Crítica: Pearl Jam "PJ20"

¿Qué mejor forma de celebrar veinte años en el mundo de la música que con una película en la que cuentes tu historia y la aliñes con lo mejor de tu música? Eso es "Pearl Jam Twenty", un viaje a la juventud de los músicos y la adolescencia de todos sus seguidores. Estrenada el 10 de Septiembre en Toronto y el 20 en el resto del mundo, "PJ20" es un recorrido trepidante por la mejor música de los noventa, que arranca en un sótano, un garaje y la ciudad de Seattle con un jovencísimo y malogrado Andrew Wood queriendo comerse el mundo y acaba con un Eddie Vedder adulto y con canas recordando lo que ha sido la carrera de su grupo. 

Sorprende ver el paso del tiempo en tus héroes pero produce la misma felicidad que verles cómo han superado sus problemas y siguen ahí porque cuando llevas escuchando a un artista tantos años llega a ser también un amigo del que te alegras cuando las cosas le van bien. Pero si produce alegría ver a Eddie, Mike, Stone o Jeff actualmente, también produce cierta aprensión las vaporosas presencias de otros menos afortunados como el anteriormente citado Wood o los carismáticos Layne y Kurt Cobain y descubrir con pasmo como los años no sólo han pasado sobre nuestros ídolos sino también sobre nosotros mismos que ahora somos más mayores que el propio Cobain.

¿Alguien podía imaginarse en los noventa, cuando les contemplábamos con admiración adolescente, que llegaríamos a tener más edad que nuestros hermanos mayores? Así, hiela la sangre el contraste entre un Eddie Vedder maduro en comparación con un Cobain de aspecto juvenil y apocado que, sin embargo, devora la pantalla del cine en los pocos segundos de aparición. Lo que no le ocurre al patético Chris Cornell cuya patología sería digna de estudio; ¿qué le ocurrió a este tipo después de 1997? ¿Cómo es posible que llegase a ser quien es con Soundgarden y después haya caído en el ridículo más espantoso perdiendo toda su credibilidad por el camino? Temo el regreso de Soundgarden por lo mismo que ignoro el de Smashing Pumpkins y aborrezco al pesado de Dave Grohl que, por una vez y en mucho tiempo, hace lo correcto no apareciendo en toda la película con sus innecesarias y pueriles opiniones.

El documental, dirigido por el regular Cameron Crowe (del que únicamente podemos rescatar "Casi Famosos" del 2000), comienza con Mother Love Bone y continúa con aquella cinta sobre la que Eddie grabó su voz y envío a aquel grupo sin nombre que buscaba cantante después de perder a Wood. Son de gran valor las imágenes de los músicos, de Eddie surfeando y la evolución personal de éste, la transformación que experimenta el cantante desde el primer ensayo, los primeros conciertos, la química surgida en Temple Of The Dog a la vorágine que fue "Ten" (1991) y "Versus" (1993) con sus respectivas giras.

Me sorprende la poca repercusión que se le da a un disco tan enorme como "Vitalogy" (1994), lo poco que se habla de "Mirrorball" o el poco caso que se le hace a un disco tan bello como "No Code" (1996), por "Yield" (1998) pasan como si de una apisonadora se tratasen mientras que a "Binaural" (2000) le dan poco menos que la importancia del momento de publicación y la crisis interna que precedió y engendró al álbum. Ambos son grandes discos cuya única mala suerte fue estar precedidos por tres auténticas obras maestras. Mientras que la única referencia a "Rioct Act" (2002) son las canciones y la incorporación de Gaspar a los teclados en el directo. De sus últimos discos; "Pearl Jam" (2006) y "Backspacer" (2009) ni mención, como también resulta superficial el gracioso corto para explicar el constante peregrinar de baterías que a nadie parece interesarle.

Pero si muchos de sus discos no se mencionan de manera explícita sí que suenan durante toda la cinta, mezclándose canciones clásicas con algunas más recientes. ¿El resultado? Notable. Por tanto, es un buen documental de celebración que repasa de manera muy general la vida del grupo sin detenerse en los detalles (por otra parte, algo razonable) que sirve de magnífica introducción a los seguidores más nuevos y todos aquellos que quieran iniciarse en el grupo y encandilará a los seguidores de toda la vida por la inclusión de imágenes nunca vistas antes, declaraciones del propio grupo, fotos y canciones perdidas en el túnel del tiempo o, directamente, nunca antes publicadas.

Hay grandes momentos como las primeras apariciones de Eddie, el segundo concierto del grupo como tal, las frenéticas imágenes de las dos primeras giras, los conciertos con Neil Young, Vedder trepando por las estructuras de los escenarios y techos de las salas, sus declaraciones en las diversas entregas de premios, las diferentes y comprometidas giras con trasfondo reivindicativo, el análisis de la carrera del grupo y el por qué de sus cambios de rumbo, Stone enseñando sus "recuerdos" del grupo en su casa (creo que cualquiera de sus seguidores tenemos más material del grupo que él mismo, es tan hilarante como entrañable) o encontrando un Grammy olvidado en el sótano y, por supuesto, la pureza y amistad reinante entre ellos. Los más dramáticos; la muerte de Wood y Cobain o el festival de Roskilde. ¿Recomendable? Por supuesto. Es más, auténticamente imprescindible.


© 2011 Jesús Cano