Concierto: Legion Of The Damned (Madrid) 27.02.2014

SETLIST: Mountain Wolves Under a Crescent Moon/ Son of the Jackal/ Ravenous Abominations/ Summon all Hate/ Pray and Suffer/ Black Baron/ Death's Head March/ Cult of the Dead/ Morbid Death/ Legion of the Damned/

"Madrid, ¡¡¡We are Legion Of The Damned!!!...", era la breve presentación que Maurice Swinkels dedicaba al foso madrileño de la sala Shoko antes de que su banda, Legion Of The Damned, dinamitara la cabeza a todos los allí congregados con el misil más rápido y certero ("Mountain Wolves Under a Crescent Moon") de su último trabajo de estudio "Ravenous Plague" (2014). Sinceramente, hacía mucho, pero que mucho tiempo (y no lo digo como coletilla) que no vivía un concierto con tanta fuerza y con tanta intensidad; la banda logró ponerme histérico y nervioso (y mira que eso es raro) con su enorme pegada y con su brutal empuje. Estos monstruos (y es que no se les puede calificar de otra forma) pusieron patas arriba una atestada sala Shoko, voraz y sedienta de música extrema, con ganas de pasárselo bien y de disfrutar de una suculenta ración de buena música. La gente, que ya venía calentita de Mortillery y sobre todo de Flotsam & Jetsam sucumbió ante una de las bandas que más potencia despliegan hoy por hoy en directo. Resulta impactante ver sobre el escenario a cinco tipos de cerca de 1,90 m descargar toda su rabia y toda su música contra una afición que poco más puede hacer que verlas venir, no dejando de ser meros títeres en las manos despiadadas de Maurice y compañía. Es realmente sorprendente ver como Maurice o como Twan van Geel (al que teníamos justo en frente) daban una lección de profesionalidad y de actitud sobre un escenario, que en más de una ocasión se les quedaba pequeño. Esta gente sí que sabe cómo debe comportarse un grupo telonero (aunque sinceramente pienso que esta palabra a ellos no les hace ninguna justicia) y como exprimir a fondo los escasos cuarenta y cinco minutos con los que suelen contar las bandas que cuelgan dicho calificativo.

Legion Of The Damned tienen un don, y es que saben conectar de primeras con su gente y con su público, caen bien, contagian buen rollo y sobre todo transmiten pasión y fuerza, algo muy importante y un tanto escaso en los tiempos que corren. De todos es sabido que muchas bandas están por estar, sabemos que el dinero lo es todo para ellos y lo que un día les llevó a ponerse encima de un escenario hoy por hoy está totalmente relegado y olvidado en su particular baúl de los recuerdos. La profesionalidad de Legion Of The Damend les avala y está fuera de toda duda, les sirve de garante para cualquier promotor o festival, incluso para que una banda como Sepultura cuente con ellos como artista principal de toda una señora gira europea. Blogofenios, estamos hablando de una puta máquina de thrash metal, una apisonadora que combina de forma magistral tintes thrash con otros más death, lo que le dan a su música un perfil muy crudo y oscuro. Si en disco ya suenan fuertes y veloces, en directo habría que multiplicarlo al menos por cien dichos parámetros para llegar al producto que se pudo ver el pasado 27 de Febrero en Madrid.

Si los impresionantes riffs de "Mountain Wolves Under a Crescent Moon" nos dejaban exhaustos, la locura llegó cuando Maurice se dirigió al respetable anunciando que iban a tocar una canción de su segundo álbum "Sons Of The Jackal" (2007). La escogida, pues como no podía ser de otra forma, la que da título al álbum en su término singular; "Son Of The Jackal" pone la sala patas arriba, con un Van Geel genial, haciendo hablar a su preciosa Schecter disfrutando y haciendo disfrutar con los power chords más lascivos e incisivos de toda la noche.  Sin mediar palabra "Ravenous Abominations", de su última obra, marca los versos más amables de Maurice mientras el alocado ritmo de la batería de Erik Fleuren (único miembro original de la banda junto a Maurice, y hermano del que fuera bajista de la banda, Twan Fleurence, fallecido en 2011)  inunda toda la atmósfera de la sala, haciendo sudar al personal más metido en el concierto. "Summon All Hate" es más prudente, suena bien, pero pienso que no es el tema más certero para un concierto de cuarenta y cinco minutos, y máxime cuando tienes el catálogo y la discografía de Legion Of The Damned. Un tema como "House Of Possession" les hubiera quedado mucho mejor en la parte central de un set que se presumía como grandioso, ya que los riffs pegadizos y dulzones del grandioso tema que se escondía en "Cult Of Death" (2008) vapulean e intimidan a los más rudimentarios y pasivos del tema albergado en "Ravenous Plague".

Por suerte el aclamado "Cult Of Dead" no tarda en aparecer, en este caso con el primer corte, propiamente dicho, del álbum. Precedida por la intro que también se contenía en el disco, "Sermon Of Sacrilege", y con un Hein en posición adelantada, imitando con gesto tenso y sobrio las palabras que salían del fausto predicador, arranca la visceral "Pray And Suffer", uno de los temas que más júbilo y mejor reacción tuvo en el cada vez más conocido foso madrileño de Shoko; una sala que en los últimos meses se ha posicionado como una de las referentes de la capital en cuanto a albergar conciertos de bandas de rock y metal.  "Black Baron" sirve de antesala al que sería otro de los momentos de la noche, esta vez no se achican y van a lo seguro tirando de pasado y de clásico. Del que es para mí su mejor disco, "Legion Of The Damned" (2006), descargan la abominable "Death's Head March", un soberbio tema que incitaba a la participación en los numerosos circle pits que se pudieron ver durante los pocos más de cuatro minutos de su metraje. Todo un emblema y toda una maravilla que acabó por rematarnos y dejarnos exhaustos ante la que a buen seguro será una de las giras del año.

Pero para los valientes que se blandían en batalla en la parte central del foso madrileño aun quedaba más armamento. "Cult Of The Dead" y "Morbid Death" muestran el buen momento de forma por el que atraviesa la banda holandesa y demuestra que Maurice sabe trabajar y sabe cuidar muy bien su voz, ya que después de cuarenta minutos de concierto la misma sigue tan perfecta y sólida como en la primera canción, la misma conserva la fuerza y la intensidad de cuando nos saludo con  el mítico "Madrid, ¡We are Legion Of The Damned!"... y con la canción que honra su nombre y da título a su primer álbum se despiden a lo grande germinando con otra buena ración de headbangings para delirio y deleite de los amantes de la buena música. Fantásticos, enormes, sin duda los grandes triunfadores de la noche.

© 2014 Lord Of Metal