Crítica: Me And That Man "New Man, New Songs, Same Shit, Vol.1 ..."

Creo haber entendido, de alguna manera, las intenciones de Nergal y su forzosa separación de John Porter, además de la socarrona broma sobre su muerte en el primer videoclip de este, su segundo álbum. "Songs Of Love And Hate" era verdaderamente horrible, una mezcla entre King Dude y un imitador de segunda de Nick Cave, las canciones no funcionaban y siempre sentí que aquel disco se quedaba lejos de lo que Nergal, como buen seguidor del australiano, quería lograr. Quizá Porter tuvo la culpa, quizá la poca madurez del proyecto o la obsesión del propio Nergal por Cave. Y lo cierto es que este "New Man, New Songs, Same Shit, Vol.1 ..." es infinitamente superior, aunque tenga momentos vergonzosos y, honestamente, se salve por algunas colaboraciones y un sonido mucho más trabajado, definido y claro en sus aspiraciones, pero falle en esa orientación americana en la que Darski parece perderse y querer abarcar más de lo que puede y buenamente debe.

El ejemplo más claro es la colaboración de Munkeby en “Run With The Devil” en la que casi nada encaja y abusa de la repetición, o la enésima evocación a Cave en “Burning Churches” en la que la banda muta en unos Bad Seeds de pacotilla con Matt McNerney (Vomitorium pero también Beastmilk) o ese intento góspel que seguramente a Nergal le ponga mucho pero que suena forzado y otros momentos prescindibles como “Deep Down South” (Johanna Sadonis y Nicke Anderson) en los que uno no puede hacer otra cosa que parar en seco su caballo, descubrirse la cabeza, escupir tabaco y pensar que este polaco se ha confundido y ha “americanizado” una propuesta que tendría mucho más encanto si hubiese conservado sus raíces europeas que, por cierto, los Seeds también poseen.

Seré sincero, también hay aciertos como "Męstwo" o “By The River” con el grandioso Ihsahn (Emperor) por la que merece la pena la compra de este "New Man, New Songs, Same Shit, Vol.1 ...". “Man Of The Cross”, aunque tenga aroma a western, funciona en su solemnidad y lo polvoriento del camino, todo lo contrario que “You Will Be Mine” con Matt Heafy de Trivium; experimentos a medio cocer que han sido aderezados en el estudio y se salvan ligeramente de la quema frente a las anteriores. Como “How Come?” con Corey Taylor y Caggiano en la que hay que reconocer que la característica voz del de Des Moines la hace subir varios puntos; Taylor siempre me ha parecido un vocalista resultón con un carisma que supera a su virtudes, pero hay que ser muy necio para no admitir que su voz transmite y en su unión con Nergal deja al polaco muy pequeño, lo que no es malo, cada uno en su estilo.

Pero, aparte de Ihsahn, la verdadera sorpresa llega con la colaboración con Niklas Kvarforth de Shining (los únicos Shining que merecen la pena sobre la faz de la tierra y lejos de los noruegos, no te compliques) y que, en sus tintes acústicos, y a pesar de Nergal imitando a Cave más que nunca, la canción cumple como brillante epílogo cuando arremete con rabia y al blastbeat se le une un lamento.

Como escribía al comienzo, creo saber lo que quiere Nergal y esta segunda baza la ha jugado bien gracias al elenco de artistas invitados. Ahora sólo queda saber qué es lo que tiene bajo el brazo como tercera entrega de Me And That Man y si continuará en línea ascendente en el tercer y definitivo álbum o no se devanará demasiado los sesos y tirará de doble directo y más colaboraciones. Por ahora, el jinete polaco sigue cabalgando…


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