Crítica: Suicide Silence “Remember… You Must Die”

Podrás decirme lo que quieras pero, en mi opinión, Suicide Silence, tras algunas mentirijillas, no pudieron ocultar lo perdidos que estuvieron tras la muerte de Mitch Lucker. Publicaron un disco correcto como "You Can't Stop Me" (2014) con Eddie Hermida y las críticas positivas, además de la necesidad de una mal entendida evolución por alejarse del deathcore, les hicieron grabar el peor álbum de su carrera, que no es otro que el homónimo “Suicide Silence” (2017) cuando se creyeron que podían convertirse en Deftones sin hacer el ridículo, un disco tan horrendo que corrieron prestos a solucionarlo. El resultado fue "Become the Hunter" (2020), un álbum irregular pero que templaba los ánimos de aquellos que pedíamos la cabeza de la banda e introdujo esa mezcla de groove y grind con la que daban por despedido casi cualquier rastro de deathcore. Así, no fue ninguna sorpresa el cambio de discográfica, el regreso a Century Media (con quienes publicaron sus tres primeros discos), junto con el anuncio definitivo de Ernie Iñiguez, con quien ya habían grabado las pistas de "Become the Hunter" y la despedida definitiva de Álex López. Pero la gran duda era, ¿serían capaces de hacernos olvidar los dos discos anteriores? ¿Volverían a mutar o profundizarían en aquellos ingredientes exhibidos en el anterior? La respuesta está en Hermida, puede parecer algo superficial, pero el cambio en la banda, aunque consensuado, no hay miembro que lo represente mejor que el propio Eddie; no sólo ha cambiado su estética sino también su manera de cantar, el vocalista disfruta de sus guturales a pleno pulmón hasta engullirnos y sólo cambiará para rasgar su garganta y acercarse al death más ligero o el black más acelerado. Por lo que en "Remember… You Must Die" volvemos a encontrarnos con todo aquello presente en "Become the Hunter" pero multiplicado al cubo y el resultado, aunque no brillante, es interesante, dando la sensación de que, en su persistencia por volverse una versión más sucia y heavy de sí mismos, Suicide Silence han grabado un disco más sólido de lo que realmente es.

Tras la introducción “Remember…”, “You Must Die” se convierte en una demostración de lo que son capaces en tres minutos, el sonido de Taylor Young ayuda, pero también el ladrido de Hermida o los constates armónicos, no hay duda de que Suicide Silence querían dejar de sonar como lo hacían y la supuesta evolución y madurez de la banda no tiraría por el terreno melódico. Iñiguez nos sacude con fuerza sobre la cabeza en “Capable Of Violence (N.F.W.)” mientras que esos armónicos que mencionaba de Garza se convierten en el principal recurso estético de las guitarras que además se han vuelto más arenosas que nunca en una mezcla en la que, por desgracia, el bajo de Kenny no luce como debería. Es esa distorsión de Garza en “Fucked For Life” la que parece dominar el álbum, un acierto a ratos cuando les acerca a un sonido más cercano al death old school, pero les aleja de sus tres primeros discos -precisamente, con Century Media- y les deja en tierra de nadie, la polimetría de Ernie con Kenny y las guitarras de Garza y Heylmun es brillante en “Fucked For Life”, mientras que en “Kill Forever” me recuerdan a unos hermanos pequeños de Suffocation y “God Be Damned” o “Alter Or Self” uno tiene la sensación de que han perdido la capacidad para sorprendernos, cuando la primera es quizá de las composiciones más flojitas del disco y en la segunda, aunque les siente bien el groove, pasa sin pena ni gloria pero marcará el resto del álbum.

Es por eso que quizá, “Endless Dark” (a pesar de la ensalada de armónicos), funciona como un martillo pilón y nos deja con ganas de más, o “The Third Death” -cuando arranca- además de dejarnos uno de los pocos solos del álbum, parecemos encontrarnos a la versión más violenta de la banda, junto con “Be Deceived” y las estridentes guitarras de “Dying Life” -que da la sensación de que ganará en directo, aunque ese solo precisamente suena verdaderamente horrible- y la final de “Full Void”, además de hacer perder vuelo al disco, sirve para escuchar, por fin, el bajo de Kenny en la grabación, además de esa manía estropear los solos en la producción o tener la sensación de que son casi seis minutos confeccionados a base de diferentes ideas que no terminan de cuajar y la banda no sabe si llevar a un lado u a otro. En definitiva, "Remember… You Must Die", funciona mejor que el homónimo, es continuista respecto a "Become the Hunter" (ahora, también criticado por la banda en sus últimas entrevistas) pero sigue sin mostrar la mejor cara y quizá definitiva de unos músicos que parecen seguir perdidos en su propio nombre (y ya van tres discos), dando la sensación de que lo mejor podían haber hecho es cambiarlo, romper y rasgar. Empezar de nuevo, cambiarlo todo para que nada hubiese cambiado.

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