Crítica: Hard-Wires "The End"

Llegué a este grupo por casualidad y ha sido una de las grandes sorpresas de esta primavera. Hard-Wires hacen rock en estado puro, una estupenda mezcla sleazy y macarra a partes iguales, mezclada con guitarras herederas de los Sex Pistols más directos y el mejor rock angelino, como si Steve Jones hubiese resucitado a los Neurotic Outsiders, Duff dejase esa porquería de Duff Mckagan's Loaded, Slash a Velvet Revolver y Warrant fuesen hombres de nuevo.

Once temazos que conforman este The End, un comienzo arrollador con The King Of The Road y una voz que se abre camino como un cuchillo, arropada por unos musculosos coros y una guitarra que suena de maravilla, como en el siguiente tema, How It's Going.

Boy's Night Song me recuerda al primer disco de Mötley Crue y su ya mítico On With The Show hasta que arranca y todo cambia, volviéndose una canción cien por cien Axl.

Mi favorita es Hangman Stown, es rápida y la voz suena muy diferente, más grave y potente pero con esos matices tan agudos que dominarán todo el disco (aunque a veces recuerde a un Josh Todd de Buckcherry menos quemado por los excesos)

La balada del disco es There's No Time, un cruce imposible entre Scorpions y el Don't Cry de Guns 'N Roses, una delicia que se te mete en la cabeza. Call Us H-W, The Oldest Vampire o Human Version te acompañarán en la carretera, pisarás el acelerador, volverás a escuchar las anteriores, acabarás el disco y querrás más. ¿Qué más se le puede pedir a un disco de rock?

Producido en los Estudios Corleone, si este disco estuviese firmado por cuatro chavales de la costa oeste norteamericana no sería extraño verles paseándose por los mejores festivales europeos pero son españoles y lo tendrán difícil. Desde luego, han comenzado con buen pie, no parece el final como han titulado a este disco. Grande.

© 2011 Jesús Cano