Crítica: Slipknot “.5: The Gray Chapter”

Vamos a tener que darle la razón, en parte, a Lemmy Kilmister cuando decía de los de Des Moines aquello de “yo vengo del rock and roll; esta gente con monos de trabajo y caretas viene del circo” y es sólo en parte porque no será precisamente por sus atuendos por lo que Slipknot se ha convertido en un circo. La historia es vieja, tan vieja como el Rock N’ Roll, y es aquella de un grupo que tiene éxito y con él surgen las tensiones, los dimes y diretes. La cima, dicen muchos, la alcanzaron con Iowa (2001) y de eso hace ya trece años cuando más de la mitad de sus fans de ahora, esos que se hacen llamar maggots al otro lado del charco, no se habían ni siquiera destetado, que nadie se lleve a la confusión; claro que “Vol. 3: (The Subliminal Verses)” (2004) es un gran disco y “All Hope Is Gone” (2008) es más que una digna continuación. Es más, hasta este “.5: The Gray Chapter” (2014) tiene su puntito y, aunque la nota final baje inevitablemente, contiene algunas canciones que seguro resultarán memorables en directo, la producción a cargo de Greg Fidelman (quien también se encarga del disco de Slayer, aún en plena cocción y con quien ya trabajaron en “Vol. 3” en las mezclas) suena brutal y me gusta en particular porque en ella no sólo hay volumen sino también matices, los suficientes para poder distinguir con claridad las guitarras, la percusión y hasta el bajo en un grupo que no es tal sino un colectivo de nueve músicos que, cuando pisan el acelerador, entran a la melé pero, honestamente, nunca volverá a haber un “Slipknot” (1999), es imposible que repitan lo logrado con su primer álbum y, por un lado, así está bien

 Pero con todo, con este “.5: The Gray Chapter”, a veces, es inevitable no sentir que se han dejado algo en el tintero, que podría haber sido mejor, que podrían haber manejado la situación de una manera más inteligente y que la salida de Joey Jordison se podría haber evitado, que no es normal que Jim Root haga esas incendiarias declaraciones mientras Thompson y Crahan callan y se barrunta el apocalipsis en el seno del grupo. Pero vayamos por partes para poder entender la situación actual del grupo y este disco, intentaremos resumir.

Muere Paul Gray en el 2008, Corey intenta ser el vocalista de Velvet Revolver y hasta llegan a grabar un disco que, hasta el momento, no ha llegado a ver la luz y parece ser que, según Slash, nunca lo hará. Se saca de la manga la autobiografía “Seven Deadly Sins” (incomprensible para alguien de su edad y recorrido, no hay crítica que valga: este libro tendría más morbo y sustancia si hubiese esperado diez o veinte años) Slipknot sale de gira con aquel “Memorial Tour” del 2011 (en el que pudimos dar fe del buen estado de forma de la banda en directo) y,  tras multitud de rumores sobre el nuevo disco y de ruptura por parte de titulares de Corey que Shawn acalla, en vez de meterse al estudio, Stone Sour publica “House of Gold & Bones - Part 1” (2012) y “House of Gold & Bones - Part 2” (2013) además de embarcarse Corey en alguna que otra actuación acústica en solitario y girar por los mejores festivales del mundo con Stone Sour (en esta ocasión también fuimos testigos de aquella gira y la actitud de Corey fue errática por momentos, dedicándose más a agradar al sector femenino que a todos aquellos que vestían camiseta de Slipknot).

Jim Root sale por la puerta de atrás de Stone Sour y comienza el circo. El nuevo disco, el que nos ocupa, que no llega y se demora mientras Root compone y Corey sigue con su grupo. Por fin, Slipknot entran al estudio a grabar y tanto en el proceso de mezcla como de producción continúan los rumores, finalmente se confirma su presencia en el Knotfest y comienzan a filtrarse las primeras imágenes del grupo, tanto las criticadas nuevas máscaras como la portada del single “The Devil And I” y empieza la polémica de nuevo… En el videoclip oficial, aparecen el nuevo bajista y el batería pero pronto algunos fans identifican a Alessandro Venturella (técnico de Mastodon y Coheed And Cambria) por los tatuajes de su mano, Corey se lamenta en una entrevista de radio: ¡por qué no le pusimos guantes! Mientras todo el mundo gira el pescuezo a la batería y los rumores de que Jay Weinberg (hijo del mítico Max Weinberg de la E Street Band de Springsteen) está tras los parches. Las entrevistas promocionales se suceden y Root se despacha a gusto con Stone Sour, es más feliz fuera del grupo, no les echa de menos, muchos fans le preguntaban por el nuevo disco de Slipknot y la culpa era de Stone Sour porque, como admitió en Blabbermouth; él estaba componiendo y los chicos estaban preparados para grabar y tocar mientras Corey seguía con su grupo. Shawn Crahan dice haberse llevado al nuevo batería a visitar la tumba de Gray para que le rindiese sus respetos mientras la ex-novia del bajista fallecido vuelve a resucitar las declaraciones de meses anteriores  en las cuales les acusa de no haberle prestado ayuda y haber estado más ocupado con Stone Sour o jugando al golf que atendiendo la llamada de socorro de Paul y Root sale a la defensa de sus compañeros. Corey sigue con el tema de las identidades, defiende su nueva máscara tras las críticas de la red y dice no querer revelar las identidades de los nuevos y futuros miembros del grupo porque los puestos en Slipknot se ganan y además -entre nosotros- así se puede cambiar de integrantes como piezas de un mecano sin que esto afecte a la agenda del grupo ni impacte en los seguidores. Root vuelve a contraatacar con el éxito comercial de Stone Sour, según el guitarrista éste se lo debe todo a Slipknot y recalca que se siente aliviado ya que en el proyecto paralelo del vocalista sólo les interesa componer canciones pop, sonar en la radio y hacer caja. Como dice Corey Taylor; “creo que ahora mismo soy uno de los tipos más odiados del mundo pero me da igual, está bien que hablen de uno aunque sea para mal, es publicidad igualmente”.

Este resumen puede parecer gratuito a estas alturas pero es necesario saber en qué ambiente se ha cocinado “.5: The Gray Chapter” un disco que, en mi opinión, llega tarde pero cuyo impacto, sin embargo, no se ha visto reducido por la máquina de generar titulares en la que se ha convertido el grupo. Y toda esta tensión, queramos o no, tiene que masticarse en el nuevo disco, no seré el que critique un arranque como “XIX”, aquí no hay “pero que valga”, es una canción lenta pero es interesante por el fondo musical, es intensa y emotiva, no todo van a ser timbales, platos y riffs, Slipknot saben perfectamente crear una atmósfera opresiva y cuando uno escucha al comienzo “esta canción no es para los vivos, es para los muertos” uno no puede menos que entender que va por la gente que se ha quedado en el camino, no sólo el propio Gray, Corey se lamenta: “With my face, against the floor I can see you knocked me out of the way. I don't want, to get back up but I have to, so it might as well be today. Nothing appeals to me, no one feels like me I'm too busy being calm to disappear” y baja del pedestal para decir “no estoy tan en forma como para estar a solas muy al contrario de la mierda que puedas oir de mí” podemos interpretarlo como queramos pero aquí no hay máscaras que valgan. Me gusta la música, los samplers y lo que tímbricamente podría ser una gaita pero no olvidemos de que es una canción que transmite soledad y ahí, al fondo y a bajo volumen, podemos escuchar una guitarra acústica siendo rasgada. ¿Es Corey un incomprendido, es una víctima de su propio papel protagonista, es la “cabeza de turco” y en Slipknot hay alguien que maneja la situación mientras deja que el vocalista cargue con la presión, quizá Crahan? La canción mantiene la tensión hasta el final gracias a versos como “Don't let this fucking world tear you apart” y es una brillante introducción para un tema como "Sarcastrophe" y del tono sombrío del álbum.

Cafre, burra y quizá "Sarcastrophe" es la que más nos recuerde a lo que eran Slipknot, como una estampida, Corey se despacha a gusto entre guturales y coros a gritos; “It's everybody's deaths but they have only one. Will you come testify in the court of myopic opinion? Or will you settle for oblivion?” y un estribillo a la altura del grupo, donde no hay decepciones que valgan: “(We) We make this world worth saving (Are). Are you prepared to believe? (Killed) Kill everything that kills you (Gods). Live long and die for me”.

Pero después de la brutalidad de "Sarcastrophe" llega "AOV", es un gran tema con un riff musculoso y no perdemos la esperanza hasta que llega el estribillo, Corey cambia dramáticamente tras el puente y llega de nuevo la voz melódica que tanto nos recuerda a Stone Sour, "AOV" se queda a medio gas, no es "Duality" ni tampoco "Wait And Bleed" y tras un puente tan glorioso y una estrofa rapeada por momentos es ligeramente decepcionante la repetición una y otra vez del estribillo con esos coros pero, aún así, tiene grandes momentos: “Kill myself, fuck myself or tell myself about the only thing that matters now. We bury what we fear the most , approaching original violence… We carry what we can't control, approaching original violence in the silence. There is a nihilist who doesn't care and never did” y es que Slipknot, tras todas aquellas críticas de ser unos tipos que en sus letras tratan dilemas adolescentes no hay más que desconocimiento, habitualmente y este “.5: The Gray Chapter”  no va a ser una excepción, hablan de nuestros miedos, sentimientos de culpa y angustia, pesares y dilemas existenciales, escribiendo no son Kierkegaard o Cohen pero sus letras son suficientemente abiertas y de calado como para ser escuchadas. No creo haber leído tantas pseudo críticas a los textos de Slayer, Machine Head, Anthrax o Sepultura, por poner un ejemplo.

“The Devil in I” fue lo primero que pudimos escuchar del disco, el riff del comienzo es aplastante aunque decepcionante sea también el cambio de ritmo y cómo se sosiega toda la canción en general, aquí la calma tensa que emanaba “XIX” se traduce en unas estrofas inofensivas que entran más en el territorio del rock alternativo que en el del metal. Una de las críticas más escuchadas de este “.5: The Gray Chapter” es que Slipknot cada vez se asemejan más a Stone Sour, Corey sale al paso diciendo que es lo malo de estar en dos grupos: “cuando canto melódico en Slipknot me dicen que sueno como Stone Sour y cuando canto agresivo en Stone Sour me dicen que parecemos Slipknot” pero el problema no es tímbrico, el problema son las composiciones, hay demasiadas líneas melódicas. “The Devil In I” tiene buenas ideas  y el estribillo es pegadizo, además se aprecian ganas de cambio, de explorar nuevos caminos para el grupo, nada que objetar en esos cambios de ritmo pero sí en el tono general de esas estrofas, ese tono inofensivo que a veces también intoxica el resto del disco. Sin embargo, volviendo al terreno lírico, las letras son de lo mejor del álbum: “Under the words of men, something is tempting the father. Where is your will, my friend? Insatiates never even bother. You and I, wrong or right Traded a lie for the leverage In between the lens in light. You're not what you seem”.

Como "Killpop" asusta al principio de nuevo por la inclinación melódica de la garganta de Corey, poco a poco el "in crescendo" va tomando cuerpo y parece que va a despegar pero, de nuevo, la mata el estribillo y esos juegos a dos voces: "Maybe I should let her go but only when she loves me, she loves me" y sí, por qué no decirlo, echo mucho de menos los scratches de Sid, ¿dónde se han metido? Chris y Shawn aporrean los timbales, mientras Thompson y Root salvan la canción con el riff y el magnífico solo pero la canción roza el metalcore más poppie.



"Skeptic" descarga sobre nosotros y, por un momento, volvemos a sentir a los Slipknot más enloquecidos pero que nadie se desmelene porque es un caos controlado y, si alguien presta algo de atención, podrá darse cuenta la disminución o ausencia de graves durante los casi cinco minutos que dura la canción o, por lo menos, en comparación con el resto de la producción. Por lo menos, "Lech" vuelve a golpearnos y esta vez sí con más mala leche y Sid dándole a los platos. ¿Otra lenta? Sí, "Goodbye", totalmente innecesaria e incomprensible si tenemos en cuenta que encaramos la recta final del disco, totalmente prescindible y aburrida. El enloquecido riff de "Nomadic" y sul rápido y enfebrecido solo volverá a poner las cosas en su sitio, igual que "The One That Kills The Least" parece hacernos recuperar cierta fe hasta esas voces melódicas que vuelven a arruinar el resultado, que nadie se piense que soy un gran fan de los guturales, es más, suelo preferir una buena garganta que sea versátil y sepa cambiar de un estilo a otro y Corey cumple más que de sobra pero en un grupo como Slipknot sobran tantas melódicas. "Custer" fue el otro adelanto que todos pudimos escuchar y aquí sí que sentimos a los Slipknot de toda la vida o, por lo menos, con la lección aprendida y Thompson y Root hacen rugir sus guitarras mientras el nuevo batería, ¿Jay Weinberg? da cera tras los parches.

"Be Prepared for Hell" vuelve a retomar exactamente la misma atmósfera de "XIX" pero es sólo un “outro” que enlaza con "The Negative One", un tema menos pesado, más rápido, musculoso y abigarrado, un más que digno final para un disco como éste y en el que parecen hablar de las dos caras de la misma moneda que al final somos todos, de las múltiples personalidades que conforman un individuo.

En definitiva, “.5: The Gray Chapter” es un buen disco, no es memorable pero se disfruta. Debería haber salido hace tres años porque seis años de espera son demasiados (aunque Corey digan que necesitaban espacio para llorar) y sobran dos o tres temas para que fuese realmente redondo a pesar de sus defectos de base. Cuando uno piensa en Slipknot, piensa en esa descarga de adrenalina, en ese caos en el que se convierten sus directos, piensa en un grupo que quizá deberían haber mantenido aún más la magia, no haber desvelado sus identidades, olvidarse de proyectos paralelos y dedicarse a tocar una y otra vez, al final lo único que importa y a lo que se reduce todo es la música y entre tanta polémica ésta a veces es la principal perjudicada. Gustará a maggots y adolescentes y servirá de argumento para sus detractores. A pesar de los buenos momentos y la gran excusa que supone para verles una vez más sobre un escenario deja algo templado…

© 2014 Jim Tonic