Crítica: Vile Creature "Glory, Glory! Apathy Took Helm!"

Siento que el metal, ese viejo hermano cincuentón de litrona y Jhayber blancas impolutas, que lo dió todo en los ochenta, cristalizó en una suerte de subgéneros bastardos que, como en una habitación atestada, luchan por sacar la cabeza unos sobre otros. Pero, a estas alturas de la película, hay tantísimas bandas en cada uno de los nichos o subgéneros que resulta francamente difícil destacar unas de otras y, lo peor, sorprender de verdad. Y escribo todo esto porque en los últimos años hay tantas bandas de black, como de death, de doom o progresivo, de death mezclado con black, de black con gaze y de doom con black, death y la madre que los parió a todos. Hay tanta mezcla que cualquier combinación resulta tan posible como poco original, encontrando decenas de referencias en cada uno de estos subgéneros. Aquí es donde entran Vile Creature porque si bien "Cast of Static and Smoke" (2018) funcionaba de manera sólida, pero a medias, en ese estilo tan particular de los canadienses y su furibunda mezcla de black con doom en la que no hay estribillos pero si profundas bajadas a los infiernos de tempo lento, en "Glory, Glory! Apathy Took Helm!" (2020) la ambición les ha desbordado y, en lugar de transformarse en un acto pretencioso, aciertan de pleno cuando su doom se vuelve algo majestuoso en la intranquila suciedad que, también en esta ocasión, invade la portada con la perturbadora foto y diseño, a cargo de Danika Zandboer y Steve Wilson. 

Grano, mucho grano y un ambiente tan caluroso como asfixiante en la electroestática que parece reinar en “Harbinger of Nothing”, Vic y KW se reparten la tarea y las guitarras parecen indómitas, entrando y saliendo del agua entre volutas de espuma. Un poco más de retroalimentación y un destensado de cuerdas, un puente y KW golpea los parches con desgana, ambiente fantasmagórico y Vile Creature retoman el camino entre coros y el pesado sentimiento de seguir avanzando hacia lo hondo, lo profundo. Pero es con "When the Path Is Unclear" en la que convivimos con espectros y el desgañite de una garganta atormentada, el lento golpear de unos dedos sobre un bajo cargado de ‘fuzz’ y más ruido blanco, tanto como para sobrecargar sensorialmente al oyente y aislarlo de su entorno. "You Who Has Never Slept" es lo más parecido a un single por lo accesible de la línea del bajo o el patrón de la percusión de KW, la densidad sanguínea de los impulsos nos guiará hasta la parte final, trece minutos compartidos entre la operística "Glory! Glory!" que, por bizarra que parezca, encaja a la perfección en su toque coral y sirve de introducción hasta “Apathy Took Helm!” en la que Vic y KW sobrecargan la mezcla con estos, en extraña tensión con su desesperación en lo que parece un “Bohemian Rhapsody” del doom. 

Sorprende muchísimo que sea un dúo los que hayan firmado quizá el mejor disco de doom de este año y que sean canadienses, alejados del rancio refinamiento inglés de ultratumba, pero Vile Creature han grabado un grandísimo disco repleto de atmósferas y oscurísimos golpes de timón que nos sumergirán en las aguas más profundas del doom, tanto que sorprende que haya sido pergeñado entre dos personas. Poco más que decir de semejante monstruo que irradia tanto temor, como belleza, que generará tanto amor, como odio, que dividirá a aquellos que lo escuchen, pero no dejará indiferente a ninguno…

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