Concierto: The Damned Things (Madrid) 15.06.2011

SETLIST: Ironiclast/ Friday Night (Going Down In Flames)/Handbook For The Recently Deceased/ A Great Reckoning/ Black Heart/ Little Darling/ Bad Blood/ The Blues Havin’ Blues/ Fazer (versión de Quiksand)/ Graverobber/ We’ve Got A Situation Here/

Decepcionante podría ser el adjetivo que mejor describiese la visita que el grupo de Scott Ian hizo a la capital. Y digo que son el grupo de Scott Ian porque en Madrid pude comprobar lo que ya se intuía en el disco; bien grabado, bien producido, temas resultones y cien por cien radiables pero sin mucho espíritu, sin sustancia. Una pena, porque tenía ganas de que me callasen la boca y demostrasen lo bien que pueden hacerlo en directo pero no pudo ser.

Una inusual y fría sala Heineken (antigua sala Arena) nos recibía tras los teloneros. Primer síntoma de lo que se cernía sobre nosotros; grupos de gente abandonaban la sala, parejas se levantaban de las escaleras y se dirigían a la salida. ¿Nos equivocamos no llegando a ver a Protest The Hero? Parece ser que sí y es que, a la postre y según los comentarios de la gente, resultaron ser lo único salvable de aquella noche.

Siempre me ha parecido que Scott Ian era un pez grande en un estanque muy pequeño, Anthrax no merecen estar en el Big Four y su reunión con Belladona sólo me produce indiferencia, siempre he preferido a John Bush aunque éste no grabase "Among The Living". Ian es de ese tipo de músicos que son capaces de llenar el escenario con su sola presencia y más si es con The Damned Things (Fall Out Boy y Everytime I Die).  Varios rapados con perilla poblaban la sala mientras yo me lamentaba por no poder ver al de Anthrax, éste tuvo que volar de vuelta a casa ya que su hijo estaba a punto de nacer de manera prematura y nos dejó a Barcelona y Madrid sin su presencia. El concierto comienza, el sonido es inusualmente alto, saturado. No es problema de la sala, ni de dónde nos situemos; suena igual de mal en primera fila como en el gallinero. La voz de Keith Buckley no se escucha apenas, se intuye. No se perciben las inflexiones ni melodías de su tono, ése que tan bien suena en el disco, mientras que la ausencia de Scott Ian se hará cada vez más y más evidente según vaya avanzando la actuación.

El volumen es tan atronador que carece de matices, hay dos guitarras, no tres y, sin embargo, es un muro de sonido en el que, ni siquiera, el bueno de Rob Caggiano (sudó de lo lindo para intentar salvar la noche) puede hacer nada. Suena "Friday Night" y se escucha plana y monótona, "A Great Reckoning" se ha convertido en una apisonadora sin el rastro pop del disco pero esto no significa que suene potente porque suena francamente mal.

Buckley sigue desgañitándose en "Black Heart" y "Little Darling", "Bad Blood" es coreada por las primeras filas, ni rastro del magnífico puente en la voz de Buckley; como para hacer falsetes. Interpretan "Fazer" de Quicksand y ésta sí que les queda bien, funcionan en el estribillo pero las estrofas aparecen emborronadas, a estas alturas Keith está asfixiado, Rob hace lo que puede y Trohman (sin ningún carisma, falto de presencia escénica y sin poder llegar a demostrar su supuesto talento) se da la vuelta. Miro a mi alrededor; bostezos, tres chavales dándole a la tecla del móvil, más gente que se va, se aburren. Colas interminables en los servicios y más gente en la barra que en la pista. Veinte o treinta personas en las primeras filas, coreando con mérito las canciones y un ambiente realmente frío, gélido, inundando la sala.

Interpretan "We’ve Got A Situation Here" para cerrar una noche mediocre y sin pegada, desbandada en las puertas. La semana que viene podremos verles de nuevo en el Sonisphere de Suiza, esperemos que allí nos demuestren lo que valen, eso sí; con Scott Ian, por favor.

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