Crítica: Dust Bolt "Mass Confusion"

No suelo disfrutar escuchando nuevas bandas de thrash por muchos motivos pero el principal es porque, como subgénero, se exprimió entre los ochenta y primeros de los noventa y lo que estamos escuchando en los últimos años no es otra cosa que más de lo mismo de manos de artistas que no sólo no poseen el talento y copian sino que, además, no tienen ni siquiera las ganas o el mismo empuje que sus mayores. Pero, claro, luego escucho a Nervosa que, sin ser una gran cosa, son unas brasileñas que sí se lo trabajan en directo y transmiten algo de ilusión y, por supuesto, a Vektor con ese thrash progresivo con temática de ciencia ficción y entiendo que no es bueno generalizar porque hay bandas que, por lo menos, sí nos hacen pasar un buen rato sin llegar a la exageración de calidad que poseen los de Arizona. Municipal Waste, Mantic Ritual, Violator, Warbringer e incluso Corrupt funcionan pero, a partir de hoy, tendré que tachar de la lista a los alemanes Dust Bolt.

Y es que “Mass Confusion” no es un mal álbum si tu nivel de exigencia está bajo mínimos, te conformas con poco o entiendes aún menos de thrash. No pasa nada, si lo que quieres es dar un par de saltos en un concierto y para ti todos los riffs son iguales, no eres muy exigente y tampoco les pides el cielo o el sur de éste. Pero si llevas años escuchando música, metal y thrash, cuando pinches “Mass Confusion” te encontrarás a una banda poco inspirada; lo que se traduce en riffs robados a la luz del día y con alevosía a Slayer, Exodus e incluso a Kreator en canciones que no es que no sean una maravilla es que pasan sin pena ni gloria a través de nuestros oídos y no dejan el más mínimo recuerdo. Con un estilo que, sin duda, es thrash pero con suficientes elementos propios del hardcore que, sin que ello sea un trauma para el oyente más fundametalista, sí que alejará a la banda de las coordenadas en las que se supone que deberían moverse y hacen que este “Mass Confusion” zozobre y sea poco creíble.

Sin ir más lejos, “Violent Demolition” (2012) era un buen álbum de thrash si, para colmo, entendemos que es el debut de unos chavales en el que, si bien no nos descubren absolutamente nada, por lo menos sí que se notaban más ganas y las canciones tenían su gracia, como “Awake The Riot” (2014) en el que subían de nivel y en él sí prometían más de lo que han acabado firmando en “Mass Confusion”.

“Sick X Brain” nos engaña por unos segundos; es rápida y directa a la yugular con ese minuto y poco que dura, como “Mass Confusion” y su mezcla de thrash; de la Bay Area a Alemania, pero es una canción que no convence y es tan corriente y vulgar que asusta. ¿Cuál es el motivo? Muy sencillo, falta de inspiración. ¿Conoces esa sensación cuando escuchas un disco o un tema y sientes que da en la diana? Pues en el nuevo de Dust Bolt no la tendrás y es algo tan sencillo como una corazonada, un pálpito o, en el caso del thrash; ganas de saltar a la pista y empujar y ser empujado, hacer headbanging hasta que se te rompa el cuello y tocar esa guitarra imaginaria que todos llevamos a los conciertos pero pocos tocamos en casa cuando el disco no colma nuestras expectativas.

“Allergy” se siente incompleta; parece una canción que podría haber dado muchísimo más de sí y se queda en nada. Suena a Exodus, claro que sí; pero a unos Exodus en horas bajas. Estoy convencido de que cada vez que alguien haga sonar “Turned to Grey”, Tom Araya y Kerry King recibirán algo de dinero a cambio (risas de fondo) porque ese uso indiscriminado del Mi, ese riff sobado hasta la extenuación y ese ritmo tan ‘thrashy’ y descacharrado es propio de Slayer pero sin los cojones de estos porque, a mitad de canción, Dust Bolt bajan de intensidad (¿por qué?) y la melodía se apoya demasiado en las dobles voces y coros, acercándoles peligrosamente al hardcore. Pero en “Blind To Art” encontraremos, sin lugar a dudas, el plagio más descarado a Jeff Hanneman de todos pero incluso aquí nos daremos cuenta de que para plagiar al de Oakland y calzarse sus espinilleras hay que merendarse, al menos, a un par de niños de Essen y Bayern vivos porque ese ambiente tan típico de Slayer pronto deriva en una inofensiva canción thrash que incluso nuestro patrios Angelus Apatrida habrían resuelto con más garbo...

“Mind The Gap” es un chiste desde su comienzo y tan sólo su último minuto, tras el solo y ese “Mind the gap between me and you…!” tan forzadito, cogerá algo de fuerza. Pero lo que termina por descoyuntar un disco tan poco inspirado es, por supuesto, esa balada tan ñoña que es “Exit” que no tiene justificación alguna y por la que merece la pena dejar de escuchar “Mass Confusion” o entender, de una vez por todas, el título del álbum cuando uno escucha a estos chicos, completamente perdidos y confundidos, jugueteando entre estilos pero sin lograr una amalgama coherente con la que parir uno nuevo o el suyo propio.

Nos queda el consuelo de “Empty Faces” en la que los riffs suenan como los millones de riffs que ya hemos escuchado en otras ocasiones pero, por lo menos, nos entretienen aunque aquí sea su cantante, Lenny Breuss, el que se crea Tom Araya pero es que, como antes señalaba con Hanneman, ¿qué necesidad hay de copiar el tono más roto de la garganta del último Araya y no la de aquel que grabó, por ejemplo, "Reign in Blood" en 1986? “Taking Your Last Breath” es crossover del malo, de segunda, y “Portraits of Decay” con ese inicio tan propio de Slayer agota desde el primer segundo como “Masters of War” es un aburridísimo final que tarda tanto en cuajar que parece increíble que sean sólo tres minutos porque se hacen eternos…

Dust Bolt se han equivocado o quizá no -quién sabe- el caso es que han grabado un tercer disco que no nos convence tras la ilusión de “Awake The Riot”, que suena poco acertado, en el que hay muy poca imaginación y, lo peor de todo; ganas de comerse el mundo. Tan sólo recordaré al lector algunos discos que alguna vez también fueron los terceros de esas bandas que Dust Bolt se empeñan en homenajear con desigual resultado: “Reign In Blood”, “Terrible Certainty”, “Fabulous Disaster” y sí “Outer Isolation” de Vektor. Poco más que añadir…


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