Crítica: As Lions “Selfish Age”

Soy el primero al que le irritan las simples menciones a los parentescos por parte de la crítica y los seguidores pero cómo negar que si Austin Dickinson no fuese hijo de una leyenda viviente como Bruce Dickinson no es que no le hubiésemos prestado atención a As Lions (y antes a Rise To Remain) sino quizá, tan sólo quizá, ni siquiera se hubiera publicado el álbum que nos ocupa o, mucho mejor, todos los anteriores. No es que “Selfish Age” sea una continuación de aquel metalcore blandurrio que firmaron Rise To Remain a pesar de que As Lions sea las tres quintas partes de aquellos con Will Homer, Conor O'Keefe y el propio Austin en sus filas, es que “Selfish Age” es mucho más inconsistente y tiene dos grandes defectos que desarman casi cualquier posible defensa; la música que As Lions han grabado aquí es tan inofensiva y vacía que no plantea ningún riesgo al oyente y, lo peor de todo, posee tanta peligrosidad y arrojo como el algodón de azúcar. El segundo gran defecto es que habiéndose amparado en una producción complaciente y excesivamente relamida (algunas a manos de Kane Churko, hijo del también mítico Kevin Churko), “Selfish Age” no posee ni un sólo single, ni una sola canción que se pegue como un chicle pero, por contra, tampoco ninguna que posea una calidad tal que sirva como excusa para esa falta de accesibilidad; es como si la banda hubiese decidido vender su alma al diablo de la FM y este les hubiese concedido el sonido pero no la genialidad, la creatividad para que a pesar de las formas sean capaces de llegar al público con ese talento del que por supuesto carecen.

“Aftermath” es puro pop revestido con algunos de los elementos metálicos que todos reconocemos en otras producciones que sí funcionan y resulta chocante por su melodía y lo prefabricado del producto además del intento de colarnos una vulgar cancioncilla pop adolescente con el maquillaje de la música por la que intentan hacerse pasar As Lions. “The Suffering” o “Bury My Dead” son pop infantiloide sin pretensiones e incluso la voz de Austin suena como si sus gónadas hubiesen encogido más de la cuenta tras Rise To Remain; si aquello ya era blando, As Lions nos engañará con algunos arreglos pero esconde una naturaleza con la misma consistencia que el guano. Austin aseguraba en las entrevistas que con As Lions ha podido librarse de las ataduras (desconocemos cuáles…) y se lo ha pasado genial grabando “Selfish Age”, pena que nada de esa supuesta diversión y libertad se traduzca en canciones como la sintética y artificial “Deathless”, la impostada épica de baratillo que domina la que da nombre al disco o intentonas en balde como “White Flags” o “Pieces”.

El colmo llega con la balada “World on Fire” transformada en un medio tiempo de estructura clásica entre estrofas más calmadas con arreglos de piano y estribillos de rabia contenida que no transmiten absolutamente nada. “One By One”, “The Fall” (horrorosa de principio a fin, desde su producción hasta su interpretación) y “The Great Escape” acaban con el suplicio de un disco que se hace demasiado largo a pesar de estar compuesto tan sólo de once canciones.

Es cierto que la genética es a veces cruel y caprichosa y mientras que era más fácil que Liv Tyler heredase la belleza de Bebe Buel, Austin Dickinson sencillamente no posee la genialidad, el carisma y las dotes artísticas de su padre pero lo que sorprende es su empeño por grabar una nadería tras otra cuando debería darse cuenta de que lo suyo no es la música y si lo es tiene un gran problema sobre su cabeza porque la interminable sombra de Bruce Dickinson siempre nublará casi cualquier intento de triunfar. 

Mucho tienen que cambiar las cosas para que As Lions sea el proyecto definitivo de Austin; qué duda cabe que siempre es más fácil llegar si tu padre es quién es pero que verdad también es lo jodido que resulta demostrar y mantenerse. “Selfish Age” es otra decepción más en el vasto “universo Maiden” en donde parece que todo lo que rodea a un monstruo como es Eddie es tan insignificante que asusta; bien sean los leones de Austin o el británico de Steve Harris. As Lions se han gastado el dinero en grabar unas canciones que podrían haber permanecido por eones flotando en el éter, ahora sólo tienen que gastarse un poco más promocionando un producto que saben que no merece la pena, quedamos a la espera del siguiente proyecto fallido de Austin Dickinson, corto y cambio…


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