Crítica: Insomnium "Heart Like a Grave"

Dicen que el paso del tiempo y los acontecimientos son algo cíclico, que las esferas de los relojes analógicos eran un reflejo de ello (más cercanas a la realidad que las digitales) porque, psicológicamente, las agujas pasan por el mismo sitio, mientras que las digitales son un contador que única muestra un avance y una vuelta a empezar, pero nunca un paso por el mismo lugar. Que las modas y tendencias se repiten, que la política es una secuencia repetida sobre una base económico y social y estas también. Que lo que guardas en el armario porque está desfasado, tan sólo hace falta guardarlo un poco más porque volverá a estar de moda y en esto de la música, que el melodeath que una vez fue una novedad y, posteriormente, defenestrado cuando cayó en la caricatura y la consiguiente pérdida de originalidad y frescura, muchos aseguran que volverá. Y, escuchando "Heart Like a Grave" (2019), he de reconocer que así podría parecer. Vale que Insomnium alcanzaron la cima con "Winter's Gate" (2016), con permiso de "Above the Weeping World" (2006), pero también que es una cumbre muy alta ya que los finlandeses pueden presumir de una discografía sobresaliente pero lo que los honra y es digno de toda alabanza es que, en lugar de estancarse y repetir una y otra vez la misma fórmula, o afrontar una tibia decadencia tras la que es una auténtica obra maestra conceptual, Insomnium acaban de publicar un álbum, como es "Heart Like a Grave" (2019), de una naturaleza que parece claro que no pretende igualar el logro anterior pero es que ni tan siquiera lo intentan y, en lugar de ello, han escrito un disco bello, melancólico como sólo puede ser, pero robusto (tanto en su dirección musical, como en su composición) y un grado técnico que en vez de apostar por el malabarismo más gratuito, se ciñe a la canción, en busca de la melodía y prescindiendo del ornamento. ¿El resultado? Uno de los mejores discos de death metal melódico del año, sin duda.

Con la incorporación definitiva de Jani Liimatainen (ex-Sonata Arctica) y la ayuda en la producción de Teemu Aalto, quien también les ayuda con los arreglos, Insomnium han grabado un disco en el que no ceden un ápice de contundencia en favor de esa accesibilidad que les caracteriza. Por ejemplo, "Wail of the North", comienza de manera épica pero sencilla con unos teclados en un ascenso de intensidad que las guitarras de Friman, Liimatainen y Vanhala ayudan a acentuar, es verdad que como apertura poco aporta a su universo por lo que será "Valediction" la que abra realmente el álbum y con ella se defina la naturaleza de "Heart Like a Grave" respecto al anterior. Las guitarras se solapan sin darnos respiro y las voces limpias de Liimatainen y Friman se alternan con las gruesas de Sevänen, trazando perfectamente los diferentes estados emocionales de una canción en la que siento que no falta nada.

Puro melodeath con "Neverlast", prescindiendo del papel de regalo y los lazos, yendo a lo importante; gruesos pero pegajosos riffs y la guitarra de Vanhala planeando sobre el estribillo. ¿Qué más se puede pedir? Bien ejecutada y pegadiza, con las dosis justas de azúcar, como siempre debería haber sido en este subgénero. Pero, porque el hombre no sólo vive de death metal melódico, "Pale Morning Star" sube la apuesta, no sólo en minutaje, sino también en el crisol de influencias de Insomnium, mezclando elegantemente su estilo con algo de black y la maestría suficiente como para articular las diferentes partes de la composición y que no perdamos el interés en su escucha. "And Bells They Toll" trae el otoño de Type O Negative pero con el helador ambiente de Finlandia, un tempo mucho más lento y un acertado toque de las guitarras, no sólo en el tono sino en su sonido, junto a las voces limpias, son las que logran la transformación de Insomnium, antes de volver al redil con "The Offering" en la que, a pesar de sentirse desatados, hay un espacio para un bonito puente y la continuación acústica de la introducción de "Mute Is My Sorrow" y lo brillante de hilvanar dos melodías entre tres guitarras o la poderosísima pegada en "Twilight Trails" jalonada por unos arreglos verdaderamente dramáticos, antes de una despedida a la altura de las circunstancia con la propia "Heart Like a Grave" que, a pesar de los coros y los arreglos, de las diferentes pistas de guitarra, sin embargo, no me parece la mejor composición de todo el álbum, agradeciendo un final instrumental como “Karelia”, sonando más a Amorphis que a ellos mismos (por no mencionar, la preciosidad que es la acústica “The Tue Morning Star”).

Lo dicho, "Heart Like a Grave" no es la segunda parte de "Winter's Gate" y, como oyentes y seguidores, lo agradecemos, tanto como el esfuerzo por parte de Insomnium de seguir fieles a un estándar de calidad realmente alto, al alcance de muy pocos tras diecisiete años. Tan bello como helador, no hace falta esperar otra vez las nieves de "Winter's Gate", el otoño puede ser igual de frío si lo tiñe la melancolía de Insomnium…


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