Crítica: Dead Cross "II"

Ya lo advertí con Dead Cross y aquel primer álbum que publicaron hace cuatro años; en donde de verdad se aprecian este tipo de proyectos es en el escenario y, sin desmerecer a Crain y Pearson, una banda en la que estén Mike Patton (Faith No More, Mr. Bungle, Fantômas) y Dave Lombardo (Slayer, Testament, Suicidal Tendencies) siempre tendrá toda mi atención. Además, este segundo álbum llega tras haberles visto en directo y, lógicamente, ver a pocos metros a Patton adueñarse por completo del concierto, mientras Lombardo se dejaba las manos tocando como si estuviese auténticamente poseído, logra que cambies de opinión respecto a cualquier disco. El debut de Dead Cross era impresionante como el lógico esfuerzo de unos músicos de sobra dotados, intentando pasárselo bien, logrando desmarcarse de su famosísimo pasado y, de paso, consiguiendo que, como oyentes, nosotros también lo olvidásemos. A todo esto hay que sumarle que “II” (2022), aunque pierde la capacidad de sorprendernos, es un disco infinitamente más sólido, en el que Dead Cross parecen encontrar la hoja de ruta de lo que quieren ser y se olvidan de los experimentos (quedando estos únicamente relegados a Patton en el estudio y su arsenal de efectos) y ganando en la composición; siendo palpable, desde la primera canción, que Dead Cross han tenido que pasar más tiempo en el estudio, a lo que hay que sumar la cancelación de las giras de Faith No More por problemas de salud del vocalista, dejándole tiempo para escribir y grabar, para hurgar en el estudio y lograr con la ayuda de Ross Robinson (ni más, ni menos) un álbum que suena grueso, potente y poderoso, perfeccionando esa mezcla de thrash, hardcore y humor tan propia de Dead Cross.

“Love Without Love” es post-punk con un toque más que lúgubre y esa pegada hardcore que es ya marca de la casa, mientras Patton (uno de los mejores vocalistas de los noventa, no me cansaré de repetirlo) se abre paso entre coros y dobles voces, gracias a las guitarras de Crain, hasta el desgañite de Patton. El toque industrial, mezclado con la efervescencia de Beastie Boys y el toque de Killing Joke son los ingredientes perfectos para una canción como "Animal Espionage", hasta la punky "Heart Reformer", en la que Lombardo parece un tren sin frenos, descarrilando, gracias al sentimiento que imprimen las voces. "Strong and Wrong" ayuda a lograr ese gusto por el caos de Fantômas, con Patton auténticamente fuera de sí. Pero, entre tanto acierto, también hay canciones flojísimas como “Ants and Dragons” o “Christian Missile Crisis”, que palidecen frente a “Nightclub Canary” y ese sentimiento cafre que tan bien le sienta a Dead Cross o ese toque thrashy de “Reign of Error” en la que Crain parece dispararnos con largas ráfagas y un final magnífico con “Imposter Syndrome”. Convirtiéndo, por tanto, en un álbum de contrastes en el que pesan tanto las buenas canciones, como imperdonables son sus traspiés. 

Cuando termino de escucharlo (y lo he hecho unas cuantas veces, desde que nos llego su promo), tengo la sensación de que Dead Cross han crecido, de que el proyecto sigue siendo interesante a pesar de la dificultad que tiene su continuación, de que Mike Patton, Dave Lombardo, Mike Crain y Justin Pearson han grabado un álbum excelente, a pesar de que, a veces, haga aguas y, lógicamente, baje la nota. Quizá Dead Cross sea tan sólo una válvula de escape para Patton, pero lo que está claro es que cuando hay tanto talento, hasta el divertimento más banal toma un cariz mucho más serio. 

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