Crítica: Coldplay "A Head Full Of Dreams"

A veces me pregunto si los artistas verán sus propias carreras tal y como las apreciamos su propio público. Está claro que no, que la perspectiva cambia y sólo así se puede uno explicar el suave descalabro en el que Coldplay se han ido metiendo ellos mismos.  Por mucho que nos cueste aceptarlo, la cima de la banda fueron sus dos primeros álbumes, "Parachutes" (2000) y "A Rush Of Blood To The Head" (2002) porque "X&Y" fue un pequeño pero encantador bajón y, aunque tampoco no nos guste reconocerlo, "Viva la Vida or Death and All His Friends" (2008) fue su consagración como banda de estadio al mismo tiempo que coquetaban con otros géneros y se permitían el lujo de salir vencedores. Lo que vino después fue un auténtico desastre, "Mylo Xyloto" (2011), del cual siempre uno extrae alguna que otra canción y melodía, es el comienzo del gran declive cuando uno entiende que en él, Coldplay, se están parodiando a sí mismos, dejando ver todos sus defectos e incluso aumentados, el confesional "Ghost Stories" (2014) fue tal pinchazo que tuvieron que meterse de nuevo en el estudio, de prisa y corriendo, a componer este "A Head Full Of Dreams" de nuevo bajo la batuta de Rik Simpson (con quien llevan trabajando desde el 2008) y a caballo entre tres estudios (los Henson de Malibú, AIR y The Bakery de Londres). ¿Y el resultado? Un retorno forzadísimo al colorismo más exagerado de "Mylo Xyloto" mezclado con lo que ellos quieren vendernos como influencias étnicas indias, psicodelia, música pop de celofán y una escasez de ideas tan abrumadora que asusta.

Por supuesto que en todos sus discos siempre puede salvarse algo; una buena melodía, una letra, un estribillo, un piano y, a veces, un riff de guitarra de un músico tan sosito y limitado como es Jonny Buckland pero la broma que en "Mylo Xyloto" tenía gracia en "A Head Full Of Dreams" deja de tenerla cuando nos encontramos a Chris Martin imitándose a sí mismo y una patente dificultad para rematar algunas canciones que solventa con sus celebérrimos "Oh, oh, oh" convirtiéndose en poco menos que una parodia de sí mismo y lastrando el buen trabajo de algunas de sus letras.

La inicial "A Head Full Of Dreams" es una melodía feliz sin mucho fondo y su bajo suena a "Love Is In The Air" de John Paul Young siendo quizá la peor apertura de un álbum de Coldplay, un tema de apenas cuatro minutos de los que dos últimos son esos "Oh, oh, oh" no puede encerrar nada nuevo ni bueno por mucho que Coldplay nos gustasen y hagamos el titánico esfuerzo de querer extraer algo de sus nuevas canciones . "Bird", por suerte, nos saca de la pesadilla inicial, la batería programada y las líneas de piano son buenas pero la canción no termina de cuajar, ni arrancar, ni evolucionar, ni nada parecido, es como un boceto de treinta segundos alargado hasta los cuatro minutos y ni un atisbo de emoción, reto a cualquiera a escuchar "Close To Me" de The Cure y después "Bird" de Coldplay, no será la única influencia del bajo de Berryman en este álbum... "Hymn For The Weekend" es quizá lo mejor de la primera cara y eso nos da la idea de lo dramático de un álbum tan mediocre, lo que ocurre con ella es que, pese a su suave base r&b y la participación de Beyoncé, su piano suena demasiado a Modern Talking ("Live Is Life") y sus arreglos son un horror; por favor, la próxima vez que guarden la cubertería antes de querer utilizarla como percusión en el estudio y "Everglow" es la demostración palpable de que a tu ex-pareja hay que dejarla hacer su vida, pasar página y enterrar su recuerdo porque,  a pesar de que Gwyneth Paltrow esté digna por la contención de su participación, no debemos olvidarnos de que su relación con Martin fue la que convirtió a Coldplay en un banda que abría la puerta a la vida privada de su cantante en la exaltación del amor que era "Viva la Vida or Death and All His Friends" y el acto tan íntimo de lamerse las heridas como es "Ghost Stories".

Ya está bien de la tan manida frase "es un trabajo que crece con cada escucha", "cuanto más oyes la canción, más te gusta" porque es una obviedad que si a un niño le pones una y otra vez la misma melodía terminará cantándola pero, ¿la convierte esto en un buen tema? "Adventure Of A Lifetime" es pegadiza si la escuchas media docena de veces y veinticuatro más en cabeceras de televisión y anuncios pero de ahí no pasa y cuando la escuchamos,  motu proprio, más de una vez se convierte en ligeramente irritante. La incipiente musa sueca del synthpop, Tove Lo, participa en "Fun" (otra buena melodía estropeada con una producción sintética, prefabricada y preparada para el consumo rápido, además del cargante falsete de Martin) y "Kaleidoscope" son dos minutos de absurdez con la inclusión del poema de Rumi, "The Guesthouse", y Barack Obama cantando "Amazing Grace", sobre una base de piano que tan sólo sirven para dividir el álbum y aún más a nosotros, sus seguidores.

"Army Of One" apunta alto pero finalmente se queda en nada, es munición de fogueo, pero el gran error es quizá "X Marks the Spot" y "Amazing Day", aunque algunos crean haber encontrado el Santo Grial precisamente con esta última (lo que nos demuestra las ganas que tenemos de agarrarnos a un clavo ardiendo para justificar el álbum) es tan blanda, tibia, babosa y floja que asusta. "Colour Spectrum" es un patrón de un minuto con ruido ambiental, sobrante de cualquier momento de la grabación, que no aporta absolutamente nada de nada, mientras que  "Up&Up" con la guitarra de Noel Gallagher nos demuestra lo que podría haber sido este álbum con un poquito de orientación, concentración y dirección porque "Miracles" es tan sólo un regalo ya que ya fue publicada con anterioridad y no podemos olvidar que fue compuesta para la película de Angelina Jolie. Resumiendo; doce canciones menos la anteriormente citada y dos que son fragmentos, en total nueve cortes de un grupo que llena estadios y que podría dar mucho más de sí en su séptimo álbum.

Pude verles en su primera gira, en el 2001, y he repetido en cada una, por casualidades, varias veces menos en "Ghost Stories" que dieron tan sólo unas pocas fechas, les he conocido y saludado en persona, tengo sus antiguos EPs en vinilo pero, por esta vez, permítanme que me baje del barco porque de Coldplay tan sólo queda el nombre.


© 2015 Jim Tonic