Crónica: Hellfest (Clisson, Nantes) 21.06.2019

Séptimo año consecutivo en el flamante Hellfest, esta edición con el añadido de poder ser testigos del primer Knotfest europeo, ¿qué más podríamos haber pedido? Nuestra primera jornada oficial, tras la estupenda noche anterior con Slipknot cerrando o, mejor dicho; abriendo el festival, nos depararía muchas actuaciones para el recuerdo y algún que otro encontronazo con artistas, además de viejos amigos de esta web. Un menú que se abriría con Demons And Wizards de Schaffer y Kürsch, y cerraríamos con King Diamond, alejado del escenario principal, resultando una actuación aún más especial que la anteriormente vista en el mismo festival, con la puesta de largo de su emblemático “Abigail” en el escenario principal.

La amistad entre Schaffer y Kürsch viene de lejos, pero poder ver en directo a ambos sobre el mismo escenario, bajo el nombre de Demons And Wizards en pleno 2019, es una auténtica oportunidad de oro que no hay que desaprovechar. Más aún porque han reeditado y revisado "Demons And Wizards" (1999) y "Touched by the Crimson King" (2005), y se hacen acompañar en directo de Marcus Siepen y Frederik Ehmke, además de Jake Dreyer y Joost van den Broek, en lo que quizá sea una reunión única. Es verdad que el sol golpeaba con fuerza y que una actuación de Demons And Wizards agradece la oscuridad y recogimiento de una sala, pero no seré yo quien se queje cuando, miles de aficionados como yo, aguantan a pie de escenario. Tras la consabida introducción, “Rites of Passage”, abría la actuación el riff de “Heaven Denies” y, desde el primer momento, reinó la química entre Schaffer y Hansi y las tres cuartas partes de Blind Guardian, una elección magnífica para comenzar su actuación. Siguieron la ruta de su debut con “Poor Man’s Crusade” hasta “Crimson King” en la que la presencia de Van Den Broek a los teclados fue más que necesaria en los arreglos de la canción. La voz de Hansi sonó magnífica en directo, flanqueado por Schaffer a la guitarra y Siepen al bajo; siempre he creído que, de toda la escena de los noventa, quizá sea Hansi uno de los que mejor conserven su garganta, además de la magia que su tono trae consigo.

La más que apropiada “Burning Times” de Iced Earth y su “Something Wicked This Way Comes” (1998) entró con fuerza y Hansi animando a las primeras filas, tanto como “Welcome To Dying” de Blind Guardian (“Tales From The Twilight World”, 1990) en la que pisaron el acelerador y sonaron francamente bien. De regreso al mundo de Schaffer/Hansi, interpretaron “The Gunslinger” y enlazaron con “Terror King”, ambas de "Touched by the Crimson King" (2005), para cerrar con “Blood On My Hands” y, por supuesto, de manera más romántica, medieval y emocionante con “Fiddler On The Green”, perfecta para finiquitar un gran concierto como el de Schaffer, Hansi, Siepen, Frederik, Dreyer y Joost.

Del metal de Demons And Wizards a otro regreso como el de Pestilence, que muchos asegurarán que no es tal ya que tan sólo Patrick Mameli permanece en la banda, erigiéndose como amo y señor del legado de Pestilence. Seis años han pasado desde el maltratado por la crítica “Obsideo” (2013) y “Hadeon” (2018) ha demostrado que Mameli posee el talento cuando se sienta a componer y se olvida de absurdos proyectos paralelos o esos otros que no llegan siquiera a cuajar. Mameli es un gran músico y había ganas de verle, no sólo por reverdecer la gloria de Pestilence, sino por vivir de primera mano las canciones de “Hadeon” en un festival, ante una gran audiencia, tras su paso por las salas europeas, en las cuales se centró en su material más clásico. Acompañado de Rutger van Noordenburg a la guitarra, Edward Negrea al bajo y Septimiu Hărşan en la batería, Mameli no tuvo demasiada dificultad para meterse al público en su bolsillo con un concierto en el que tan sólo interpretó “Non Physical Existent” de “Hadeon” y enloqueció a todos con “Suspended Animation” del mítico “Consuming Impulse” (1989) y “Dehydrated” (aunque falte la voz de Martin Van Drunen), repartiendo la actuación entre el mencionado “Consuming Impulse” y “Testimony of the Ancients” (1991). Una pena no escuchar ningún tema más de “Hadeon” o, claro, “Spheres” (1993) pero, a cambio, Mameli nos regaló "The Secrecies of Horror", "Twisted Truth" y “Land of Tears” de su álbum del 91 o clásicos incontestables como “The Process of Suffocation”, “Chronic Infection”, “The Trauma”, "Reduced To Ashes", "Out Of The Body" y "Land Of Tears", todas de “Consuming Impulse”. Por supuesto que habría disfrutado si Mameli hubiese decidido incluir canciones más recientes de su discografía, pero parece consciente del peso de su pasado y esas voces que, si incluyese más canciones posteriores a "Spheres"(1993), quizá no apoyarían a los actuales Pestilence. Una pena, pero un gran concierto.

Mientras tanto, Dream Theater nos aguardaban en los escenarios principales y rompían el tempo del festival con la etérea “Untethered Angel” y ese riff musculoso que la abre. Amando a Dream Theater y pareciéndome digno "Distance over Time"(2019), no soy de los que piensan que estemos ante uno de los mejores discos de Dream Theater y, aunque parezca un tópico, creo que algo se perdió con Portnoy por el camino. Que nadie me malinterprete, Mangini es un auténtico monstruo, pero la banda no parece la misma; está la guitarra de Petrucci, los teclados de Rudess y el magistral bajo de Myung, por no mencionar que LaBrie parece en mejor forma, pero falta esa sensación de riesgo, de loca genialidad que les rondaba cuando Portnoy se sentaba tras los platos. Me sorprendió escuchar “As I Am” de “Train Of Thought” (2003), supongo que Petrucci y LaBrie quieren empeñarse en demostrar que están atravesando una etapa más directa, más contundente y menos pretenciosa como es de la que salen con "The Astonishing" (2016). Petrucci sonó fantástico y crudo, llevando el peso constantemente en canciones como “Fall Into The Light”, imaginativo en “Barstool Warrior” (aunque no sea precisamente lo mío; tan blanda, tan complaciente…) y tengan que ser “Peruvian Skies” o “The Dance Of Eternity” las que, sin duda, nos recuerden un pasado más glorioso (esta última con un Rudess estupendo), como ocurre con “Lie” de “Wake”, antes de despedirse con la machacona, pero por momentos aburrida “Pale Blue Dot”, canciones que suenan en directo porque hay talento, pero que pierden en amarga comparación con las anteriores.

La variedad de un festival como el Hellfest se traduce en salir corriendo de ver a Dream Theater para acabar en las primeras filas de un concierto de Impaled Nazarene, imposible perdérselo, por nada del mundo. Slutti666 sigue teniendo el mismo aspecto y personalidad impredecible, él y Repe Misanthrope siguen siendo el núcleo duro de Impaled Nazarene, junto a Arc v 666 y Tomi UG Ullgren al bajo y guitarra, respectivamente. Un concierto agresivo y oscuro pero magnético, “Apolokia”, “My Blessing (The Beginning of the End)” o “Damnation (Raping the Angels)” nos castigaron con rapidez, mientras Slutti666 parecía constantemente en trance, “The Crucified”, “1999: Karmageddon Warriors” y “Penis Et Circes” son escupidas con rabia, “Enlightenment Process”, “Ghettoblaster” o “The Burning” no nos dan respiro, estamos cumpliendo el sueño de ver en directo a Impaled Nazarene y nos están dando lo que buscábamos, “The Horny And The Horned” y “Zero Tolerance” encarrilan una actuación sin concesión alguna, para noquearnos del todo con “Sadhu Satana” o “Total War - Winter War”. Impaled Nazarene se comieron a muchas bandas de The Temple y The Altar, así de sencillo…

Kvelertak parecen estar viviendo una segunda juventud; recuerdo que cuando escribí la crítica de “Nattesferd” (2016), muchos fueron los que me respondieron asegurándome lo equivocado que estaba. Disfruto mucho del álbum, me encantan sus canciones, pero algo fallaba, no parecía la continuación de “Kvelertak” (2010) o “Meir” (2013), y tras once años y girar con Metallica, tras disfrutarles de nuevo en sala, Erlend Hjelvik salía por la puerta de atrás, sin mucha explicación, y los más agoreros volvían a estar seguros de que los noruegos estaban muertos, pero llegó Ivar Nikolaisen y todos se tuvieron que callar cuando le vieron sobre un escenario. Ivar es diferente a Erlend, es pura energía, impredecible, desafectado, un cruce entre metal y hard rock, actitud punk, sudor, cuero y un chute de optimismo, espontaneidad… “Åpenbaring” arrancó un concierto fulgurante que estoy orgulloso de haber presenciado entre sus primeras filas, el regreso de Kvelertak al Hellfest con Ivar al frente no podría haber sido más espectacular, “Åpenbaring” no sólo desató el caos en las primeras filas sino que Landa y Rolland la enlazaron con “Bruane Brenn” y potenciaron el histerismo, “Nekroskop” templó los ánimos, esos que ellos mismos se encargaron de enardecer con “Berserkr” (me encantan sus guitarras) y, claro, “1985”. Puños en alto, “Evig Vandrar” entra como un tiro, Ivar de desgañita y todos coreamos, vuelan minis, teléfonos en mano, empujones y avalanchas, las botas de aquellos que se suben sobre nuestras cabezas; “que acabe pronto porque vamos a morir, pero que no acabe nunca…” Suena “Fossegrim” y el pulso nervioso de “Offernatt” para poner las cosas aún más tensas, “Blodtørst” y “Mjød” se unen a “Månelyst” y la festiva y obvia “Kvelertak”. En este punto, en este jodido punto, la marea humana no quiere devolver Nygaard y su bajo al escenario, Ofstad y Landa sonríen sudorosos mientras Ivar Nikolaisen parece haberse dejado parte de su vida en otro directo más. ¡Muy grandes, enormes, gigantescos, Kvelertak siguen en pie de guerra! Ya no hay búho disecado, pero hay huevos de sobra…

Echo de menos a Abbadon y siempre será así, lo echo de menos porque Venom Inc. tiene menos sentido sin él, porque lo recuerdo tras los parches y la sensación de venganza de Mantas y Dolan contra Cronos era brutal porque uno tenía la sensación de estar viendo a los auténticos Venom (dos terceras partes y un Dolan salvaje), pero con Kling (The Absence) siento estar ante otra encarnación más de los Venom originales. Por otra parte, en los Venom actuales tan sólo sobrevive Cronos y La Rage o Dante son tan sólo reemplazos de Mantas y Abbadon, por los que sí romperé una lanza y es que ambos músicos llevan ya una década o más acompañando a Cronos. ¿Quién tiene la razón? Problablemente ninguno y, como llevo haciendo ya años, lo más inteligente es disfrutar de ambos.

"Avé" (2017) me pareció un buen disco, y tras ver a la banda en salas, ya tocaba enfrentarse a ellos en un festival, “Ave Satanas” abría un concierto que ni siquiera Nergal de Behemoth se quiso perder y así lo vimos, grabando con su móvil “Rip Ride” de "At War With Satan" (1984), Mantas y Dolan no dudaron en incluir canciones como “Forged In Hell” (realmente contundente en directo), “War” o “Metal We Bleed” en su repertorio (sabia decisión pero también muy valiente) demostrando que siguen vivos y con ganas de seguir su propio camino (de hecho, ya están trabajando en su nuevo álbum) pero fueron las canciones de Venom las que hicieron que aquellos comenzase a hervir; “Lady Lust” o “Witching Hour”, “Bloodlust”, “Countess Bathory” o “Live Like an Angel (Die Like a Devil)” y, por supuesto, “Black Metal” y su mítico estribillo; “Black metal… Lay down your souls to the gods rock 'n roll!” y Mantas recordándonos que somos lo más importante en la ecuación de la banda. Echo de menos a Abbadon, sí, pero Dolan y Mantas siguen siendo parte de la historia del metal y de la mía propia.

No acudo a ver a Possessed por su nombre, no estoy en su directo porque Jeff Becerra sea un artista damnificado, si tuve el placer de verlos dos veces en la misma semana (sala y festival) es porque Becerra todavía tiene algo que decir, es un artista vivo cuya llama creativa sigue quemando y una auténtica lección de vida para todos nosotros, Becerra conserva la pasión por el metal intacta. A diferencia de otros artistas del festival, Becerra basa el repertorio de la banda en toda la discografía de Possessed, lo que quiere decir que incluirá canciones de "Revelations of Oblivion" (2019) pero también de “Beyond The Gates” (1986), por supuesto, de “Seven Churches” (1985) e incluso su EP “The Eyes of Horror” (1987). Respeto a aquellos artistas que hacen lo contrario y disfruto de sus actuaciones, pero eso no quiere decir que lo de Becerra no sea digno de elogio. Con los ya conocidos Daniel González, Robert Cardenas, Emilio Márquez y Claudeous Creamer (con ellos desde 2016), Becerra comenzó con “No More Room In Hell”, de su último trabajo, y nos regaló a la primera de cambio “Pentagram” del mítico “Seven Churches” en una actuación en la que hubo constantes viajes al pasado, como “Tribulation”, pero también gloriosas interpretaciones, “Demon”, en las que Becerra nos demostró que no ha perdido la voz y que su característico tono rasposo es más crudo que nunca. “Evil Warriors” y “The Heretic” sonaron con magia y nos sorprendió por la retaguardia con con “Storm In My Mind” de “The Eyes of Horror” y la homónima de aquel EP, en un final de fiesta en la que interpretó la habitual “Graven” (una de mis favoritas de "Revelations of Oblivion") y, claro, “The Exorcist”, “Fallen Angel” y la legendaria “Death Metal”. Becerra se mostró amable con todo el que se acercó a saludarle, tuvimos el honor de estrechar su mano y disfrutó del resto del festival como un seguidor más, viviendo la actuación de King Diamond con la misma ilusión de todos; un ejemplo de perseverancia, lucha, honestidad y cercanía.

De una leyenda a otra, porque Hellhammer regresaban, de la mano de Triumph Of Death, y es indescriptible la sensación de privilegio cuando, en los últimos años, he podido disfrutar de Tom Warrior en tres encarnaciones muy distintas; con Triptykon, interpretando las canciones de "Melana Chasmata" (2014), en la reciente gira en la que Warrior ha decidido volver a cantar las canciones de Celtic Frost y esta última, revisitando el pasado de Hellhammer junto a Andre Mathieu, Alessandro Comercio y la bajista Mia Wallace. Un acople, “ugh!” y suena el riff machacón de “The Third of the Storms (Evoked Damnation)” y cumplimos el sueño, “Massacra” y “Maniac”, nos vamos de viaje al pasado y la celebración del black metal, del sueño de Warrior, del nacimiento de Celtic Frost. Mia inicia “Blood Insanity” y “Decapitator” con su bajo, está magnífica, igual que Mathieu en “Crucifixion”, Warrior disfruta y, en algún momento de la actuación, sonríe. La lentísima “Buried and Forgotten” da paso a la rápida “Revelations of Doom” y la caótica “Agressor”, antes del regalo definitivo; "Visions of Mortality" de Celtic Frost y la propia “Triumph Of Death” dejan claro que a Warrior le debemos todos mucho más de lo que creemos.

Carcass ya están trabajando en su nuevo álbum, la continuación de "Surgical Steel"(2013) y, en vista de lo ofrecido de nuevo en directo, la formación de Jeff Walker y Bill Steer no podría estar en mejor forma. Doce canciones de puro death metal, iniciando la actuación con “1985” y “316L Grade Surgical Steel” para cogernos por el cuello con la mítica “Buried Dreams” del celebérrimo "Heartwork"(1993). Me gusta la formación actual con Tom Draper a la guitarra, pero he de reconocer que, en cuanto a las seis cuerdas, mi corazón pertenece a Bill Steer, un guitarrista atípico en el death metal pero con mucha personalidad. “Exhume to Consume” sonó brutal, igual que “Reek of Putrefaction“ o “Unfit for Human Consumption”, así como las canciones de "Surgical Steel"(2013), “Cadaver Pouch Conveyor System”, se integran perfectamente en un repertorio ya clásico y uno llega a sentir algo de vértigo cuando se da cuenta de que ya han pasado seis años desde su publicación. “Genital Grinder”, “This Mortal Coil” y “Death Certificate” fueron las encargadas de cerrar una actuación tan directa y contundente como siempre.

Decir que uno de los grandes motivos para asistir a este o cualquier festival es King Diamond no es andar demasiado desencaminado. El mítico Bendix está atravesando una buena época en cuanto a salud y reconocimiento, además de haber salido triunfante de una gira como fue la del aniversario de “Abigail” (1987), haber reeditado todo su catálogo y publicado un nuevo directo, tener en ciernes su próximo álbum (recordemos que el último fue "Give Me Your Soul... Please" en 2007, y de eso hace ya doce años. Aunque, he de reconocer que, siendo correcta, la carrera de Diamond no es todo lo que debería desde "Voodoo", 1998) y ahora, según escribo esta crónica, ha saltado la noticia de la reunión de Mercyful Fate que, sin saberlo, el propio Bendix nos dio una pista. Así fue cuando nos lo cruzamos en la zona de prensa, la tarde/noche previa a su actuación y, nerviosos, le dimos nuestra copia de "Fatal Portrait"(1986), “King, ¿visitarás España el próximo año?” a lo que respondió; “Quizá pero no a solas…” y nos devolvía su debut con su firma estampada… La formación actual en directo sigue siendo espectacular con el imprescindible Andy LaRocque, Mike Wead, Potus Egberg y Matt Thompson, además de la propia Livia Zita en los coros. 

Un gótico escenario serviría de contexto para que King Diamond interpretase un repertorio inusual, sin centrarse en ningún álbum en concreto, sino picoteando de aquí y de allá; “The Wizard”, “St. Lucifer's Hospital” o el regalo que sigue siendo escuchar “The Candle” en directo, me sorprendió escuchar “Voodoo”, no me la esperaba y tuvo la desgracia de compartir segundos entre la anterior mencionada y “Funeral” o “Arrival”, auténticos clásicos no sólo de Diamond sino de la historia del metal. El estado de Diamond es envidiable y vocalmente sigue siendo impresionante, aunque en algunos de los tonos más altos se apoye en las voces de apoyo, “A Mansion In Darkness” o “Let It Be Done” y su siniestra introducción consiguieron introducirnos en la asfixiante mansión del escenario, mientras que espero escuchar en estudio “Masquerade Of Madness”, canción que estrenó en el Hellfest y ha formado parte de toda la gira, “Halloween”, “Out from the Asylum” y “Welcome Home” conforman una triada a la que es difícil resistirse, pero las sorpresas que King Diamond nos tiene reservadas son “The Invisible Guests”, el golpe con la pegadiza y famosa “Sleepless Nights”, “The Lake” (canción que no interpretaba en directo desde mediados de los ochenta), “Burn” y el estreno en directo de “Behind These Walls” de “The Eye”, rematando la actuación con “Black Horsemen”. Casi nada, sencillamente, impresionante…

Caras de satisfacción tras la primera jornada y la actuación de Diamond, jalonada por un día en el que fuimos testigos de actuaciones, quizá más exclusivas, de Impaled Nazarene, Hellhammer, Possessed, Carcass o King Diamond y que estamos seguros que, dentro de un tiempo, miraremos con la nostalgia de haber presenciado algo de verdad histórico e irrepetible. Tan sólo era el primer día, tras siete años de rock y metal en Clisson…


Texto © 2019 Blogofenia/ J.Cano/ Albert Gràcia
Fotos IMPALED NAZARENE © 2019 Philippe Bareille 
Fotos VENOM © 2019 Evelyn Steinweg
Fotos KING DIAMOND © 2019 Matthis - Photography