Crítica: Harakiri For The Sky "Mære"

Escribir que Harakiri For The Sky firmaron un mal álbum como “Arson” (2018) me duele especialmente porque no es justo, pero tras llegar a la cima con “III: Trauma” (2016) y firmar dos obras como "Aokigahara" (2014) y "Harakiri for the Sky" (2012), “Arson” parecía el patito feo de los austríacos. Por tanto, "Mære" era la prueba de fuego de la banda; saber si los tres primeros títulos fueron un espejismo y continuarían por la senda de “Arson” o si, por el contrario, aprenderían del traspiés. "Mære" es un álbum sólido en cuanto a composición y sonido; regresan las capas y capas de guitarrazos emocionales pero esta vez le ceden espacio a otras más reconocibles que tejen la melodía, lo que se traduce en canciones que, a veces, entran de golpe en el alma, que se suceden y vapulean nuestras entrañas, que exprimen nuestro corazón, Matthias Sollak es un auténtico genio (ocupándose, una vez más, de toda la instrumentación) alternando pasajes más melancólicos, con otros de contumaz rabia; en "Mære" hay menos espacio para la ensoñación, para ese blackgaze de manual, pero ello no quiere decir que no haya melancolía y teclados hipnóticos que adornan aquí y allá las guitarras de Sollak, mientras que Michael remata las canciones dejándose las cuerdas vocales en cada una de ellas pero de manera inteligente ya que no se trata de abrirse en canal porque sí, sino cuando la canción lo requiere, cuando la letra lo solicita o es Matthias quien lo lleva contras las cuerdas emocionales de todas y cada una de las canciones de "Mære". Entonces, ¿falla algo en este nuevo álbum?

 

“I, Pallbearer” recuerda a Downfall of Gaia, prima el bajo, la base rítmica, mientras Matthias nos conduce al vendaval black con el que Michel parece gritarnos a la cara, una impactante forma de comenzar que no hace otra cosa que confirmar el cambio en un trabajo que guarda otro de sus ases a la segunda de cambio, con la participación de Neige de Alcest en “Sing for the Damage We've Done” y que tira de intensidad y la épica del trémolo de Sollak, de la magia de las guitarras dominando la melodía cuando bajan de tempo y nos hacen sentir que estamos atravesando diversos estados de ánimo. Pena es “Us Against December Skies”, una canción en la que sentimos que Harakiri For The Sky parecen haber perdido la dirección de un comienzo arrollador, algo similar a lo que ocurre en “I’m All About the Dusk” o “Time is a Ghost”, composiciones que suenan bien (qué duda cabe…) pero que no aportan nada al resultado global de "Mære" y en las que sentimos que ni Michael, ni Matthias han puesto toda la carne en el asador; musical y vocalmente contenidas, más convencionales, sin riesgo alguno y sonando menos arrolladoras. 

 

Un sentimiento que es el que aleja a "Mære" del sobresaliente, por ejemplo, "Three Empty Words" comienza espectacularmente bien, pero su duración parece lastrarla cuando en su segunda mitad se muestra como un autoplagio de “I, Pallbearer” y otras canciones, como es el caso de "Once upon a Winter" o “And Oceans Between Us” que son auténticamente brillantes y nos muestran a Harakiri For The Sky en todo su esplendor; no es sólo que suenen magníficas y se les sienta pletóricos, es que nos llevan a otros lugares de nuestra propia alma, sabiendo canalizar sentimientos y emociones; hay post-black y buen gusto a raudales. Lo que hace que, como oyentes, no entendamos que otras, las anteriormente citadas como pesos muertos de un disco al que no permiten volar en altura, como "Silver Needle // Golden Dawn", hayan sido incluidas. Repito; no porque suenen mal, sino porque parecen de otra naturaleza muy inferior a las que componen el resto del disco, como la innecesaria versión de Placebo (sí, los de Brian Molko) para concluir el álbum, “Song to Say Goodbye” (de su irregularísimo, “Meds” de 2006) que nos demuestra que Michael y Matthias tienen el mismo gusto para reinterpretar canciones de otros artistas que poco criterio para discernir composiciones menores de otras que lucen como gigantes. "Mære" es la clara constatación de que Harakiri For The Sky pueden hacerlo bien cuando quieren, que suenan espectaculares y que “Arson” fue, en efecto, un error y "Mære" les devuelve la confianza, aunque sea a medias, confirmando  a “III: Trauma” (2016) como su última gran obra, por el momento…


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