Crítica: Goblin Cock “Necronomidonkeykongimicon”

Nunca creí alegrarme tanto del regreso de un artista como he sentido con el de Rob Crow Jr. o, como prefiramos; Lord Phallus. Y no sólo por sus trabajos en solitario, sus colaboraciones o Pin Back sino por el nuevo álbum de Goblin Cock, este disco que nos ocupa, dándolos ya por muertos tras su debut, “Bagged and Boarded” (2005), y el posterior “Come With Me If You Want to Live!” de 2009 (y su simpática referencia en el título a “Terminator”) que frente a la fabulosa carrera de Pinback los dejaba en poco menos que una anécdota o un pasatiempo de Crow; craso error. Pero es que no era extraño llegar a su nombre en una charla y, rodeado de cervezas, recomendar “Bagged and Boarded” y encontrarme con que nadie lo recordaba, conocía, creía haberlo soñado o, mucho peor, dudaba de su existencia cuestionándome a mí también. Goblin Cock (nótese la ironía del pseudónimo de su protagonista) o lo poco que se toma en serio él mismo a través del nombre y el título de este proyecto, han grabado uno de los discos más entretenidos de este año; una mezcla de stoner con rock repleto de sorpresas e inolvidables melodías, además de un regusto magnífico a décadas anteriores que hará las delicias de los amantes del género que, además y como Crow, no se tomen demasiado en serio a sí mismos tampoco y no le concedan demasiada importancia a un simple nombre que, muchas veces, tan sólo es el vehículo de unas canciones que ya son suficiente aval. En ese sentido, admiro a Crow y su capacidad para reírse de todo, disfrazarse de ‘ghoul’, calzarse una BC Rich Warlock a modo de atrezzo y confundir a todos aquellos que sí se toman en serio la indumentaria o la forma de una guitarra y es parte indivisible de su producto, cuando no lo único que sustenta su pobre propuesta musical.

Pero la verdad es que “Necronomidonkeykongimicon” aunque en algunas canciones nos remita sin contemplaciones al stoner, muchos afirmen que es doom y otros, más inexplicable, afirmen que se trata de drone, supongo que confundiendo la simpática indumentaria de Crow con la de Sunn O))), aunque en algunos momentos el tono de la voz nos recuerde a Sabbath y haya elementos stoner, lo que Goblin Cock practican es únicamente rock n’ roll con la saturación a tope y sí algún momento más pesado que no quiere decir que les emparente directamente con Bobby Liebling y sus Pentagram o los Saint Vitus de Scott Weinrich, nada de eso. Otra cosa muy diferente es la tipografía, la ilustración de la portada; la temática y sus colores. ¿Un duende, un brujo, un ente armado con la guitarra del metal extremo por antonomasia y un libro del que parece estar extrayendo el conocimiento más oscuro de este mundo o lanzando conjuros al viento? ¿Un árbol retorcido, extraído de “Sleepy Hollow”, murciélagos, un centro comercial y un StarBucks (convenientemente transformado en un Coffee World) ardiendo en llamas? A primera vista sería un álbum de metal muy serio para fans todavía aún más serios pero basta echar un vistazo a todos estos detalles y la descomposición de su título “Necronomi-donkeykong-imicon” para darse cuenta de que las normas con las que se rige el mundo de Goblin Cock funcionan al revés (algo parecido a lo que ocurre con Ghoul, cuando tienes que cambiar tu forma de pensar al escuchar uno de sus discos, aunque estos lo lleven al extremo y su universo, en el que te tienes que zambullir de lleno si quieres disfrutar de sus álbumes, tenga más que ver con la propuesta estética de unos Gwar que lo que Crow hace en Goblin Cock).

Y supongo que, aunque no tenga la misma intención y Crow no pretenda y no pueda llevar las cosas tan lejos, viendo el éxito de Ghost haya pensando; ¿por qué no, si eso también lo sé hacer yo a mi estilo? “Something Haunted” quizá sea aquella que funcione mejor si estuviésemos hablando en términos comerciales de un álbum que nunca jamás abanadonará el ‘underground’ más absoluto y bajo su pantanoso riff se esconda uno de los estribillo más disfrutables de todo “Necronomidonkeykongimicon”, con esas estrofas sonando por Ozzy, mientras en “Montrossor” cambia radicalmente de estilo y abandonamos ese toque tan propio de décadas pretéritas con el que estábamos disfrutando antes de una nueva vuelta de tuerca en ese estribillo y es que son la marca de la casa en unas canciones en las que nos rompen por completo tras unas estrofas que poco o nada tienen que ver con ellos. “Stewpot's Package” es más pesada y me gusta especialmente el sonido grueso de sus guitarras, repletas de fuzz, pero parece servir únicamente de introducción a su hermana mayor; la instrumental “Youth Pastoral” con la que enlaza magníficamente y, a pesar de su duración, nos hace llegar al clímax que la densisima atmósfera de la anterior evitaba pero sí nos preparaba.

“Flumed” es un medio tiempo juguetón que abandonaremos en pos de una virulencia más marcada en “Bothered” o la rítmica “Your Watch” en la que las voces hace tiempo ya que han abandonado ese influjo más sabbathiano para entrar de lleno en el underground norteamericano con “The Undeer” en la que, sin embargo, ese “lah, lah, lah, lah” es puro Osbourne o incluso recordarnos en las notas más altas, por increíble que pueda resultar (no si tenemos en cuenta los otros proyectos de Crow), a Ben Bridwell en “Struth”. De nuevo otra instrumental, “The Dorse”, en la que se mueven como pez en el agua y nos rompen por completo con “World Is Moving” que, a pesar añadir algo de distorsión, arruina por completo el tono del álbum. Sin embargo, pese a ello, es una buena canción que tiene la desgracia de compartir espacio con la desacompasada “Island, Island” o ese mar de reverberación que es “Buck” con la que se despiden.

“Necronomidonkeykongimicon” es fácilmente el mejor álbum de la carrera de Goblin Cock, lo que tampoco es decir demasiado en una discografía tan breve y teniendo siempre en cuenta que quizá para Crow tan sólo sea un divertimento pero lo que sí que es cierto es que, con toda su crítica al metal, es un disco en el que hay suficientes melodías y grandes momentos como para volver a él en más de una ocasión, algo que no podemos decir de otras propuestas más serias que venden millones y protagonizan carteles en festivales. Si eres capaz de vencer tus prejuicios, seguramente encuentres que alguna de las canciones de “Necronomidonkeykongimicon” se han instalado en tu memoria y esas bandas matarían por alguno de sus pasajes…

© 2016 Mick Brisgau