el mismo camino que sus amigos In Flames, donde tras "Clayman" y la llegada de "Reroute To Remain" media población metalera se les tiró encima por el cambio que habían experimentado; pero es que lo peor de todo era que muchos de aquellos que tanto criticaron aquel disco ni siquiera habían oído el nombre del grupo hasta que vieron por la MTV el videoclip de "System"... Debates a parte, Strid demostró una vez más que es el alma viva de la banda, es fascinante ver como salta y como se mueve de un lado al otro del escenario animando de continuo a la gente; y esto a pesar de que nos pareció verle con unos kilitos de más. En "This Momentary Bliss" ya pudimos observar la fuerza y el perfil devastador que tiene uno de los cantantes más carismáticos del metal actual. Con camiseta y parche en la trasera del chaleco al más puro estilo Heavy Metal Army el fornido cantante sueco se planta delante de todos nosotros cantando con una agresividad y una fuerza que nos deja perplejos desde el segundo uno. Gran sonido, volumen perfecto y seis locos sobre el escenario de la sala Shoko moviendo los hilos a su antojo. Sobre la tapete el plantel parecía inmejorable, y sinceramente, lo vivido aquella noche fue brutal. Tras una pequeña y breve presentación los suecos acechan nuestras cada vez más degastadas cervicales con un destroza-cuellos como es "Overload", donde el nuevo miembro de la banda, David Andersson, parece entrar en estado de trance mientras nos aniquila con sus poderos riffs. Coudret también se muestra en pleno esplendor, esta vez con pelo corto, y ya peinando canas, el místico guitarrista nos deja muy buen sabor de boca con el solo de "Weapon Of Vanity", uno de los temas más cañeros que se recogían en el que es para mí uno de sus mejores trabajos, "Stabbing The Drama". Los teclados hacen un trabajo perfecto en directo, cumplen su papel holgadamente; sabemos que los mismos no son el punto fuerte de Soilwork y que no suelen desvirtuar en absoluto el sonido de las guitarras, estando concebidos únicamente para adornar y crear una atmósfera agradable para el oyente. Posiblemente fruto de ello sea que Sven es el miembro más tranquilo y lento del explosivo combo nórdico...


"Spectrum Of Eternity" viene precedida por la enlatada intro que se escuchaba en su versión de estudio. El tema es enorme, de lo mejor de su último álbum; hecho que venía reflejado en las caras y el comportamiento de muchos de los asistentes, que no dejaron de corear ni un momento su pegajoso estribillo. "Follow The Hollow" la presentan como lo que es, como un tiro entre ceja y ceja, un tema que nos deja noqueados y aturdidos sin saber por dónde nos han caído las hostias. Para muchos (entre los que se encuentra un servidor) "Natural Born Chaos" es una obra maestra y uno de sus mejores discos, una pena que dicho álbum no tuviera más representación en el repertorio que nos tenía preparado Soilwork para esa noche de miércoles... La acústica intro de "The Living Infinite I", un tema que no nos dice mucho, nos baja de golpe el alto nivel de dopamina que nuestro cuerpo había alcanzado tras "Follow The Hollow", pero que por suerte vuelve a subirnos con las fantásticas "Bastard Chain" y "Distortion Sleep", donde tanto Andersson como Coudret muestran su buen hacer y su buena disposición con las seis cuerdas, alternándose en sus meticulosos y lujuriosos solos. El ambiente es fantástico, todo va sobre ruedas, con una banda que trabaja a pleno rendimiento y que contribuye a que absolutamente nadie se enfríe. "Let The River Flow" convierte la sala en una olla a presión; para mí fue sin duda la mejor del concierto, con la que más disfruté y con la que más salté, a pesar de que no es precisamente "The Panic Broadcast" uno de mis discos favoritos, pero al César lo que es del César... 

Siguen añadiendo leña al fuego con "Long Live the Misanthrope" "Nerve" y "Tongue", una de las más cañeras de "The Living Infinite", que muestra a un Verbeuren totalmente desbocado marcando un ritmo atronador basado en el doble bombo cruzado. Con "The Chainheart Machine" Strid se explaya un poco más de la cuenta, indicando que ha llegado el momento de escuchar un tema al más puro ritmo old school. Ni que decir tiene que un tema de las características sonoras de "The Chainheart Machine" nos puso a todos a vivir en cuestión de segundos, desde que el primer riff de Dave centellaba por los extenuantes amplificadores de Shoko. Con otro tema de su último álbum, "Rise Above the Sentiment", nos tejen un traje a medida, llegando así al final de la parte principal de su setlist. Tras unos minutos la banda vuelve al escenario con un Strid envuelto en una bandera española y con un Coudret un tanto juguetón, haciendo burla a su compañero con un globo (un tanto deshinchado) que figuraba un corazón. El bis en esta ocasión (el mismo Strid nos advertía que esta vez sólo serían dos canciones, en vez de la típicas tres que suelen dejar para este momento). La clásica "Rejection Role"y la potente "Stabbing the Drama", con una sala entregada que no hace otra cosa que desgañitarse en cada nota de su corrosivo estribillo, ponen el punto y final a una noche fabulosa y magnífica. Al finalizar el concierto y de vuelta a casa nos encontramos con unos cuantos de los asistentes al partido de fútbol. ¿Quién se lo pasó mejor?... ¡Apostamos que nosotros!

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