Crónica: Helloween (Madrid) 09.12.2017

SETLIST: Halloween/ Dr. Stein/ I'm Alive/ If I Could Fly/ Are You Metal?/ Rise and Fall/ Waiting for the Thunder/ Perfect Gentleman/ Starlight/ Ride the Sky/ Judas/ Heavy Metal (Is the Law)/ Forever and One (Neverland)/ A Tale That Wasn't Right/ I Can/ Livin' Ain't No Crime/ A Little Time/ Why?/ Sole Survivor/ Power/ How Many Tears/ Eagle Fly Free/ Keeper of the Seven Keys/ Future World/ I Want Out/

Qué difícil escribir la crónica de un concierto que nunca creíste que llegarías a vivir; porque relatar una noche así es muy diferente cuando estás allí presente a cuando, con más frialdad, la ves desde la comodidad del sofá de tu casa, como puede llegar a ser en el caso del próximo DVD de Helloween. Y digo qué difícil porque un concierto no es únicamente la interpretación o el sonido sino también el ambiente, la compañía, los apretujones, la gente cantando alrededor tuya… ¡eso es lo que le da forma! Y con esta reunión de Helloween todos teníamos nuestras reservas, ¿Michael Kiske compartiendo escenario con Markus y Michael de nuevo? ¿Qué clase de broma podría ser algo así? ¿Y qué pasaría con Andi? Sin embargo, parece ser que el auténtico guardián de las siete llaves no es otro que el mismísimo Kai Hansen. Y es que el simpático guitarrista, convenció al testarudo Kiske y volvió a haber conexión entre Weikath y él. ¿Qué es lo que te he hecho para que seas incapaz de perdonarme? -le dijo el delgaducho guitarrista a un Kiske que cedió a una histórica reunión en la que únicamente han faltado Roland Grapow (al que parece ser que ni siquiera le preguntaron) y, por supuesto, el entrañable Ingo que por supuesto que estuvo presente pero a través del recuerdo y esa enorme pantalla en la que se batió en duelo con Daniel Löble durante su solo.


Único concierto en nuestro país, por lo menos, hasta el próximo año y una magnífica ocasión para grabarlo y utilizar algo de su metraje si no todo, esperemos que así sea. Madrid quiere a Helloween y eso se demostró con un “todo vendido” que mostraba la pista y las gradas atestadas. Una espera que se vio supuestamente amenizada por un periodista madrileño convertido en vendedor del Rock Fest Barcelona (como si hiciese falta que alguien así lo vendiese) y nos recordó a todos lo fácil que es caricaturizar al, ahora ya inclasificable por su heterogeneidad y apertura de miras, “público heavy” con toda la caspa de la que es capaz de desplegar, bien a través de su web, en "Rockefort" o el difunto Canal 28, nada en contra de alguien que cree que pinchar en directo es poner una y otra vez “Highway To Hell” entre comentario y comentario, tampoco nada a favor; habrá a quién le guste sentirse como en una verbena, no es mi caso.

Y, por fin, llegó el momento, tras la desconcertante introducción de “Let Me Entertain You” de Robbie Williams, vemos aparecer -uno por uno- a todos los miembros de Helloween; Michael Weiktah, Markus Grosskopf, Sascha Gerstner, Daniel Löble, Kai Hansen, Andi Deris y… ¡Michael Kiske! “Halloween” comienza a sonar; “Masquerade, masquerade. Grab your mask and don't be late…!” y cuesta hacerse a la idea, nos frotamos los ojos y allí están Kiske y Deris, hombro con hombro, mientras Kai recorre el escenario con una sonrisa en la cara. El sonido es perfecto (por lo menos, desde nuestra posición), contundente y nítido, a buen volumen, noto que a Kiske le cuesta entrar en calor pero qué voz, qué bonita… Es verdad que ha perdido potencia con el paso de los años pero cumple con creces. “Dr. Stein” y su adictivo riff pone a todas las gradas en pie, “Dr. Stein grows funny creatures, let's them run into the night They become great rock musicians and their time is right, time is right!” como “I’m Alive” en la que su riff hace que planee la sombra de Maiden por todo el recinto… ¿Qué habría sido de Helloween si la tensión interna no los hubiese roto antes de tiempo, qué habría pasado si Kiske no hubiese querido expandir el sonido de la banda hasta perder su identidad en “Pink Bubbles Go Ape” (1991) o “Chameleon” (1993)? ¿Si Kai Hansen no se hubiese ido y las canciones de Gamma Ray hubiesen sido parte de Helloween? Las guitarras dobladas de “I’m Alive” son pura emoción jalonadas por el bajo de Grosskopf y el doble bombo de Löble…

Deris presenta “If I Could Fly” y tranquiliza al público, “pertenece a ‘The Dark Ride’ pero no es oscura…”, igualmente baja los ánimos del respetable que hasta “Rise And Fall” con Kiske no volverá a levantarse de nuevo, a pesar de la dura “Are You Metal?” (que nunca me ha terminado de convencer, ni en directo ni en estudio). “Waiting For The Thunder”, sin embargo, sí posee emoción y así lo deja claro Deris, un vocalista al que me he cansado de defender ante aquellos que aman a Kiske y es que, aunque vocalmente más limitado, a Deris también se le quiere y es absurdo debatir su papel en la banda a estas alturas de la película, es un gran ‘frontman’ que lo da todo sobre el escenario y se conserva en un buen estado, a todos los niveles. Tras “Perfect Gentleman”, llega el momento de un Hansen al que se le nota, se le siente feliz (no es para menos) y nos deja a todos un gran sabor de boca con ese ‘medley’ que es “Starlight / Ride the Sky / Judas” o “Heavy metal (Is The Law)”.

La calma llega con “Forever and One (Neverland)” y Kiske y Deris a dúo o ese canto al optimismo que es “I Can” tras la que llega el emotivo homenaje a Ingo y mi favorita, “A Little Time”, con Grosskopf y Weiktah haciendo los coros. El tiempo pasa más rápido de lo que nos gustaría. “Why?” ve de nuevo la mágica unión entre Deris y Kiske como en “How Many Tears” la garganta de Hansen. Dos tandas de bises, iniciadas con la épica “Eagle Fly Free” a toda velocidad con Kiske haciendo una gran demostración de su estado vocal, enlazando con “Keeper of the Seven Keys” (qué puente tan pinkfloydiano, qué guitarras, pura poesía...).

Tras el solo de Hansen, llega el final con “Future World” y la clásica “I Want Out” con todas las luces encendidas y decenas de enormes globos negros y naranjas, con la sonrisa de las calabazas, cayendo sobre todos nosotros. Aplausos, gritos, caras de felicidad y calor, mucho calor, y los músicos satisfechos, casi más que nosotros, si es que eso es posible. Atrás dejamos las conversaciones bizantinas; los estúpidos debates sobre los pregrabados, las dudas sobre la voz de Kiske, la actitud de Weiktah, el papel de Deris o la posible e innecesaria grabación de un nuevo álbum, propias de adolescentes. A veces los sueños se cumplen y, como diría una buena amiga de esta web; “cuando tu banda se reúne y sube al escenario, tú te callas y punto”. Sí, estuvimos en el concierto de la gira de reunión de Helloween en Madrid, sí, fue jodidamente histórico…


Texto © 2017 Lord Of Metal
Fotos © 2017 Helloween