Crítica: Toothgrinder "Nocturnal Masquerade"

Siento que me hago mayor por la indulgencia con la que trato algunos de los lanzamientos discográficos más recientes y, mas que nada, por la estúpida ilusión que éstos me provocan. En el caso de "Nocturnal Masquerade" de Toothgrinder, tanto "Vibration​/​Colour​/​Frequency" (2013) como el EP "Schizophrenic Jubilee" ‎(2014) me hicieron creer que estábamos ante una banda que podría sorprendernos gratamente y así ha sido con el álbum que nos ocupa pero  no tanto como debieran. Sin embargo, me deja un buen sabor de boca por la ilusión de que Toothgrinder pueden ofrecernos mucho más en el futuro si son capaces de progresar adecuadamente. "Nocturnal Masquerade" es un buen álbum en el que pulen aún más su propuesta respecto a los dos anteriores trabajos mencionados (ojo a la producción porque en ese acto de pulir lo que hacen es "desarmar" y, por momentos, domesticar por completo su sonido) y, aunque hay canciones y pasajes que funcionan a las mil maravillas, la sensación general cuando uno acaba de escuchar el álbum es la de repetición de esquemas e ideas. El incomprensible regusto a Slipknot (ya que son cardinalmente opuestos tanto geográfica como estilísticamente hablando) y las, a veces edulcoradas, letras con las que adornan algunos estribillos y puentes llegan a empachar por dulzonas y excesivamente blandas. Por otro lado, "Nocturnal Masquerade" es un grandísimo ejemplo de ese metal más cercano al hardcore que al math o al progresivo, como ellos mismos se califican  (sin sobrepasarse con un innecesario exceso de minutaje en sus desarrollos, algo que es de agradecer), repleto de grandes melodías, riffs gordos y machacones, staccatos y momentos más djentys o tech que, sin embargo, se ven diluidos por esa producción a la que me refiero y esas voces, por momentos, excesivamente melódicas y cercanas al metalcore. En la otra mano tengo a su favor también la actitud de la banda; esa que les hace dejarse la piel sobre las tablas y fuera de ellas encargándose de todo lo relacionado con el grupo, la contratación y organización de sus propias giras, lo que se traduce en ilusión y ganas pero aquí, cuando juzgo "Nocturnal Masquerade", me baso en el sonido, en la creatividad y la ejecución, algo muy diferente...

El mazazo que supone "The House (That Fear Built)" con Justin Matthews dejándose la garganta mientras Matt Arensdorf hace las melódicas y trabaja unas excelentes líneas de bajo creando esa clásica pulsión entre los momentos más agresivos con otros de una extraña y lúgubre calma mientras Jason Goss incendia las guitarras y se deja la mano derecha sobre el puente de su guitarra son una buena muestra de esa clara evolución a la que el grupo ha llegado de manera natural. Pero con "Lace & Anchor" entenderemos que ese mismo crecimiento ha sido en dos trayectorias porque si con "The House (That Fear Built)" nos noqueaban a la primera, con la segunda veremos que, a excepción de una brutal parte central, Toothgrinder han suavizado su propuesta y así lo demuestra su pegadizo estribillo, apto para todos los públicos. ¿Eso es malo? No cuando el público llega a ti sin que cambies tus señas de identidad, sí cuando es al revés y eres tú el que llegas a ellos perdiéndolas. Tal es el caso de Toothgrinder con algunas canciones de "Nocturnal Masquerade", algo irónico si tenemos en cuenta lo jóvenes que son y lo mucho que deberían estar forjando su personalidad musical en estos primeros pasos.

"Coeur D'Alene" es más valiente a pesar de que podemos encontrar su sonido en cualquier banda como Periphery o Veil Of Maya sin ir más lejos y sus momentos más musculosos y enrevesados, obviamente agresivos, con aquellos más melódicos mientras la guitarra trabaja esos stacattos y armónicos. La balada que es "I Lie In Rain" no tiene cabida en este álbum y me resulta francamente repetitiva porque también la he escuchado en infinidad de ocasiones de la mano de otras bandas y no hay ni un ápice de riesgo en ninguno de sus compases, como "Blue" a veces nos llevará a pensar en el robo a mano armada a las estructuras de Meshuggah. "The Hour Angle" suena abrasiva aunque Goss parezca disfrutar más del hard que del metal (y me gustase más en su EP del 2014) y con "Dance Of Damsels" me ocurre lo mismo que con "Blue" y es que esas voces y momentos tan ligeros no son propias del carácter de "Nocturnal Masquerade".

Como "Diamonds For Gold" podría haber entrado en este saco salvo porque su estribillo, a pesar del azúcar, es adictivo y tan pegadizo como para que seamos capaces de tararearlo incluso cuando hemos dejado de escuchar el álbum y la participación Spencer Sotelo de Periphery. "Nocturnal Masquerade" y esas guitarras les hermanan con los mastodontes de Atlanta mientras que las curiosidades que son las "polar complex" de "Despondency / Dejection", como con "The Hour Angle", hacen que eche de menos el tratamiento de aquel EP y "Waltz Of Madmen" logra que vuelva a replantearme si era necesaria y lo que han facturado Toothgrinder es otro EP más en el que visitan el de hace dos años para darle el empaque de un "larga duración".

"Nocturnal Masquerade" es un disco sólido al que le hubiese venido bien una producción más bruta (como la crudísima de la que hacen gala en "Schizophrenic Jubilee") con la que sintiéramos la auténtica fuerza que los de New Jersey sí son capaces de trasladar al escenario y así olvidar esos momentos excesivamente relamidos en el estudio pero, como escribía al comienzo de esta reseña, también es esperanzador por lo mucho que pueden llegar a ofrecernos en el futuro si son capaces de registrar toda esa agresividad en sus próximos álbumes sin que éstos nos aburran en su segunda mitad con tan sólo doce canciones. Por último, hago un llamamiento a todos los grupos de metal, stoner, progresivo, doom y cualquier post o proto-subgénero posible para que dejen de utilizar animales, cuernos y mujeres en sus portadas, comienzo a sentirme saturado con tanto artwork repetido; zorros, búhos, ciervos, restos, pezones y ojos en blanco.

© 2016 Jack Ermeister