Crítica: Placebo "Loud Like Love"

En Internet hay un menosprecio constante a “esos que estuvimos antes, desde el principio” y que, cada vez que intentamos defender nuestro criterio basándonos en nuestra experiencia, hace que se nos tache de “inmovilistas”, “conservadores” e incluso “viejos” por el mero hecho de haber vivido la supuesta buena época, o la más genuina, de muchas formaciones que, de la noche a la mañana, parecen haberse convertido en “intocables” cuando, en realidad, sus carreras han entrado en dique seco desde hace mucho cuando deberían estar todavía demostrando su valía, ahora más que nunca…

Compré “Placebo” en 1996, por suerte o por casualidad; Michael Stipe les defendía y mencionaba en cada una de sus entrevistas, Bowie les trajo a España en su gira de presentación del “Earthling” junto con los defenestrados Mansun y U2 les paseó por los escenarios de media Europa en su último gran montaje de verdad, el decadente pero grandioso “PopMart”. Así, tuve la suerte de verles tres veces en su primera gira, dos presentando su “Without You I'm Nothing” (1998) y dos más con “Black Market Music” (2000), ¿qué pasó después? ¿Fue culpa de Brian Molko y Stefan Olsdal o mía? Realmente no lo sé pero “Sleeping With Ghosts” (2003) me parecía más de lo mismo, me aburría mortalmente a pesar de tener algún que otro single y después venir con un jugoso EP de versiones que sí que valoré. Hice el esfuerzo con “Meds” (2006) pero, a excepción de un par de canciones, Placebo habían muerto para mí y me resultaba curioso ver cómo, cuanto más grandes se hacían y más multitudinarios conciertos daban, menos me atraían en disco y en directo.

A día de hoy estoy convencido de que hay decenas de grupos muchos más atractivos, frescos y con una actitud mucho más sana en directo, menos impostada o forzada, que Molko y compañía. Placebo son el típico caso de grupo cuyo primer álbum es exageradamente mejor que el resto de su producción posterior (pero igualmente inflado al fin y al cabo) y que son literalmente incapaces de superar sus cinco primeros años de inspiración con trabajo y constancia, la verdad es que todavía puedo pincharlo y sentir algo, quizá con un poco más de criterio que todos esos nuevos seguidores que no tienen referencia alguna de cuando escuchar “Bionic” en directo era algo realmente refrescante.

Y llega “Loud Like Love” en pleno 2013,  producido por Adam Noble, con los anticipos de “Too Many Friends” y “Loud Like Love”, a pesar de lo que digan, quizá su disco menos arriesgado, más inmovilista a pesar del envoltorio, de la producción y la colorista portada. “Too Many Friends” me atrajo poco pero “Loud Like Love” a pesar de los cambios de ritmo no me sorprendió en absoluto. ¿Es realmente necesario que Placebo siga grabando una y otra vez los mismos discos bajo diferentes portadas? ¡El último que realmente me sorprendió fue “Black Market Music” y de eso hacen trece años! ¿De verdad es necesario moralizar sobre los cientos de “falsos amigos” que las redes sociales e Internet nos proporcionan en un tema como “Too Many Friends” a estas alturas de la película? Según pudieron anunciar, estaban componiendo las canciones para este séptimo álbum durante la gira de “Battle For The Sun” así que llevan dos años para hacer madurar tan sólo diez canciones que suenan exactamente igual que sus últimos tres discos. Puede parecer apresurado pero “Loud Like Love” es su peor disco, una parodia de sí mismos, un refrito de sus mejores momentos, una lástima que un grupo relativamente tan joven sea incapaz de ofrecer algo que merezca realmente la pena.

"Loud Like Love", la canción, no es la peor del conjunto si no fuese porque apesta a collage de sus mejores momentos y eso no es lo malo sino que aquello que tenía gracia 1997 ahora suena descafeinado y ni siquiera las guitarras o toda la nasalidad de Molko al cantar salvan el tema. "Scene of the Crime" cambia de tercio y arranca de manera original para el grupo pero ése es quizá el problema; que acaba como empieza, sin apenas cambios sustanciales en el ritmo o en la melodía. Por favor, la letra de "Too Many Friends" es tan patética que dan ganas de reír cuando escuchamos a Brian cantar; "My computer thinks I'm gay I threw that piece of junk I got too many friends too many people that I'll never meet and I'll never be there for I'll never be there for cause I'll never be there" creo que es la peor canción que he escuchado en mucho, mucho tiempo y es en parte por esa letra tan horrorosa. ¿No hay ningún fan de Placebo que sea capaz de darse cuenta de ello?

"Hold On to Me" continua la misma senda en la que habíamos entrado desde que comenzó "Loud Like Love" y es que la balada no termina de hacer arrancar el disco y ni siquiera hace despertar algo remotamente parecido a una emoción cuando la escuchamos. En "Rob the Bank" volvemos al peor Molko con una de esas letras que directamente podría haber tirado al cubo de la basura, una pena porque la música es acertada. Otra balada y ésta con un título propio de una canción lenta; "A Million Little Pieces", demasiado lenta en su desarrollo, demasiado calculada en su catarsis, tanto que pasa sin sentir. "Exit Wounds" tira de electrónica minimalista sin éxito tampoco y, por fin, llegamos a "Purify", quizá así debiera haber sido el resto del disco, con unos arreglos impresionantes y un cambio espectacular en el estribillo. "Begin the End" bebe de las guitarras de U2 y "Bosco" continúa la melodía anterior a piano y, pese a mi afición a los "arreglos de cuerda de mentira", cierra el disco con un bostezo.

Placebo deberían replantearse muy seriamente “deconstruir” su carrera, quedarse con –como mucho- sus diez primeros años o sus tres primeros discos y olvidarse del mal chiste de aquellos que les han comparado con Bowie o The Cure, despertar del sueño y dedicarse a componer y tocar, pensar y volver a pensar. A veces, lo sorprendente no es innovar, gastar en producción y sonar más alto sino dedicarle un mínimo de mimo a lo que firmas y Placebo llevan muchos tiempo haciendo de sí mismos y con dudoso gusto. Recuerdo una época en la que el aire era limpio, el sexo sucio y Placebo una apuesta segura.


© 2013 Piero Bambini