Crítica: Artillery "Penalty By Perception"

Artillery nunca lo han tenido fácil y si hay una banda que actualmente se merezca más reconocimiento tras tres décadas de thrash (que, en realidad, tan sólo es una ya que estuvieron separados durante casi veinte años) son los daneses. La verdad es que la de los noventa les pilló en pleno descanso tras su hiato con “By Inheritance” (1990) y fue lo más acertado que pudieron hacer ya que el rock alternativo de aquellos años hizo trizas las listas y mandó a paseo a muchas formaciones de los setenta y ochenta; los que aguantaron vivieron horas bajas y aquellos que quisieron actualizar su propuesta fueron la mofa de sus compañeros de generación. Si en los ochenta el rock se vistió de sintetizadores y logró que algunas vacas sagradas de los setenta hicieran el ridículo con hombreras y teclados, los noventa fueron los que introdujeron el existencialismo, las camisas de franela y la barba de tres días en muchas bandas de los ochenta.

Pero Artillery estuvieron en barbecho esos nueve años, publicaron “B.A.C.K.” en 1999 y volvieron a dejarlo hasta el 2007, dos años más tarde se sacarían de la manga “When Death Comes” (2009) (uno de sus mejores álbumes junto a “Terror Squad” del 87 y el mencionado “By Inheritance” del 90) y, desde entonces, no han vuelto a plantearse el retiro. Y nos encontramos en pleno 2016, con “Penalty By Perception” que es claramente superior a los potentes pero regulares “My Blood” (2011) y “Legions” (2013) ya que en él Michael y Morten Stützer hacen quizá su mejor trabajo en años, además es quizá la formación más estable del último período, con Michael Bastholm Dahl a las voces, mucho más cómodo (recordemos que reemplazó a Søren Adamsen tras “My Blood”), Peter Thorslund al bajo y Josua Madsen (también segundo trabajo del batería, tras Carsten Nielsen). Los constantes cambios en la formación de los thrashers tampoco es que hayan favorecido al conjunto de unidad pero el combo actual lleva ya casi cinco años trabajando, estabilidad que, queramos o no, debía notarse en “Penalty By Perception”.

Casi seis minutos son los que les bastan para sintetizar su “nuevo sonido”, cinco minutos largos que son lo que dura la velocísima “In Defiance Of Conformity”. Riffs a toda velocidad y la voz de Bastholm Dahl aportando la melodía y ese puntito power que evidencia quizá el único punto débil en su voz y es que le falta la mala leche, el veneno rabioso de todos los cantantes de thrash, Artillery retoman el camino allá donde lo dejaron con “Legions” y lo llevan un paso más allá; aumentando las revoluciones y la dureza de las guitarras pero en donde “Penalty By Perception” realmente gana es en las canciones, el estribillo de “In Defiance Of Conformity” se pega como un chicle, como “Live By The Scythe” que suena más clásica pero con la misma pegada y mala leche, además de unos solos auténticamente incendiarios mientras que aquella que da título al álbum, “Penalty By Perception”, es la más pesada y agresiva con ese riff grueso y cargada de mala baba mientras Michael sube el tono haciendo que su garganta se eleve en la mezcla.

“Mercy Of Ignorance” posee, simple y llanamente, el mejor riff de todo el disco y su ritmo machacón en las estrofas nos lleva a un estupendo puente que se dispara hacia el cielo, por no hablar de nuevo del trabajo de los hermanos Stützer en el que, mientras uno trabaja las rítmicas, el otro hace relinchar a su guitarra como si fuese un caballo salvaje.

Sin darnos tregua alguna, “Rites Of War” vuelve con otro estribillo memorable y una guitarra cargadita de Wah mientras que en “Sin Of Innocence” son Peter Throslund y Josua Madsen los que construyen una sólida base para que los Stützer arranquen otro potente riff. La balada, “When The Magic Is Gone” con arreglo de cuerdas y piano incluído, nos recordará por unos segundos a “One” de Metallica pero es Bastholm Dahl quien la convierte en toda una balada power y se agradece el cambio de tercio pero lo cierto es que ni ésta ni “Path Of The Atheist” que cierra el disco son de lo mejor de “Penalty By Perception”, como “Cosmic Brain” o “Deity Machine” a Dream Evil, sobre todo esta última (con un mayúsculo duelo de guitarras fabuloso), y sí que conforman una segunda cara llena de fuerza, haciendo que el álbum gane como unidad.

Un disco que encuentra a los daneses en plena forma y con ganas, que les reafirma tras “Legions” y hará que olvides “Fear Of Tomorrow” o “Terror Squad” si tu intención era que volviesen por esos derroteros. Sólidos, veloces, cortantes y con canciones adictivas, thrash/speed con huevos y un poquito de azúcar, es difícil decirle que no a Artillery…

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