Crítica: Memoriam “Requiem for Mankind"

Tercer álbum de Memoriam o, lo que es lo mismo; el legendario Karl Willets (Bolt Thrower), acompañado de Scott Fairfax, Frank Healy y Andy Whale en lo que ya se está convirtiendo en una costumbre, la buena y sana costumbre setentera; como cuando las bandas de aquella década publicaban un álbum tras otro, en apenas poco tiempo o, mejor aún, siendo puntuales en su entrega anual, imprimiéndole ritmo a la creatividad, siempre al servicio de su música y olvidándose de tiempos muertos entre gira y gira. Memoriam publicaron un oscuro debut, “For The Fallen” (2017), un digno sucesor como "The Silent Vigil" (2018) y ahora le llega el turno a su tercer álbum en tan sólo tres años, "Requiem for Mankind". No hay que saber demasiado de death metal o de Bolth Thrower y Benediction, para adivinar que el álbum que han grabado es otra buena muestra de metal sin complicaciones, continuando de nuevo la senda de “For The Fallen” y, claro, “The Silent Vigil” pero mejorando aquellos puntos del segundo que no terminaron de convencerme; la producción, claro está, corre a cargo de Russ Russell y en “Requiem For Mankind” se ha corregido el omnipresente sonido de bajo de Healy que en el anterior álbum era capaz de devorar la mezcla, además Karl Willets y el resto de la banda han recuperado parte de la oscuridad de su primer álbum. Por otro lado, nadie que escuche la música de Memoriam tendrá duda alguna de que lo que está oyendo es death metal sin pretensiones (directo al hueso) y que, como Bolt Thrower o Benediction, el principal objetivo de Willets y compañía no es innovar o sorprender al oyente, sino grabar la música que les gusta, algo parecido a lo que les ocurre a Firespawn pero sin la sensación de proyecto paralelo, Memoriam son una banda de verdad, con entidad propia.

Esa oscuridad es la que se palpa en “Shell Shock”, esa contundente apertura con Whale ametrallándonos y la guitarra de Fairfax, por fin, en primer plano. Pocos segundos tardará Willets en aparecer para, como un elefante en una cacharrería, arrasar con todo. Me gustan los cambios de ritmo de la canción, dotándola de dinamismo entre descarga y descarga, así como el pulso nervioso de Fairfax en el riff para meterse de lleno en un pesadísimo medio tiempo o el buen saber hacer en "Undefeated" en la cual, como ya he escrito, no pretenden inventar nada, pero transmiten brutalidad, desesperación y oscuridad por toda la humanidad. Ese lento avanzar de “Never The Victim” hasta que Willets hace despegar a la banda o "Austerity Kills" que podría haber formado parte de “For The Fallen” y que demuestra todo su poderío cuando Fairfax, Healy y Whale se empeñan en lograr que la banda corra desbocada.

Es verdad que "In the Midst of Desolation" demuestra lo que ya sabíamos, Memoriam se manejan a la perfección en caminos farragosos, no siempre es necesario que pisen el acelerador de un viejo y destartalado tanque de la Segunda Guerra Mundial, saben perfectamente también como reptar entre cascotes, pero también que es en aquellas piezas más bravas en las que demuestran su potencial, por ejemplo, como cuando a "In the Midst of Desolation" le imprimen algo de velocidad. Esa misma que “Refuse To Be Led” necesita y sólo recupera al final de la pieza, lo mismo que ocurre en “The Veteran”, un extraordinario ejercicio de estilo, pero en el que se echa de menos algo de ritmo, dando la sensación de que en la segunda cara del álbum, Memoriam disfrutan cambiando de tercio y el suave galopar de la propia "Requiem for Mankind" y Willets convertido en una profundísima cueva funciona a ratos, mientras que será en "Fixed Bayonets" en la que sintamos que nos enganchamos de nuevo al álbum, antes del lentísimo final que es "Interment”, transmite pero no aporta.

De nuevo, bajo el vibrante envoltorio de la portada de Dan Seagrave, otra leyenda del género gracias a su genio artístico y mano en algunas de las más legendarias obras del metal, Memoriam parecen tener muy claro lo que quieren de la banda; portada, canciones y producción pero, aún con toda esa determinación, "Requiem for Mankind" se perfila como un buen álbum a secas, con buenas ideas pero, aun corrigiendo todo lo que fallaba en “The Silent Vigil”, desilusionará a aquellos que busquen novedades, a esos que crean estar ante la continuación de Bolt Thrower o, por el contrario, los que no sepan nada de Thrower y busquen algo fresco, con lo que resulta algo tibio. Como en "The Silent Vigil", seguiremos atentos, Memoriam se lo merecen y cualquier álbum suyo sería el mejor de muchas bandas que actualmente enarbolan la bandera del death, pero necesitamos urgentemente otro “For The Fallen” o la continuación que este de verdad se merece…


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