Crítica: King Buffalo "Regenerator"

Tras la resaca de “The Burden of Restlessness” (2021) y “Acheron” (2021), fundamentalmente este último y el viaje que planteaba, no tenía duda alguna de que King Buffalo entrarían al estudio y grabarían un disco como “Regenerator” y esa propuesta por la cual, su música parece sencilla en la primera escucha hasta evolucionar y convertirse en un auténtico camino repleto de grandes desarrollos, capas y ese tipo de momentos en los que uno cree que va a levitar; como ocurre con la pieza que abre este álbum, la propia “Regenerator” o la concluyente, “Firmament”. Llegados a este punto, es inevitable mencionar que disfruté mucho más de “Acheron”, quizá porque en aquel momento, la publicación de “The Burden of Restlessness” (2021) y “Acheron” (2021) me parecieron los lógicos restos del naufragio que para todos supusieron un año como 2020 y aquel segundo álbum, de los publicados en pocos meses, lograba la sensación de transportarnos hacia otro lugar, como si Kyuss se hubiesen fusionado con Tame Impala y los Beatles más psicodélicos y lisérgicos. No se trata pues, de un hecho objetivo como tal, sino de una apreciación plenamente subjetiva, propia de cada oyente y para la que, seguramente, cada uno de los ojos que se posen sobre esta crítica tengan una muy diferente. Así, “Regenerator”, es más directo, con menos tendencia a la ensoñación, claro que hay momentos en los que McVay, Reynolds y Donaldson se enfrascan en un desarrollo que los lleva a ellos y a nosotros muy lejos, pero siempre de una manera contenida y no esperando que sea el oyente el que ponga más de su parte, que ellos mismos, como sí ocurre con otras bandas.

“Regenerator”, la canción, nos lleva al galope al ritmo de Reynolds y pinceladas de McVay, es la repetición la que consigue que les acompañemos, el ritmo vibrante de sus estrofas y la voz, mucho más limpia de McVay, la que obra el milagro, mientras la guitarra y el Wah hacen el resto sobre la línea del bajo e incluso cuando da la sensación de King Buffalo están inmersos en una jam, es tan accesible como para entretener al oyente casual y no únicamente a aquellos que pueden llegar a entender su música o cómo funciona una jam a un nivel más profundo; resumiendo, no hace falta saber para disfrutar lo que el álbum plantea. “Mercury” y su compás, más cercano a un vals, además de la reverberación de McVay, consiguen que la canción sumerja al oyente hasta que entra la guitarra con más agresividad, emergiendo del océano, hasta ser sepultada de nuevo por las olas del bajo de Reynolds y su fraseo, mientras “Hours” y su comienzo, más cercano a la urgencia del garage rock es justamente la píldora que necesitábamos para que “Regenerator” se convierta en un cohete propulsado y sólo en sus últimos dos minutos recordemos que estamos en un disco espacial, característico de King Buffalo.

“Interlude” es un claro homenaje a los Beatles de “Revolver” (1966), lo que no impide que sea disfrutable por romper y rasgar el álbum y prepararnos para “Mammoth” y su constante latido, un cruce entre Kyuss y Floyd, por culpa de la guitarra de McVay, esa misma que entrará de manera gruesa y convertirá la canción en una pesadísima pieza con un riff enorme, del que únicamente nos sacará la guitarra solista, más setentera que nunca. Mientras “Avalon” juega con su atmósfera, como un entretenimiento, hasta el lamento con el que parece comenzar “Firmament”, antes de endurecerse a fuerza de la tormenta eléctrica desatada por la guitarra de McVay y la fuerza de la naturaleza que es la base rítmica, conformada por Reynolds y Donaldson, concluyendo el disco de manera soberbia.

“Regenerator” es un disco para disfrutar y escuchar en todo su esplendor, gracias a una cristalina producción en la que el bajo suena redondo y transparente, mientras la guitarra está repleta de calidez y la batería golpea con contundencia, pero sin saturar, mientras la voz te guía y hace elevarte respecto al resto. King Buffalo es una de esas bandas con las que uno siempre tiene la sensación de que lo mejor está por llegar, pero, mientras tanto, siguen grabando discos de extraordinaria calidad.

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