Concierto: Saxon (Madrid) 17.12.2016

Siempre he pensado que Saxon tienen más cosas en común con Motörhead de las que podríamos imaginarnos en un principio pero en esta ocasión por mi cabeza –y seguramente también la de muchos- planeaba la sombra de Lemmy ya que Motörhead compartían cartel con Saxon en el que hubiese sido su último paso por nuestro país si el cáncer no nos lo hubiese arrebatado a traición. Por tanto, esta actuación de Saxon –a pocos días de cumplirse el amargo aniversario de su pérdida- era cita obligada para todo amante del NWOBHM, del heavy más clásico, del hard rock, de Lemmy, Motörhead, Biff Byford y todo aquel que se diga amante de la música. Pero además la ocasión era más que apropiada porque Saxon no sólo siguen siendo una grandísima banda en directo con la que caben pocas quejas sino que, para colmo, han grabado un disco tan notable como “Battering Ram” (2015) que si bien no es más que una excusa para lanzarse de nuevo a la carretera como también promocionar el directo “Let me Feel Your Power” o cualquiera de las lujosas ediciones con las que nos tientan a todos los coleccionistas, nos demuestra que Saxon gozan de una envidiable salud sobre las tablas. En mi opinión, la posibilidad de perderse este concierto era poco menos que una locura tras varios bolos como el de Clutch y Brujería (o Kvelertak antes) que no decepcionándome sí que me dejaron con ganas de más, algo que no me ha ocurrido con Saxon, por ejemplo...

De nuevo, la sala escogida no hace fácil la noche, aparte de fría suena horriblemente mal sin entrar en comparaciones con su hermana mayor (la plaza) u otras de la capital porque volveríamos al eterno debate de las pocas salas decentes disponibles en una ciudad como Madrid o las clásicas dudas de aquellos que no tienen oído alguno y se conforman con poco. Saxon solucionaron la papeleta del sonido gracias al ingenio de los técnicos, subir el volumen a tope y su pericia sobre el escenario además de un repertorio magnífico y generoso en el que cabían pocas quejas y sí deleitarse con cada uno de los clásicos y no tan clásicos durante dos magníficas horas de música. Con la ausencia de Nibbs Carter por problemas familiares y la presencia de Gus Macricostas de Battleroar como reemplazo, Saxon engulleron a ’77 o Girlschool con el mismo poderoso sonido de siempre (tras verles en directo en siete ocasiones y una octava en el próximo mes de junio en Francia, Hellfest, hay pocas sorpresas en un concierto de una banda tan clásica pero siempre tan agradecida)

Tras “It’s a Long Way To The (If You Wanna Rock ‘n’ Roll)” de AC/DC como introducción y la omnipresente águila metálica coronando el escenario abrieron fuego con “Battering Ram”, “Heavy Metal Thunder” y “Sacrifice” o “Solid Ball Of Rock” (una de mis favoritas que sigue sonando igual de fresca que siempre) que nos sirvieron para entrar en calor con la buenísima química de Quinn, Scarratt y Glockler además de la entrega de Byford. “Never Surrender”, la infalible y emocionante “The Eagle Has Landed” con una magnífica entrega y Biff y Quinn sintiéndola en cada nota o la reciente “The Devil’s Footprint” (también magnífica su interpretación, por cierto) nos adentraron en un concierto con “Strong Arm Of The Law”, “Power And The Glory” o “Queen Of Hearts” como valedoras de un repertorio que abarca más de tres décadas y en el que se dan la mano canciones históricas con algunas novedades creando una dinámica en la que uno no echa de menos ni siente que la noche pueda flaquear en ningún momento. El homenaje de Bifford a Lemmy con la salvaje versión de “Ace Of Spades” nos hizo emocionarnos (no creo que nunca pueda llegar a aceptar la pérdida de un artista con tantísimo carisma como para sentirle como un amigo) y su espíritu sobrevoló por nuestras cabezas mientras “Wheels Of Steel” cerraba el concierto no sin rematarlo con unos jugosos bises con “Let Me Feel Your Power”, “747 (Strangers In The Night)” (simplemente mágica) y el final de fiesta con “Crusader” (que da igual el tiempo que pase que sonará siempre igual de épica), “Denim And Leather” y “Princess Of The Night” nos dibujaron una sonrisa en la cara. Cuando todo acaba, Bifford estaba empapado en sudor pero sonriente, a mi lado tengo a un conocido locutor de radio -de parche en el ojo y pata de palo- que asegura que el concierto 'no ha estado mal' y me sorprende su apresurado juicio cuando ha estado la mayor parte del tiempo entrando y saliendo, de charla con sus amigos y pasando de todo, una lástima cuando sus compañeros de profesión se preguntaban unos a otros qué canción era “Solid Ball Of Rock” o se reían de un título como "Rock 'n' Roll Gipsy".

Puede parecer todo un tópico pero nuestros héroes se hacen mayores y no hay un reemplazo cuando uno asiste regularmente a conciertos y sale contento pero sin esa sensación de haber alimentado el alma como me ha ocurrido a la salida de Saxon. Grandísimo Bifford, con orgullo llevo una camiseta de tu banda y que así sea por mucho tiempo…


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