Crítica: U2 "Zooropa"

"Zooropa" (1993) nació de la nada pero no es correcto entenderlo como un álbum de U2 (aunque lo es) como tampoco pensar en él como un simple EP o un collage de restos de "Achtung Baby" (1991) porque, aunque nació en plena gira de éste (la ya mítica Zoo Tv Tour), "Zooropa" posee tantas virtudes como defectos. Mal visto, U2 convirtió su acertada escapada hacia adelante (tras el callejón sin salida en que se convirtió "The Joshua Tree" y su consiguiente "Rattle and Hum") de nuevo en una encerrona, intentaron saltar al vacío y hacer la pirueta que ya les había salido redonda en el  anterior y berlinés álbum para encerrarse en una actitud que les llevó hasta su último gran disco, aquel en el que arriesgaron todo, "Pop" (1997), y por el cual les hemos tenido los últimos diez años apostando sobre seguro, volviendo a las raíces más conservadoras, yendo a los obvio para evitar el descalabro que supuso su Pop Mart Tour en la segunda vuelta por los estadios norteamericanos más desangelados.

Si quisieron sorprender a propios y extraños con "Achtung Baby", con "Zooropa" quisieron hacérselo pasar aún peor a todos aquellos que aún soñaban con "The Joshua Tree". "Zooropa" es una canción larga para el pop, seis minutos y medio,  con un comienzo demasiado ambiental para ser rock, pero es una pequeña obra maestra en sí misma. Un comienzo in crescendo que emociona a la primera escucha, con la guitarra de The Edge como la aguja de un tocadiscos rayando  un vinilo. ¡Bienvenido a Europa, bienvenidos al zoo en el que se va a convertir! Bono comienza cantando en alemán (eran tiempos arriesgados, tan sorprendentes como experimentales) y la canción evoluciona magistralmente hasta que el cantante entona "And I have no compass. And I have no map. And I have no reasons. No reasons to get back." y toda la canción combustiona entre efectos y sintetizadores.

"Babyface", una de las grandes olvidadas en el actual universo de los irlandeses, tan pop que asusta, tan jodidamente deliciosa que engancha. Un estribillo fácil de recordar mientras The Edge arrastra la púa por la sexta cuerda de su guitarra. "Numb" fue el primer mazazo en la cara de todos aquellos que habían aguantado los embites electrónicos y vanguardistas de "Achtung Baby" y sus remixes. The Edge cantaba de nuevo pero no como en "Van Diemen's Land" sino de manera monótona, U2 jugaban a ser Kraftwerk y rompían las listas con una canción difícil y unos falsetes gloriosos (nadie en su sano juicio debería perderse el estupendo videoclip promocional de la canción) pero si de falsetes se hablaría sería con "Lemon" casi siete minutos de dislate a medio camino entre Roxy Music y el pop discotequero más petardo con Bono vestido de lamé (¡Viva MacPhisto!) bailando algo parecido a unas sevillanas y cantándola íntegramente en su peculiar falsete, que nadie se lleve a engaños, los teclados y coros son de lo mejor de la carrera del grupo.

"Stay (Faraway, So Close!)" nos devolvía al Berlín más gris de Wenders con un tema que en directo siempre sería eclipsado por "One" pero que, con el paso de los años, ha ganado como el buen vino, una balada estremecedora. Pero si todavía quedaba algún valiente a estas alturas, "Daddy's Gonna Pay For Your Crashed Car" lo tumbaba a golpe de ritmo industrial y Bono recitando, hay que reconocer que es uno de esos temas que en directo ganaba lo que le faltaba en estudio (que nadie se lo pierda en el dvd de Sidney porque es impagable). La línea de bajo de "Some Days Are Better Than Others" es perfecta y Adam le da su propio toque, no deja de ser una canción menor en el repertorio del grupo pero, aún así, el solo de The Edge la hace entrar entre lo mejor del disco.

El momento más tierno y brillante llega con "The First Time" en donde el grupo demuestra que lo único que necesitan para llegar al corazón de su público es una guitarra y la voz de Bono. Puede que se la considere una autoplagio de "All I Want Is You" pero "The First Time" es tan grande y desprende tanta sensibilidad que brilla por sí sola. Y llegamos a la esencia del Zoo Tv Tour, al meollo de aquellos años en los que U2 mezcló Las Vegas con Miami, el exceso con la ironía, el glamour con la tecnología y a Bukowski con Johnny Cash. Al primero le dedican "Dirty Day" y toman prestadas sus palabras para el estribillo mientras que a Cash, el enorme Johnny Cash, le ceden las tareas vocales en "The Wanderer" cuando Cash parecía olvidado por todos (mucho antes que se pusiera de moda y Rick Rubin produjese sus discos, mucho antes, querido lector) siendo el único tema de U2 en el que Bono cede por completo el protagonismo a otro artista pero es que, claro, estamos hablando de un auténtico coloso.

Toda la crítica internacional coincide en bautizar a "Zooropa" como el primer álbum cyberpunk de la historia y están en lo cierto; es tan diferente e innovador que fue el primero y el último en su estilo. 

© 2011 Jim Fuckin' Tonic