Crítica: Intronaut "The Direction Of Last Things"

Me resulta muy difícil asegurar si "The Direction Of Last Things" es el mejor álbum de Intronaut, como aseguraba un excitado  Sacha Dunable, y supera a "Prehistoricisms" (2008) o "Valley Of Smoke" (2010) porque cada vez que lo escucho no puedo menos que rendirme  a su espectacular sonido. Está claro que Dunable, Timnick, Walker y Lester han evolucionado y madurado durante los últimos años como músicos, que han sabido acoplarse de tal manera que Intronaut es una auténtica máquina de precisión capaz de sonar tan contundentes como frágiles y diferentes al resto de bandas. Pero, sin desmerecer discos como "Prehistoricisms" (2008), "Valley Of Smoke" (2010) o, el más reciente y que inevitablemente y dentro de su genialidad sí que es cierto que nos hizo creer a todos que habían perdido algo de altura, "Habitual Levitations (Instilling Words with Tones)" del 2013, lo cierto es que "The Direction Of Last Things" es un auténtico festín para todo aquel que se vanaglorie de ser un melómano, con una producción sencillamente soberbia y densa como pocas pero también cristalina, algo que no es nada fácil de conseguir en un género como el que practican y que puede parecer todo un contrasentido.

Grabado en directo, para captar esa excitación de sus actuaciones, en los estudios Clearlake Audio de California, al norte de Hollywood, (donde grabaron, por cierto, "Valley Of Smoke"  también con Josh Newell), quizá lo que marque la diferencia y haga que este "The Direction Of Last Things", aparte del rodaje de los cuatro y esa inspiración que parece no abandonarles, suene así es porque, una vez concluido, se lo enviaron al siempre genial Devin Townsend para las mezclas finales. Las cartas sobre la mesa; Intronaut son unos músicos sobresalientes con un buen gusto fuera de toda duda y su unión con Townsend nos hacía ensalivar, Devin es un auténtico monstruo, un verdadero 'workaholic' que vive por y para la música, un artista honesto que muchas veces pone su talento al servicio de los demás de manera desinteresada, con un desbordante sentido del humor pero también un excelente gusto para el sonido. ¿Qué podría resultar de la unión de Intronaut y el buen hacer de Devy? Odio repetir los mismos clichés de todos aquellos que escriben sobre música pero, en este caso, es cierto que "The Direction Of Last Things" es lo que podríamos denominar como un "álbum redondo", con un sonido brillante, preciosista pero apabullante, toda una pedrada para aquellos que gusten de la solidez de los californianos pero también disfruten entregándose a los detalles de cada uno de sus álbumes.

"Fast Worms" sirvió como adelanto del álbum y basta decir que nos dejó a todos sorprendidos, la sensación de que Intronaut habían vuelto por todo lo grande era inevitable. El sonido es actual pero esas guitarras y sus robustos riffs nos volaron la cabeza por completo con la promesa de que, seguramente, estábamos ante el disco que muchos esperábamos desde "Prehistoricisms" y esa sección jazzy tan jodidamente bien introducida, cálida y llena de fusión gracias al bajo de Lester, contrasta con el fuerte sentimiento groove de la canción, por no mencionar la voz de Sacha; excepcional es poco. El orgasmo rítmico en el que parece acabar "Fast Worms", obra de Danny Walker, hace que el inicio de "Digital Gerrymandering" y sus arenosas guitarras parezca precisamente el  cierre de la anterior y encajen perfectamente una dentro de otra. Fresca, dinámica y a 3/7, ¿qué más le podríamos pedir a una nueva canción de Intronaut? El juego de voces de Sacha y cómo las guitarras juegan entre sí la convierten en una de las más accesibles de todo "The Direction Of Last Things".

"The Pleasant Surprise" no da tregua alguna, su mezcla entre stoner, groove, math y prog metal es abrumadora y mientras Walker parece ametrallarnos, volvemos a las excepcionales armonías vocales. El sonido es un auténtico muro infranqueable, tan denso que incluso cuando las guitarras respiran no se resiente el resultado final, si esto es debido a la mano de Devy; bendito Townsend, pero mi sentido común, sumado a las horas de escucha de Intronaut desde "Void" (2006), me dice que no todo el mérito recae en la mezcla sino en las muchas virtudes de un grupo que nunca parece alcanzar el reconocimiento que se merece. "The Unlikely Event Of A Water Landing" y su chirriante comienzo pronto es interrumpido por el profundo bajo de Lester y unas guitarras que parecen ir cobrando cierto protagonismo añadiendo texturas, la voz de Satcha completamente melódica hasta que, antes de rasgarse en unos guturales contenidos, parece jugar con las guitarras en una especie de "scat". Intronaut rompen la melodía y tiran de atmósfera pasados los cinco minutos con una coda preciosa e hipnótica.

Precisamente esa calma es interrumpida por la brutalidad de "Sul Ponticello". Para todos aquellos que no estén familiarizados con el término, el "sul ponticello" es ese efecto metálico, extremadamente agudo y que suele añadir texturas a veces inquietantes, cuando en los instrumentos de cuerda frotada (por ejemplo, un violín), el arco las ataca lo más cerca posible del puente, de ahí su nombre; "sul ponticello; sobre el puente", un recurso expresivo más, y así uno entiende ese sonido agudo de las guitarras en la canción porque, mientras una es "muteada" con el dorso de la mano sobre el puente, la contraria solea también cerca de éste. Pero no nos olvidemos la melodía de Satcha, por favor, simplemente adictiva.

La homónima "The Direction Of Last Things", llena de contrastes y guitarras aullantes, pronto vuelve al groove más bestia tirando de un riff principal que articula toda la composición de una manera brutal para, como ocurría en "The Unlikely Event Of A Water Landing", acabar de manera narcótica y una última envestida de ese riff mastodóntico. "City Hymnal" despide el álbum de manera contundente pero con ese regusto jazzy, que también comparte "Fast Worms", gracias al efecto acuoso de las guitarras y el compás de Walker pero también a que, escuchado con cascos y a todo volumen, uno puede llegar a apreciar el suave eco resonante de la habitación en la que el grupo ha grabado el disco, logrando el objetivo de los músicos cuando querían que el álbum sonase lo más directo y espontáneo posible.

"The Direction Of Last Things" es una obra maestra que confirma a Intronaut como uno de las grandes bandas de la actualidad en un estado de gracia asombroso y cuyo único defecto, si es que se le puede sacar alguno, es que se hace demasiado corto. ¿Cómo  es posible que canciones de siete y ocho minutos pasen en un santiamén? Porque es un álbum  espectacular, así de fácil y así de complicado para el resto.

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