Concierto: Limp Bizkit (Hellfest) 21.06.2015

SETLIST: Full Nelson/ Thieves (Ministry)/ Hot Dog/ Rollin' (Air Raid Vehicle)/ Gold Cobra/ My Generation Livin' It Up/ Re-Arranged/ Killing in the Name (Rage Against the Machine)/ My Way/ Break Stuff/ Take a Look Around/

Todos estamos de acuerdo en que Limp Bizkit son únicos y saben sonar como sólo ellos son capaces, su sonido les distingue del resto de bandas y es reconocible de inmediato pero es la última vez que un servidor se acerca a verles en un festival. Ir a los aseos, tomarse una cerveza en la zona Vip, comer o, simplemente, cargar el móvil son formas de perder una hora de tu tiempo de manera mucho más productiva que volver a ver a Fred Durst sobre un escenario. Realmente no sé siquiera porque les he concedido el beneficio de la duda, quizá porque Wes Borland siempre me ha parecido un tipo genial; todo un artista y un guitarrista con un sonido tan peculiar como los vistosos disfraces y maquillajes que luce en el escenario. Quizá porque cuando publicaron "Significant Other" (1999) -tras "Three Dollar Bill, Yall$" un par de años antes-  lo tenían todo de su parte y supieron dar el salto definitivo al mainstream más absoluto con "Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water" (2000). Fred Durst era un bocazas polémico y generaba titulares (algunos graciosos, otros no tanto) y sobre Borland recaía todo el peso musical. Lo que vino después es tan antiguo como el mundo; el clásico síndrome del grupo al que supera su propio éxito, el cantante es un ser insoportable y cargante y Wes abandona la nave para volver poco más tarde y, por el camino, pierden tantos seguidores como inspiración y ventas.  Pero hace cuatro años, tras la publicación de "Gold Cobra" y una magnífica actuación en el Sonisphere de Basilea, en Suiza, nos engañaron de nuevo. Parecía que se habían reformado y se lo estaban tomando en serio pero no era cierto. El principal problema de Limp Bizkit es Fred Durst y una incapacidad total y absoluta para, actualmente, grabar discos con un mínimo de consistencia; justo como sus, cada vez más desnortadas, actuaciones.
Lo que vimos en Francia sólo puede considerarse como un desastre, un total aburrimiento, un concierto que hizo aguas desde los primeros minutos y acabó de manera insospechada, pasen y lean porque no tiene desperdicio alguno. Tras la introducción de rigor, el grupo ataca "Full Nelson" de su celebrado "Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water" y parece que lo que vamos a presenciar es una buena actuación de los de Florida. Durst, vestido de blanco y con su sempiterna gorra, barbudo y divertido canta y nos lleva a través de los agresivos estribillos de la canción mientras Borland, vestido de una manera indescriptible -como siempre-, escupe el contundente riff de la canción, retumba el bajo de Rivers y Otto golpea con fiereza la batería. El primer síntoma es que el final de "Full Nelson" pierde en agresividad y Durst no se deja la garganta como debería pero quería pensar que todavía no habían entrado en calor, primer error; nunca subestimes la capacidad para el desastre de Limp Bizkit porque puede llegar a sorprenderte. Seguidamente suena un riff conocido…  ¡"Thieves" de Ministry! ¿Cómo se las arreglarán con el clásico de Al Jourgensen? Pues mal, tremendamente mal porque lo que en "The Mind Is a Terrible Thing to Taste" (1989) sonaba subversivo, ácido y retorcido con una guitarra zumbando como una Uzi aquí es un chiste. Dos minutos de Borland tocando una y otra vez el mismo riff mientras Durst hace el ridículo más espantoso dirigiéndose constantemente al público como si fuese el animador de un hotel de verano en pleno hall, rodeado de jubiletas con daikiri en mano; "Es muy pronto para estar cansado, amigo" -le dice a las primeras filas, "cuando yo diga en pie vosotros me mandáis a tomar por culo al estilo Bizkit" y grita; "La gente de atrás ¿podéis sentirlo? No os creeré hasta que lo vea" y vuelve a la carga; "Todo el Hellfest en pie, en pie, en pie" para terminar dando las gracias con un "merco beaucoup!". Ni rastro de la letra o cualquier parecido con la canción de Ministry, tan sólo dos minutos absurdos en bucle, no se le puede llamar versión siquiera.

Vuelven al mundo Bizkit con "Hot Dog", de nuevo de su disco del 99, y terminarán por perder definitivamente el rumbo tocando unos segundos de "Master Of Puppets" de Metallica no sin antes volver a "Hot Dog" por segunda vez. Intento ser positivo y pensar que si tocan la pesadísima y vulgar "Rollin' (Air Raid Vehicle)" en tercer lugar es que no acabarán con ella pero, por desgracia, ésta será el último tema antes del dislate que viene a continuación; Durst perdido parece totalmente ajeno a la actuación y baila mientras Carino pincha bases, Borland vuelve al ataque con "Master Of Puppets" y lo peor de todo es que Otto se anima y comienzan a tocarla una vez más. Suena la mediocre "Gold Cobra" y, de nuevo, otro fragmento de los de San Francisco, esta vez es "Seek   &   Destroy" a la que sigue "Holy Wars" de Megadeth mientras Durst se aburre, arroja botellas de agua o se queda con la mirada perdida en algún punto del infinito, ¿no están demasiado alto en el cartel para ser simplemente un grupo de versiones?. Dos segundos más de Metallica y tocan "My Generation" y "Livin' It Up" pero ya hemos perdido la paciencia hace tiempo y, para colmo, la interpretación de ambas deja mucho que desear. Borland se larga unos segundos del escenario, Rivers se va a un lateral para besar a una chica y Durst hace el canelo mientras suena el remix de "Back Porch" para tomar de nuevo el enésimo descanso y "Re-Arranged". Por increíble que parezca, hacen un horrible versión de "Killing In The Name" de Rage Against The Machine a modo de karaoke, "My Way" y, de nuevo, otro descanso más para dar por finiquitada la actuación con "Take a Look Around" con fragmentos de "All Apologies" de Nirvana, "Hurt" de Nine Inch Nails u "Opiate" de Tool sin ninguna coherencia o gracia y sorprendernos con un abrupto final a ritmo de "Stayin' Alive" de los Bee Gees y Durst bailando mientras atrona la grabación original de los hermanos Gibb por todo el festival y nos pregunta de nuevo; "¿podéis sentirlo?", cuando lo único que siento es haber perdido una hora de mi vida viendo quizá la peor actuación en mucho, mucho tiempo. Lamentable, un jodido horror sin sentido, una tomadura de pelo; Limp Bizkit están muertos y nosotros vivos. Nunca más.

© 2015 Jim Tonic
Fotos por © Insane Motion