Crítica: Exodus "Persona Non Grata"

Parece que la historia se repite y ya no sé si es problema mío o es que Exodus, los míticos Exodus, son los culpables, pero me ha ocurrido algo parecido a lo sentido en "Blood in Blood Out" (2014). Se suponía que este sería el gran disco de Exodus con Gary Holt ya plenamente liberado de su gloriosa etapa con Slayer, con Souza en la banda ya instalado tras numerosas giras, en forma y rodado, con un Hunting tan impresionante como siempre (más, ahora que el hombre se ha recuperado y ganado la lucha contra el cáncer) pero, en definitiva, ya instalados en la tranquilidad y el rodaje del que no pudieron disfrutar en el anterior y sabiendo que aquel no convenció como debía, además de la mano de Andy Sneap tras los mandos de la nave. Honestamente, sentía que Exodus grabarían un disco redondo, quizá no "Tempo of the Damned" (2004) pero sí uno que nos hiciese recuperar la fe en ellos en el estudio, pero no, de nuevo me equivocaba. "Persona Non Grata" no es un mal álbum en absoluto, es muy difícil que Souza, Holt, Altus, Gibson y Hunting grabasen un disco así, del todo incapaces, pero tampoco sé explicar lo que siento cuando escucho este álbum y me doy cuenta de que se quedará fuera de los mejores discos del año en el mundo del metal.

A pesar del trabajo de Sneap y los riffs de Holt, "Persona Non Grata" se siente flojo, débil en su cuerpo; el sonido es potente y las guitarras crujen a todo volumen (tanto que a veces uno se olvida de Gibson y su bajo), además Hunting suena tan poderoso como siempre, pero la apertura que es "Persona Non Grata" son siete minutos y medio (la manía de todas las bandas por grabar canciones que exceden en duración la propia naturaleza de su ser) y, aunque suena robusta y la voz de Souza más chillona y poseída que nunca, uno siente que este tipo de tareas hercúleas en el thrash, mejor dejárselas a una banda como Voivod, mientras Exodus deberían atacar sin piedad en canciones de tres minutos. Mucho mejor cuando suena “R.E.M.F.” y sentimos que Exodus han vuelto por todo lo grande con Altus y Holt escupiendo riffs y Hunting trotando, aporreando su batería como si no existiese un mañana. Como ocurre con “Slipping Into Madness” y su sabor a "Fabulous Disaster" (1989), sabrosísima y agresiva, pero compartiendo momento con una de las peores canciones del álbum, “Elitist”, tan infantil que es impropia de la leyenda de Exodus. “Prescribing Horror” posee la maldad y uno de los mejores riffs de "Persona Non Grata", además de ese acojonantísimo final con niños llorando, quizá la demostración de que una banda puede hacer thrash adulto sin caer en los tópicos (“Elitist” o “Clickbait”) y bordarlo, a ritmo de los campanazos de Hunting.

Lástima que los adelantos, como la mencionadas “Clickbait” (efectista, pero pobretona y tirando de tópicos) o “The Beatings Will Continue (Until Morale Improves)” no sean lo mejor del álbum a pesar de que esta última posee la garra y las ganas, sintiéndose a Souza especialmente corrosivo. Igual que me parece genial el trabajo melódico en las guitarras en “The Years of Death and Dying”, aunque la canción sea floja y cinco minutos se hagan eternos cuando no los necesita. “Cosa del pantano” es curiosa, es tan sólo una instrumental, pero funciona como introducción para “Lunatic Liar Lord”; veréis, no tengo nada en contra de las canciones extensas, pero estamos hablando de Exodus y esta son ocho minutos a los que no les beneficia nada tanto tiempo, habría sido ideal con cuatro minutos porque los coros de Rick Hunolt funcionan en contraposición con la voz chillona de Souza, pero no, la composición pierde fuelle según avanza. Y lo tengo más que claro cuando suena “The Fires of Division” y sé que esto es lo que busco en un disco de Exodus y esto es lo que funciona y en lo que son mejores; thrash puro y duro, con un toque melódico en las estrofas y un buen estribillo jalonado con la fuerza de las guitarras. Incluso “Antiseed”, la última, no siendo gran cosa, se siente poderosa frente a los esfuerzos de la banda por dejar claro que ellos también son capaces de grabar canciones con grandes desarrollos.

Cuando uno acaba de escuchar el disco, la sensación es siempre la misma; doce canciones en una hora de thrash es demasiado y, con todo, Exodus han grabado un disco aceptable, potente y resultón, quizá no es notable, pero nos sirve para tenerlos en activo y que giren por todo el mundo. Souza, Holt, Altus, Gibson y Hunting son grandes músicos y una auténtica maravilla sobre un escenario, echar de menos "Tempo of the Damned" (2004) o incluso "The Atrocity Exhibition: Exhibit A" (2007) no opaca el hecho de que los necesitamos sobre las tablas una y otra vez, ahí donde nunca decepcionan.

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