Concierto: Deathcrusher Tour (Madrid) 26.11.2015

No fue muy complicado cruzarse en persona con unos amables Jeff Walker o Bill Steer de Carcass, Shane Embury o Mark Greenway de Napalm Death y John Tardy o Terry Butler de Obituary en la sala La Riviera y es que el Deathcrusher Tour nos traía en un mismo cartel, nada más y nada menos, que a Voivod, Napalm Death, Obituary y Carcass (además de Herod, como invitados especiales) para una noche que se antojaba tan extrema como inolvidable. No podíamos menos que sentirnos afortunados, no por haber intercambiado un par de palabras con los músicos, sino por poder ser testigos de una de esas giras que raramente pasan por nuestro país. Si no mal recuerdo, Carcass tan sólo han tocado dos veces en Madrid, siendo la última hace la friolera de veintitrés años, algo inexplicable si tenemos en cuenta su actual estado de forma tras su regreso con el sólido "Surgical Steel" (2013) pero es que los ingleses parecieron hibernar tras el magnífico "Swansong" de (1996) protagonizando tan sólo algunas contadas giras en ese enorme lapso de tiempo. Lo que para muchos habría significado el certificado de muerte, para Carcass han sido tan sólo unas largas vacaciones en las que, a pesar de la marcha de Michael Amott (algo que, por supuesto, no les ha afectado en absoluto al binomio formado por Walker y Steer), nada parece haber cambiado y desde la peculiar estampa de Steer sobre el escenario (siempre me ha resultado gracioso que tanto su pose como su estética no puedan estar cardinalmente más alejadas del estilo que practican) o el timbre de Walker -y, más en concreto, su potencia- no se han visto mermados por el paso de los años. 

Por otra parte, los compañeros de gira no podían ser más acertados. Los siempre correctos Voivod con Denis Bélanger al frente son toda una garantía en directo, Obituary son otra de esas bandas que están atravesando un momento dulce con el potente "Inked In Blood" (2014) que llevan ya año y medio presentando en directo por los escenarios de medio mundo y de Napalm Death sólo podemos decir que nunca se habían ido y nuestra tercera ocasión de verles sobre las tablas no sería para nada una decepción sino, todo lo contrario, un placer. La sala La Riviera no es el mejor lugar para un concierto de estas características y no nos hartaremos de repetirlo pero la capital no ofrece otras alternativas mucho mejores con aforo similar, con la balconada cerrada y la pista llena a tres cuartos de su capacidad, el sonido fue todo lo digno que se podría esperar y la visibilidad razonablemente buena debido a la comedida entrada. Es el signo de nuestros tiempos, en internet uno no alcanza a leer todos los comentarios positivos sobre Carcass u Obituary, las suplicas a los promotores locales y las redes sociales hirviendo de gente que clama por este tipo de carteles compartidos en nuestro país pero, sin embargo, cuando llega el día del concierto la entrada no deja de resultar del todo decepcionante. ¿Dónde se han metido todos esos que supiraban por ver, de nuevo, a Carcass sobre un escenario y, para colmo, compartiendo escenario con Obituary, Napalm Death y Voivod?


Setlist de Voivod: Ripping Headaches/Tribal Convictions/ Kluskap O’Kom/ Chaosmöngers/ The Prow/ Overreaction/ Forever Mountain/ Voivod/   

Voivod saltaron al escenario todavía con poco público y abrieron fuego con "Ripping Headaches" con Bélanger animando a las primeras filas y Mongrain y Laroche derrochando energía. Langevin y su introducción a la batería, secundada por el bajo de Laroche nos llevaron a "Tribal Convictions" como la rapidísima y thrashera "Kluskap O’Kom" logró que surgiesen los primeros empujones y saltos en la pista pero la sorpresa vino cuando en "The Prow" se subió al escenario el propio Jeff Walker y se desató la locura cuando comenzó a tocar el bajo, "Forever Mountain" y el clásico indiscutible que es "Voivod" cerraron su actuación con todos sonrientes y los roadies desmontando rápidamente para que Napalm Death hiciesen acto de aparición. Algo a resaltar de la noche, al margen de las bandas, fue la rapidez del equipo técnico y la puntualidad con la que cada banda abordó el escenario, ni un sólo retraso, todo funcionó como un reloj. Hacía dos años que no veía a Voivod en directo, aquella vez fueron Jason Newsted y Phil Anselmo los que se subieron al escenario con ellos, y siempre tengo la sensación de que el tiempo no ha pasado por ellos pero también el amargo convencimiento de que podrían estar mucho más arriba, haber tenido un poquito más de suerte y reconocimiento, aún así Bélanger dio toda una lección de cómo levantar a la gente y calentar la sala con su buena dosis de energía.

Setlist de Napalm Death: Apex Predator – Easy Meat/ Silence Is Deafening/ On the Brink of Extinction/ Smash a Single Digit/ Timeless Flogging/ How the Years Condemn/ Scum/ Life?/ The Kill/ Deceiver/ You Suffer/ Cesspits/ Nazi Punks Fuck Off/ Unchallenged Hate/ Suffer The Children/ Siege of Power/ 

Napalm Death, sin embargo, salieron de manera muy natural, sin darse demasiada importancia, con Mark "Barney" Greenway en una estupenda forma, ya recuperado, y el carismático Shane Embury sonriente. Con "Apex Predator – Easy Meat" (2015) aún caliente, fue con su tema homónimo con el que precisamente abrieron la velada a modo de intro, Barney no paró ni un segundo de moverse, concentrado y cantando, a medio camino entre el baile o el descoyuntamiento, entre un personaje de Hanna-Barbera o Jim Carrey (curioso descubrir que el actor cómico es uno de los mayores fans de la banda) en esa forma tan peculiar que tiene de actuar. "On the Brink of Extinction" o "Smash a Single Digit" cayeron como un torbellino mientras Danny Herrera sudaba lo suyo tras la batería y John Cooke hacía las rítmicas y apoyaba a Barney en las voces. "How the Years Condemn" y la mítica "Scum" nos golpearon con su inmediatez mientras la versión de los Dead Kennedys, "Nazi Punks Fuck Off", ponía algo de calma (si es que así se puede tomar un himno tan cafre) a un repertorio explosivo e impredecible que cerró con los clásicos "Suffer The Children" y "Siege of Power" a modo de guinda y haciendo sudar la camiseta a todo aquel que se hubiese resistido durante la media hora larga de actuación de los de Meriden.


Setlist de Obituary: Redneck Stomp/ Centuries of Lies/ Visions in My Head/ Intoxicated/ Bloodsoaked/ Dying/ Find the Arise/ ‘Til Death/ Don’t Care/ Slowly We Rot/ 

Los de John y Donald Tardy nos dieron lo que veníamos buscando, una buena dosis de death metal, acompañados de Kenny Andrews a la guitarra principal, ayudando a Trevor Peres, y Terry Butler al bajo, Nos llevaron de viaje al 2005 y su "Frozen In Time" con "Redneck Stomp", que sirvió de introducción para la entrada de John Tardy y, de ahí, a la rapida "Centuries of Lies" de su "Inked In Blood" (2014) con Donald golpeando los parches como si fuese el Apocalipsis. "Intoxicated" y "Bloodsoaked", ambas de "Slowly We Rot" (1989) cayeron como una losa, como si el tiempo no hubiese pasado por ellas, como la ametralladora que fue "Dying" ("Cause Of Death", 1990) y la brutal "Find The Arise", también de su trabajo del 90, con Donald forzándose hasta lo imposible. "‘Til Death" de su debut o la desquiciada "Don’t Care" de "World Demise" (1994) nos condujeron hacia el obvio e inevitable final con la coreada "Slowly We Rot", un mar de púas y el incomrpesible rictus circunspecto de Terry Butler, algo que nos sorprende bastante desde que pudimos verle en persona en la pasada edición del Hellfest y, aún más, por el contraste que supone ver a los Tardy disfrutar o a un simpatiquísimo Kenny Andrews saludando a todos los fans con una sonrisa de oreja a oreja. Obituary sonaron como una apisonadora en un concierto corto pero que sirvió a modo de repaso de toda su carrera. 

Setlist de Carcass: 1985/ Unfit for Human Consumption/ Buried Dreams/ Incarnated Solvent Abuse/ Cadaver Pouch Conveyor System/ This Mortal Coil/ The Granulating Dark Satanic Mills/ Captive Bolt Pistol/ Exhume to Consume/ Reek of Putrefaction/ Keep On Rotting in the Free World/ Corporal Jigsore Quandary/ Mount of Execution/ Heartwork/ Land of Steel/ 

Y llegó el momento de los cabezas de cartel, de los protagonistas absolutos de la noche, Carcass. Una lona con la portada de "Surgical Steel" y la introducción que es "1985" sirvió para que Daniel Wilding se sentase a la batería, Ben Ash se colgase el bajo, la delgada silueta de Bill Steer tomase el escenario y Jeff Walker apareciese y ganasen la partida desde el comienzo con una desbocada "Unfit for Human Consumption". Si la voz de Walker sorprende en estudio por la inevitable conjetura sobre su pacto con el diablo, en directo resulta aún más asombrosa porque conserva toda la fuerza y desgarro. Las guitarras de Steer y Ash se mezclan a la perfección y crean un muro de sonido denso, eléctrico y nervioso, entre el muteado de las rítmicas y los afilados riffs. La primera canción de "Heartwork" (1993) no tardaría en aparecer, "Buried Dreams" irrumpió con su tempo más calmado y ese solo, casi en su tercer minuto, a medio camino entre el hard y el metal, fue sencillamente soberbio. 

Y de viaje a "Necroticism – Descanting the Insalubrious (1991)" con la trepidante "Incarnated Solvent Abuse" que sonó tan brutal como precisa, técnicamente perfecta. A la zaga fueron "Cadaver Pouch Conveyor System" o ese ataque sónico en que se convierte "This Mortal Coil", de nuevo de "Heartwork". "The Granulating Dark Satanic Mills" y su riff de apertura (por el que, seguramente, Kerry King mataría) nos demuestra que las canciones de "Surgical Steel" encajan a la perfección con las del resto de su repertorio más clásico. "Captive Bolt Pistol" o la matadora "Exhume To Consume" de "Symphonies of Sickness" (1989) terminaron de confirmar que Carcass estaban devorando vivos al resto de sus compañeros. 

Para acabar, "Keep On Rotting in the Free World" de "Swansong" (1996) y "Corporal Jigsore Quandary", o la triada final con "Corporal Jigsore Quandary", "Mount of Execution" y, como no, "Heartwork" o "Land of Steel" les hicieron abandonar el escenario con una sonrisa de satisfacción mientras entre el público algunos volvían a encajarse la mandíbula, recogían sus pedazos y otros intentaban recuperar la sensibilidad en las vértebras. Abandonamos la sala con un zumbido en los oídos pero una sonrisa de satisfacción, no sólo por lo que significa haber acudido a este magnífico cartel sino porque rara vez podremos disfrutar de nuevo a estas bandas girando juntas y un estado como el actual. Una noche para recordar...

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