Crítica: Burn The Priest “Legion:XX”

Partamos de la base de que Lamb Of God siempre tendrán un lugar en mi corazón, siento cariño por la banda, por todos los buenos momentos que he pasado y paso gracias a ellos, por la música que han compuesto y porque luego, en las distancias cortas, son músicos humildes y accesibles, lejos de cualquier pose. Y escribo todo esto porque, a pesar de su ferocidad, de haber vuelto a escribir las reglas del metal en los últimos veinte años, Randy Blythe es un tipo sensible y sencillo, que disfruta de sus fotografías y vive con intensidad su propia vida, alejado de los focos y el escenario, un músico honesto que mientras su banda empezaba a despuntar, tenía que subsistir trabajando en un restaurante o techando casas, como muchos otros artistas, no podía vivir de su arte. Es por eso que es normal que el incidente de Praga y la muerte de uno de sus seguidores le haya pasado factura a él y a Lamb Of God, habiendo publicado tan sólo un álbum (“VII: Sturm und Drang”, 2015) en ocho años. Quizá el nombre de Lamb Of God comienza a pesar demasiado, se han convertido en una de las mayores formaciones del género y seguramente sientan una presión enorme por publicar, con lo que no es extraño que hayan decidido homenajearse a sí mismos en el aniversario de la creación de su banda, cuando se hacían llamar Burn The Priest, y hayan querido publicar un álbum de versiones, de artistas a los que ellos admiran, sin ningún tipo de presión añadida, titulado “Legion: XX”, como Legion Records.

Por todo ello, juzgar este álbum como si fuese uno de Lamb Of God, carece de todo sentido, “Legion: XX” es un divertimento, un homenaje a sí mismos y sus raíces y deberíamos sentirnos privilegiados de que nos hayan dejado escucharlo y no se haya quedado guardado en un cajón, sin publicar. Lejos de lo acertado de una versión u otra (ya que el repertorio escogido es algo tan personal que queda fuera de toda crítica), lo que sí podemos evaluar es el estado de forma de Lamb Of God; John Campbell y Chris Adler están pletóricos, la base rítmica es sencillamente apabullante, mientras que Willie Adler y Mark Morton tejen gruesos riffs repletos de groove y estratosféricos solos y Randy Blythe ha mejorado como cantante en unas canciones, alejadas del mainstream, que le permiten explorar nuevos terrenos, jugar con otros tonos y utilizar nuevos recursos, sin pedir fiereza, agresión o brutalidad. ¿Qué más podemos pedirles?

"Inherit the Earth" de The Accüsed cabalga alocada en su ritmo más thrashy y "Honey Bucket" rinde tributo a los seminales The Melvins con más solidez, si cabe, que la original, es por eso que hay que mencionar el trabajo de Chris Adler, no solamente en la canción de Buzz Osbourne, sino en todo el disco. Por no hablar de la interpretación de Randy, más cerca que nunca del Phil Anselmo de los noventa. Mi favorita es “Kerosene”, me parece que los armónicos le sientan fabulosamente bien y Blythe sabe crear la tensión necesaria en el puente mientras Morton parece que va a hacer despegar su guitarra, el clásico de Steve Albini suena renovado en “Legion: XX” y hace justa la reivindicación de Big Black.

La más actual y quizá menos underground del conjunto es “Kill Yourself” de Stormtroopers of Death en la que Lamb Of God (perdón, Burn The Priest) se calzan unas Martens y disfrutan pegando coces, llevando la canción allá donde lo haría Slayer. “Legion: XX” regresa a sus derroteros, esta vez con la acertada interpretación de "I Against I", Bad Brains, en la que es Morton quien brilla mientras Blythe frasea. "Axis Rot", sorprende por la refrencia a Sliang Laos (ahora surgirán los blogs de siempre, asegurando llevar una camiseta de Sliang Laos desde hace décadas), sirve de aperitivo para el clásico de Ministry, "Jesus Built My Hotrod", en la que merece la pena ser testigos de cómo Chris Adler simula una caja de ritmos, Randy el fraseo sampleado de Al Jourgensen (escuchar para creer) y Willie y Mark las monolíticas guitarras de Ministry. Siendo seguidor de Jourgensen y habiéndole visto en repetidas ocasiones, tan sólo diré que me encantaría escucharles sonando actualmente con la misma fuerza que lucen Blythe y los suyos en “Legion: XX”.

El bajo de John resuena en toda su profundidad en la introducción de “One Voice” de Agnostic Front mantiene el espíritu contestatario y a ello ayudan los coros y, claro, la base robustecida de Adler y Campbell. “Dine Alone” y “We Gotta Know” (Quicksand y Cro-Mags) cierran aún con más fuerza y actitud, en un cancionero elegido por todos los miembros de Lamb Of God que define muy bien sus gustos e influencias, más allá de las obvias, en el que la mano de Josh Wilbur tan sólo ha acentuado el carácter de la banda.
Refrescante y entretenido para todos los seguidores de los de Virginia, aperitivo para el nuevo trabajo de Lamb Of God (aún sin fechas, sin noticias…), abriendo aún más el abanico de lo que posiblemente tenga que venir. Quejarse de un regalo así tan sólo puede ser cosa de amargados…


© 2018 Jim Tonic