Crítica: ZZ Top "La Futura"

Una, dos, tres, cuatro, cinco, diez, veinte y hasta treinta veces hemos escuchado "La Futura", el nuevo disco de la lil ol' band from Texas; ZZ Top para los no iniciados, una locura de semana en la que no hemos parado de ponerlo una y otra vez, tocar nuestras guitarras (imaginarias y reales) sobre todas y cada una de sus canciones, una semana en la que la frase "25 lighters on my dresser yessir I gotsta get paid" ha llegado a convertirse en un mantra y he deseado tener la voz tan cascada y aguardentosa como la de Gibbons para cantarla con un mínimo de dignidad, en la que he pisado el acelerador de mi coche al ritmo de "Flyin' High" y hasta he podido contemplar un atardecer cayendo sobre mi ciudad al ritmo de "It's Too Easy Mañana", estoy convencido de que poca gente le ha dedicado tanto tiempo a este "La Futura" en su primera semana. Publicaron "Texicali" como adelanto digital a su nuevo álbum, después de casi una década, ¿por qué conformarse con un single? Mejor cuatro canciones que, aunque nos supieron a gloria, no dejaban de ser eso; cuatro canciones y el que más y el que menos pensó que algo muy diferente es escuchar un adelanto que un disco entero, la prueba de fuego para nuestros tres amigos. Y es que han pasado nueve años, ni más ni menos, desde su último larga duración, aquel "Mescalero" (2003) que les hizo creer que su mejor momento había pasado. Sabían lo que el público pensaba, eran un gran grupo con un pasado glorioso pero sus últimos álbumes dejaban mucho que desear y necesitaban volver inspirados o, por lo menos, sentirse así, abandonar sus inseguridades y mostrarse en su nuevo disco como lo hacen en directo. ¿Para qué correr si ya no tienen nada que demostrar sino pasárselo bien y hacérselo pasar igual de bien o mejor a su público? Gibbons, Hill y Beard han esperado hasta encontrar el denominado "Mojo", hasta encontrarse a sí mismos tocando bajo la batuta de Rick Rubin (el resucitador de carreras en punto muerto), los tres juntos como en un directo y Rubin les ha llevado un poco más lejos sacándolos de su zona confort, haciéndoles tocar blues y rock como hacía tiempo que no lo hacían, como habían llegado a hacerse famosos. Para que nos hagamos una idea, para ZZ Top este disco ha supuesto volver a hacer las cosas tan bien como antes pero de una forma totalmente diferente. También es cierto que Gibbons había hecho los deberes y los últimos diez años no se los ha pasado sentado en casa acariciando su Les Paul Pearly Gates mientras vivía de las rentas sino que, aparte de colaborar con muchos y variados artistas, no ha parado de componer con la cabeza puesta en este disco y en los suyos en solitario y eso se nota, claro que se nota.

Imaginémonos por un segundo a dos de los barbudos más famosos de la historia del Rock, sentados con el productor barbudo más famoso de las últimas dos décadas, todo un Gurú que gusta de andar descalzo por el estudio,  Frank Beard (irónicamente el único sin barba en todas esta historia) aporreando la batería, decenas de guitarras repartidas por todo el local y montañas de nachos con salsa picante. ¿No suena inspirador? Así se ha grabado "La Futura", en un largo proceso de gestación con los típicos y ya esperados retrasos cuando hablamos del lanzamiento, que a su vez es resurgimiento, de una de los grandes grupos de la historia con Rick Rubin (con el que ya de por sí es difícil trabajar). Hagamos cuentas: Rubin y Gibbons se conocen en 1989 y Gibbons le promete que algún día trabajarán juntos, le devuelve la llamada pero veinte años más tarde, entre "Mescalero" y "La Futura" pasan nueve años, tres de retraso por problemas de producción y de salud de Hill y la famosa frase "25 lighters on my dresser yessir I gotsta get paid" que Gibbons aúlla en "I Gotsta Get Paid" procede de un rap que escuchó en 1996 de un tema que originalmente se grabó en sus estudios (los cuales compró en 1983). En el mundo de Gibbons todo funciona así y es que parece que este "La Futura" no podría haberse grabado en los setenta o los ochenta, todo lleva su laborioso proceso de elaboración y maceración a la vieja receta Tejana.

¿Para qué quieres una  Gibson  Les Paul
 del 59 cuando puedes tener una docena?
Si la portada de "La Futura" fuese un cuadro con más de cien o doscientos años de solera, trazaríamos todo tipo de absurdas interpretaciones y simbolismos pero creo que la más sencilla es que Beard, Hill y Gibbons miran a nuestra derecha porque están mirando el futuro. ZZ Top han vuelto revitalizados y mirando al mañana, no olvidan su pasado pero el futuro (como su nuevo disco) resulta más excitante ahora que vuelven a saber que existe. La clásica forma de tocar riffs blueseros de Gibbons nos saluda según pinchamos este disco, "I Gotsta Get Paid" es una maravilla que, aunque de ritmo lento, nos sobrepasa  a todos con la fuerza de sus guitarras y los fraseos al bajo de Hill que parecen juguetear bajo las capas de fuzz de Billy, un detalle que me gusta mucho es que en estas nuevas canciones escuchamos a Billy esclamar, sonreír y jalear sus propios licks, bendings y solos, es como estar en un concierto en el que el bueno de Gibbons da su aprobación cuando sabe que están sonando bien. "Chartreuse" es mucho más que el nuevo "Tush" porque tiene un ritmo atropellado que engancha desde la primera nota, una maravilla con la batería galopante de Beard siguiendo a Hill y Gibbons. "Consumption" suena incombustible y robusta, ¡cómo suenan las guitarras en este disco, parece que abrasan de lo crudas que resultan!

La balada "Over You" es preciosa con el punteo lleno de Soul, los arreglos y la voz de Billy sonando apasionado y sí, unos solos cuyas cuerdas parecen estirarse más de la cuenta hasta exprimir todo el sentimiento de sus dedos. "Heartache in Blue" es Taj Mahal y Muddy Waters mezclados con un blues vacilón y un ritmo juguetón con una armónica que suena de lujo, una de mis favoritas. "I Don't Wanna Lose, Lose, You" suena como los ZZ Top de toda la vida pero más directa que antes, más cercana al rock que al blues aunque en su riff nos recuerde a Canned Heat y llegamos al clímax con "Flyin' High"con unas guitarras stonianas y un estribillo pegadizo, magnífico, ¡un gran single!

Aunque la segunda balada de este disco está situada en el momento más oportuno de éste, después de "Flyin' High" llega la auténtica joya de la corona de "La Futura", "It's Too Easy Mañana" es capaz de emocionar a cualquiera, una variación sobre "It's Too Easy To Feel Good" que les suena espectacular, realmente emotiva, llena de feeling, nostalgia, melancolía y "mojo", mucho "mojo". Simplemente brillante. "Big Shiny Nine" aligera la carga de profundidad que ha supuesto "It's Too Easy Mañana" y nos prepara para la soulera "Have a Little Mercy" con la que te dejan con ganas de más. Diez canciones. ¿Para qué queremos más si con diez nos han llegado al corazón? Matrícula de honor para nuestros barbudos favoritos, un lujo tenerles de vuelta entre nosotros. Si tienes que regalarle un disco a alguien especial, que sea éste, no lo dudes.


© 2012 Conde Draco