El sendero de la mano izquierda: "IN UTERO", primera parte.

Cuando uno escucha “In Utero” por primera vez es imposible no bajar el volumen ante el estruendo con el que abre “Serve The Servants” (“Servir a los sirvientes”) y entender que en ese acorde, en esas notas, en esa suciedad y ese estallido está contenida la mayor nausea que un artista haya sentido jamás por la industria y el éxito más desorbitado e inesperado. Años después y con la perspectiva que nos da el tiempo, saber cómo acabó todo y el contexto en el que fue grabado, sorprende ver a un inocente Kurt Cobain respondiendo en una entrevista para la televisión que su último disco no contiene ninguna referencia a su vida, que no hay ninguna alusión a nada personal suyo sino que todas las letras escritas están basadas en influencias externas tales como libros o películas. 

En 1994 todos queríamos creer que una canción como “Scentless Apprentice” estaba inspirada por “El Perfume” de Patrick Süskind como defendía el propio Cobain cuando lo mencionaba como uno de sus libros preferidos, escuchábamos sus entrevistas cuando visitó España por última vez y nos fascinaba contemplar como una estrella del Rock de un pueblecito de noroeste de Estados Unidos citaba a Sartre o Samuel Beckett entre sus autores predilectos pero veinte años después nos damos cuenta que tras cada nota, cada palabra y suspiro de Cobain hay un trozo de su alma y mucha bilis contenida en todas y cada una de las canciones de “In Utero”. Por primera vez, Cobain se sentía feliz y orgulloso de las letras y de su capacidad como compositor, dejando que se publicasen en el libreto interior del disco y  también por primera vez llegaba al estudio con todas las canciones escritas para la grabación del disco, algo que no había ocurrido hasta entonces (aunque Grohl ahora asegure que Kurt no tenía todas las letras; “Recuerdo que había días en los que no pasaba nada durante horas y simplemente nos quedábamos ahí esperando que algo sucediese”). Sin embargo, algunas fueron compuestas con anterioridad, otras durante la gira, pero en todas reina el mismo sentimiento de un disco que fue concebido para romper el molde del anterior, si en “Nevermind” (1991) Cobain se quejaba de la homogeneidad de su sonido (de esa “unidimensionalidad” que él siempre mencionaba), en “In Utero” quiso contrastes, caramelos envenenados como “Dumb” u “All Apologies” y contundentes agresiones como “Scentless Apprentice” o “Radio Friendly Unit Shifter” y así se lo hizo saber a a la prensa cuando aseguraba que el próximo disco de Nirvana mostraría los dos extremos del grupo. Quiso empezar con el nuevo disco en verano del 92, en plena gira, pero el nacimiento de su hija retrasó los planes de la discográfica que, sin embargo, y para continuar con el filón de Nirvana y su “Nevermind” no dudo en publicar el álbum de rarezas “Incesticide”. En primera instancia quiso grabar con Jack Endino y así grabaron una demo en Seattle con temas que posteriormente formarían parte del nuevo disco.

En un principio, Cobain quiso titularlo “I Hate Myself And I Want to Die” (“Me odio a mí mismo y quiero morir”), una frase que ya apareció en sus diarios allá por 1992 y que posteriormente lució orgulloso en una camiseta durante su estancia en Brasil en Enero del 93 (periplo en el cual aprovecharon para registrar "Gallons of Rubbing Alcohol Flow Through the Strip" que posteriormente incluyeron como canción oculta en las ediciones internacionales, como ya hicieron con “Endless Nameless”, al final del nuevo disco) ante unos compañeros de grupo que no supieron ver que aquello era algo más que una broma (según Grohl; “Recuerdo el día que salió al escenario de Brasil con la camiseta de  ‘me odio a mí mismo y quiero morirme’. Conociendo su humor, todos pensábamos, ‘¿Me estás tomando el pelo, dónde coño la has comprado?, ‘La he hecho yo’, nos dijo. Echando la vista atrás, es desgarrador. Pero, ¿qué puedes hacer?” ), pero fue Novoselic quien sugirió que quizá fuese demasiado atrevido como título y finalmente consideraron “Verse Chorus Verse” hasta llegar al de “In Utero” gracias a un poema escrito por Courtney.
Kurt se fijó en Steve Albini como productor, huyendo del sonido redondo y brillante de Butch Vig y la masterización de Andy Wallace. La banda hizo un acercamiento y la prensa hizo eco de ello pero Albini lo negó, como más tarde le confesó a Michael Azerrad no tenía gran estima por la propuesta de Nirvana que sí por ellos ("el mismo tipo de personas que el resto de bandas de poca monta con las que trabajo"). Albini, aún así, tardó en contestar respondiendo con una carta escrita a máquina (como muestra la edición especial de “In Utero)  en la que deja bien claras sus intenciones (parafraseando y resumiendo el contenido); “Antes de nada permitid que me disculpe por tardar unos días en contestar, cuando hablé con Kurt estaba en medio de la grabación del disco de Fugazi/ creo que lo mejor que podéis hacer es justo lo que estáis haciendo, grabar el nuevo disco en un par de días, con buena calidad pero una producción mínima y sin ninguna intervención de la compañía, si es así de verdad que me gustaría estar involucrado, si en cambio preferís la indulgencia y dejáis que intervengan en cualquier punto del proceso llamando a otros mercenarios del estudio para que endulcen el sonido del álbum no quiero formar parte del proyecto” pero Albini no acababa ahí sino que dejaba claro que “la mayoría de los ingenieros ven la grabación de un álbum como pun producto y a los músicos como parte de él, mi enfoque es diferente; para mí el grupo es lo más importante, no creo que yo sea quien debe decirles cómo tocar, si veo que hacéis algo mal os lo diré pero si es parte de la búsqueda ayudaré. Me gusta dejar espacio para los accidentes y el caos, hacer un disco que suene perfecto es algo siniestro, cualquier idiota podría hacerlo. Me gustan las grabaciones que aspiran a algo grande basándose en la originalidad, la personalidad y el entusiasmo, si cada nota es controlada por ordenadores, mezclas, metrónomos y secuenciadores, la grabación resultará incompetente con lo que busco y con como es la banda en directo. El 99% del sonido de un disco debe ser capturado en la primera toma. Mis métodos de grabación no son estándares, cada banda es diferente y nunca grabaré un disco según mis gustos ya que es algo estúpido. Me da igual dónde grabemos el disco, si tenéis un estudio no hay problema, si no disponéis de uno yo os puedo ofrecer el de mi propia casa, no me importaría que estuvieseis hospedados en mi propia casa pero no me gustaría ver hordas de seguidores alrededor, aún así sería un buen lugar para mezclar el disco. Puedo buscaros un estudio y todo el equipo, no hay problema, mi primera elección serían los estudios Pachyderm, lo único malo es que los dueños no son técnicos y tampoco tienen uno de guardia, ya he trabajado allí en ocasiones anteriores, es un lugar económico pero tiene algunos pequeños lujos como piscina o sauna. Aunque perciba menos dinero conozco a Bob Weston que es un técnico electrónico por si acaso tenemos algún problema grave, algún día podría llamar a The Jesus Lizard y pasarlo bien. Se me olvidaba, además en los Pachyderm tienen una mesa Neve (como la usda en “Back In Black” de AC/DC” y como colofón, toda una declaración de principios que seguramente terminó de convencer a Cobain; “Sobre mi sueldo, ya lo hablé con Kurt, no quiero ningún tipo de regalía o beneficio, sin excepción. Todos los beneficios obtenidos deben ser para el grupo que es quien toca, los fans son los que compran los discos pero sois los músicos los responsable de hacer un disco genial y horrible, los beneficios son vuestros por entero, no acepto discusión. Me gustaría que me pagasen como a un fontanero, hago mi trabajo y me pagáis lo que vale. La compañía esperará que pida un porcentaje, si vendéis tan sólo tres millones de copias y yo tengo un punto o punto y medio eso significaría que percibiría cerca de medio millón de dólares y no podría aceptarlo, no podría dormir. Pagadme lo que lo que consideréis, algo fijo y si luego os gusta el resultado podéis pagarme algo más después de haber vivido la experiencia de haber grabado juntos. Me paguen lo que me paguen y cuando nunca afectará mi entusiasmo por la grabación. Sea como sea, confío en vosotros y en que seréis justos. Otros productores se fortarían las manos después de trabajar con vosotros, yo tengo más trabajo del que puedo asumir, no soy tan superficial como para estar considerando esas cosas. Si un disco tarda más de una semana en grabarse es que alguien la está cagando”. Así, Albini confirmaba las sospechas de Cobain cuando se hablaba de él como un productor digno al que abalaba su buena reputación e integridad (ex Big Black y Rapeman), además había grabado dos de sus discos favoritos: “Surfer Rosa” de los Pixies y “Pod” de The Breeders, no obstante le mandó una copia de “Rid Of Me” de PJ Harvey para que supiesen cómo tenía que sonar el disco que quería grabar en los estudios Pachyderm. Según Grohl: “Steve era realmente famoso por su sonido. Lo que lograba en sus grabaciones no era accidental, era algo parecido a una ciencia. Normalmente se reconoce en la batería. Así que si escuchas el “Pod” de The Breeders o el “Surfer Rosa” de Pixies o el “Liar” de Jesus Lizard y sonaban a una banda tocando en una habitación pero con una especie de ingrediente que nadie más logra capturar. Era grande poder hacer un disco con él. Yo tenía los discos de Big Black y me encantaba “Surfer Rosa”. Pero recuerdo que cuando entré al estudio y lo vi me sentí aterrorizado e intimidado porque su reputación era la de un tipo realmente duro. Había oído historias de que bandas le habían mandado sus maquetas para pedirle que las produjese y él les había devuelto la cinta destrozada sin ni siquiera una carta. Estaba asustado pero al final resultó ser  el tipo más amable del mundo y lo pasamos genial con él”.
En Febrero de 1993, el grupo llegó a Minneapolis, donde están situados los estudios Pachyderm, para grabar “I Hate Myself And I Want to Die” (“Me odio a mí mismo y quiero morir”). En aquella época Cobain era aparentemente feliz, había sido padre de una niña (Frances Bean Cobain, tomando el nombre de la célebre actriz) y Geffen le daba libertad artística absoluta para grabar el disco que quisiese pero en realidad estaba en punto de mira de la prensa sensacionalista ya que había entrado en rehabilitación, su matrimonio con Courtney y los abusos de sustancias tóxicas durante el embarazo por no hablar de su turbulenta relación le hacía sentirse amenazado y blanco de todos, si a eso le sumamos su nuevo estatus de estrella y la presión que conllevaba haber vendido millones y millones de discos cuando meses antes tocaba en una sala para diecinueve personas, no es de extrañar que Cobain fuese una olla a presión. Una vez llegaron a los estudios, tuvieron que esperar tres días a que llegase el equipo, tiempo que aprovecharon para ver la televisión y relajarse como buenos amigos. Y es que, a pesar del dolor, malas vibraciones, desgarro y todo tipo de enfermedades incluidas en las letras del disco, en todo momento hubo buen ambiente en las sesiones de grabación (e incluso Krist Novoselic aprovechó el tiempo para terminar un artículo que había prometido a una revista sobre su reciente viaje a Croacia y la situación política allí). Durante la grabación del disco reinó un clima amable e incluso en el proceso de mezcla se pasaban el tiempo haciendo todo tipo de gamberradas como utilizar productos químicos inflamables para limpiar las bobinas y prenderse fuego en la ropa, bromas telefónicas (algunas ya famosas como la de Albini haciéndose pasar por Kurt Cobain y llamando a Gene Simmons para componer con él o tomándole el pelo a Eddie Vedder como si fuese el productor Tony Visconti,  aconsejándole que dejase Pearl Jam para estar en un grupo que merezca la pena) o de nuevo Steve llenando uno de sus calcetines con comida y haciéndolo aparecer en cualquier lugar del estudio, como si tuviese vida propia. Hasta Courtney apareció por allí con Frances, la hija de ambos, e hizo un guiso para todos, precisamente ella fue la culpable de la única polémica que ocurrió durante la grabación, una semana después de comenzar las sesiones, fue cuando Love se presentó en el estudio porque echaba de menos a Cobain y creó cierta tensión entre todos cuandro criticó la labor de su marido.


Precisamente cuando estuvieron a la espera de que llegase todo el material  para la grabación y con las bajas temperaturas de Minneapolis se dieron cuenta de la estrategia de Albini, a los estudios Pachyderm no se podía ir a otra cosa que grabar un disco, no había nada más alrededor. Cuando todo estuvo listo, el productor y el grupo se reunieron para saber qué es lo querían hacer, qué clase de álbum querían empezar a grabar y conseguir que los músicos se aislasen (en una casita del estudio que Novoselic llegó a comprar con un gulag soviético), apartados de los seguidores, medios y personas relacionadas con la industria. Si el arranque fue lento, la grabación fue extremadamente rápida, comenzando el 13 de Febrero alrededor del mediodía y parando únicamente para comer o cenar y abandonando el estudio de madrugada, el nuevo disco estuvo terminado en tan sólo trece días (todo un contraste si lo comparamos con los dos largos meses que duró la grabación de “Nevermind”). Albini colocó más de treinta micrófonos para capturar el sonido ambiente cuando no mandó a Grohl a tocar a la cocina del estudio para capturar la reverberación natural, después Cobain añadía las guitarras, más tarde los solos y posteriormente la voz mientras aporreaba una acústica para llevar el ritmo, tardó sólo siete horas en grabar todas las voces del disco, no podía resultar más punk ni beatliano al mismo tiempo (para grabarla se utilizó la ténica denominada “double track”, muy habitual en la grabación de cualquier disco sólo que en “In Utero” una de esas voces queda totalmente anulada y Kurt canta tan cerca del micrófono y con tal intensidad que el desgarro es palpable por su crudeza e intensidad, el nuevo álbum no sería perfecto, pero si lo más honesto que un grupo puede ofrecer a sus seguidores). Respecto al sonido de Kurt, la guitarra con la que se grabaron la mayor parte de las pistas fue su Fender Jaguar del 65 (tanto la JagStang, como las Mustang o la Telecaster Sunburst japonesa fueron posteriores), para la gira de “In Utero”, le cambió las pastillas DiMarzio PAF (mástil) y DiMarzio Super Distortion (del puente) por unas Duncan JB. Earnie Bailey también le envió  una Ibanez Les Paul Custom Cherry Sunburst a la que instaló unas pastillas Dimarzio X2N y le retiró el golpeador pero Kurt la descartó diciendo que se sentía demasiado como Jimmy Page. Con la acústica, sin embargo, cambió; hasta el momento su principal acústica había sido una Stella del 61 (fácilmente indetificable por la pegatina de “Nixon Now” pero para la gira de “In Utero” utilizó una Epiphone Texan a la que reemplazaba ocasionalmente por una Martin (que es la que también utilizó para la grabación del “Unplugged”). Respecto al amplificador (en los ensayos y grabación, no en la gira) empleó un Fender Twin Reverb del 82 al que le faltaban los potes, con dos válvulas Peavey 6L6 (nadie sabe cómo podía funcionar con sólo dos válvulas de salida pero, según Kurt, quizá ése era el secreto de su magnífico sonido), posteriormente Earnie reemplazó sus válvulas Peavy por cuatro Groove Tubes 6L6 y le hizo un ajuste de Bias (el amplificador tenía unas válvulas 7025 de preamplificación), Earnie le dijo a Kurt que sólo le había limpiado los potes y nunca le dijo la verdad, lo utilizaron para grabar “In Utero” y el acústico de la MTV.

© 2014 J.Cano