Crítica: Incantation "Sect of Vile Divinities"

Si lo piensas bien, ¿cuántas bandas o artistas son capaces de aguantar treinta años haciendo lo mismo, siendo fieles a su arte, sin defraudar? ¿sin cambiar súbitamente para terminar volviendo al redil con el rabo luciferino entre las piernas? Hagámoslo más difícil, ¿cuántas en el mundo del metal o el death metal? A mi cabeza y, seguramente a la de muchos, vienen dos nombres; Incantation e Immolation. Ambas bandas no sólo mantienen su estética, valores y principios, sino que lo hacen a un grandísimo nivel, fuera de toda duda, con trabajo y esfuerzo. En el caso que nos ocupa, Incantation, es verdad que "Primordial Domination" (2006) y "Vanquish in Vengeance" (2012) son dos discos enormes, difíciles de superar, y "Profane Nexus" (2017), siendo un gran álbum, quizá no llegue a la altura de estos y algo similar ocurre con "Sect of Vile Divinities" (2020), un álbum mezclado por  Dan Swanö (Wilderun, Bloodbath, Opeth, entre otros) en el que prima una producción cristalina, pura y ordenada. Sin embargo, este atributo no hace otra cosa que brutalizar la propuesta de los de Johnstown que, cuando hacen sonar sus guitarras, profieren heréticos y pesados riffs repletos de grano, corrosión, mala leche y acidez. Si piensas que el trabajo de Swanö no hace justicia a Incantation es porque no les conoces o no has escuchado este álbum, por que -en definitiva- quizá no tengas ni puta idea.

 

“Ritual Impurity (Seven of the Sky Is One)” abre con rapidez y mala leche; no es ninguna novedad que Incantation suelen resultar tan caústicos que su agresión musical podría producir verdaderas heridas y cuando llega “Propitiation”, uno sabe que está ante un nuevo disco de Incantation, una banda seminal a la que todos le debemos algo, un single tan clásico del sonido de la banda que uno tiene la sensación de haberla escuchado antes; John McEntee nos devora en la segunda mitad, nos come vivos y no deja ni rastro, sus guitarras se unen a las de Lombardozzi, como en la doomy "Entrails of the Hag Queen" o esa "Guardians from the Primeval", que podría parecer una introducción y pronto se despereza entre estertores de taurina. El descenso de revoluciones es necesario e Incantation aprovechan el medio tiempo que es “Black Fathom’s Fire”, para convertirse en una pesada serpiente en “Ignis Fatuus” y lograr que la guitarra de Lombardozzi parezca siamesa de "Chant of Formless Dread".


El dramatismo llega en "Shadow-Blade Masters of Tempest and Maelstrom" con la unión de las guitarras y el doble bombo de Severn, mientras que en “Scribes of the Sygian” se transforman en una banda más pesada, dejando atrás el death, algo que parece premeditado cuando escucho “Unborn Ambrosia” y siento que a este terreno no han llegado por casualidad, a pesar de recuperar pulso con “Fury’s Manifesto” y "Siege Hive", rompiéndonos el cuello por completo. 


Acaba el disco y uno se siente saciado de death metal y de Incantation, con un álbum tan trabajado como "Profane Nexus", apostando por una producción cristalina que engrandece su leyenda y un trabajo tan loable como esmerado sobre el papel. Puede que no sorprenda y tampoco se convierta en el mejor de su discografía, pero hay algo claro y es que Incantation conservan su esencia y nos ofrecen justo lo que más necesitábamos; pútrido y maloliente death metal. Parece sencillo pero no lo es…


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