Crítica: In Flames "Whoracle"

Si no recuerdo mal fue en el Otoño de 1997 cuando en Blogofenia descubrimos a una de las mejores bandas de metal que existen, pero curiosamente no lo hicimos a través de un disco suyo (lo cual hubiera sido lo más normal), sino que fue a través de un álbum recopilatorio que editaba el que fuera durante muchos años su discográfica (Nuclear Blast). El recopilatorio en sí hacía un bagaje muy completo y muy amplio sobre los diez primeros años de actividad del potente sello alemán, dividiendo a todas sus bandas (por lo menos a la mayoría de ellas) en tres grandes bloques (pasado, presente y futuro) con sendos cds para cada uno de los mismos. In Flames estaban dentro del tercer disco, el dedicado al "futuro", donde gente como Dimmu Borgir y Hammefall también hacían acto de presencia con temas por entonces de "Enthroned Darkness Triumphant" o "Glory To The Brave" respectivamente (si lo pensamos fríamente, tenemos que reconocer que Nuclear Blast nos ha regalado grupos buenísimos a lo largo de su historia). Recuerdo perfectamente que In Flames ocupaban el corte número tres en dicho tercer disco (cómo olvidarlo) con uno de esos temas que con que sólo los escuches una vez se te quedan grabados a fuego para el resto de tu vida..."Food For The Gods" tenía algo especial y algo diferente de lo que hasta ese momento conocíamos como death metal propiamente dicho. Tenía por un lado la fuerza y la agresividad del death metal clásico, cuyo nido principal se centralizaba en la zona de Tampa (Florida), pero a la vez tenía una melodía y una musicalidad (lo que por otra parte lo hacía mucho más accesible al público más generalista) muy distinta a la del death del otro lado del charco.  "Food For The Gods" marcó un antes y un después; para nosotros fue el despertar y la eclosión del sonido goteborg, que años antes bandas como At The Gates habían creado y rubricado con cierta nota. "Food For The Gods" fue el elegido por Nuclear Blast para presentar al mundo "Whoracle", uno de los mejores discos de death metal melódico que existe y un auténtico incunable de una de las bandas que más cariño procesamos por esta humilde redacción...

No os vamos a engañar, nosotros no conocimos a In Flames ni con "Lunar Strain" ni tan siquiera con "The Jester Race" (para muchos su mejor disco), nosotros les conocimos con "Whoracle" y quizá por ello este disco tenga un significado tan especial para nosotros. Tampoco os vamos a engañar diciendo que hoy en día NO nos gusta lo que hace In Flames, sería mentiros (y eso sí que no lo vamos a hacer); discos como "Come Clarity" o "The Sense Of Pourpouse" están dentro de nuestro amplio menú, cubriendo parte de nuestras necesidades musicales, lo mismo que su último "Sounds Of Playground Founding" o el "rarito" "Soundtrack To Your Escape". Siempre nos han parecido una gran banda, tanto antes de "Reroute To Remaing" (el disco que consideramos su punto de inflexión) como después. Bien es cierto (tampoco vamos a negarlo) que lo anterior a "Reroute To Remain" es inconmensurable, enorme, cualquier calificativo de tono magnificente que empleéis seguro que se quedaría pequeño para describir dicha etapa, pero no por ello deberíamos poner una cruz ni sacrificar su nueva etapa y su "nuevo" enfoque musical, el cual deja un poco más de lado el death metal y el sonido goteborg centrándose por contra en un punto más alternativo y moderno...Pero bueno, eso es harina de otro costal; hoy toca desgranar uno de los "cuatro magníficos" ("The Jester Race". "Whoracle". "Colony" y "Clayman"), un disco que marcó un antes y un después en el death metal moderno y por qué no decirlo...en la forma de entender el rock y el metal.

Siempre que escucho "Jotun" se me viene a la cabeza (y no sabría deciros el por qué) su disco "The Tokyo Shodown" (2001), seguramente sea porque era de lo poco salvable de aquel directo totalmente infecto (sí, ya sabéis que por aquí nos gusta llamar a las cosas por su nombre, y si algo es una mierda lo decimos sin titubeos) donde los suecos presentaban la gira de su todopoderoso "Clayman". Me duele utilizar la palabra "infecto" para referirme a un disco de In Flames, ya que dicho calificativo no viene evidentemente determinado en este caso por los temas que allí se recogían (como todos sabemos en la gira del "Clayman" no había temas menores en su repertorio) sino por el lamentable sonido que tenía dicho álbum. De nada sirvieron todas las explicaciones que dieron Jesper o Anders intentando solventar las feroces críticas recibidas por parte de los diferentes medios musicales. De nada le valía decir a una banda de la talla de In Flames que lo que intentaron fue capturar el verdadero sonido del directo, sin querer practicar ningún tipo de arreglo ni modificación en el estudio que influyera sobre dicho sonido. Pues por desgracia tenemos que sentenciar que en aquella ocasión se equivocaron y el resultado es más que palpable; el que seguramente podría ser uno de los mejores discos en directo del death metal melódico se convirtió en una auténtica basura por la poca cabeza de algunos de sus miembros...

Por suerte "Jotun" en "Whoracle" suena espectacular, fantástica, grandiosa; con ese comienzo denso y pausado que parece que nunca llega a eclosionar y justo cuando lo hace se te pone esa carita de cumpleaños y de sorpresa gracias a la presencia y a la perseverancia de uno de los riffs más impactantes y acertados del maestro Stromblad (nunca he entendido ni entenderé su salida de In Flames...). "Gyroscope" tiene presencia y tiene templanza, Friden se sigue mostrando tan bronco y obtuso como en "The Jester Race" pero ya se le empieza a ver una musicalidad y una tonalidad mucho más hímnica y épica en su forma de cantar y entonar. Si algo tenían de común denominador los primeros discos de In Flames eran los temas instrumentales (no te caían menos de dos por disco), pero claro, lo que para un grupo normal no serían más que canciones de relleno para Friden y compañía eran auténticas joyitas con las que podías disfrutar cuan gorrino en un maizal; sólo tenéis que dejaros llevar por la maravillosa conjunción de guitarras de Stromblad y Ljungstrom (por cierto que gran guitarrista) en temas como "Dialogue With The Stars" para daros cuenta de lo que estamos hablando y de lo que tenemos entre manos. "Whoracle" (la otra instrumental del álbum) tiene por el contrario unos acordes acústicos donde la batería del actual guitarrista (Bjorn) es la que se erige como esqueleto y alma notoria del corte por encima de las guitarras del dúo antes mencionado. "The Hive" es una de mis favoritas, y no sólo del disco, sino de toda la discografía de la banda; una suerte que en la gira de presentación de su último disco ("Sounds Of The Playground Founding") la incluyeran en su repertorio. ¿Qué decir de ella?, pues la verdad que en estos casos es mejor estarse callado y disfrutar de uno de los solos más jugosos que jamás hayamos escuchado dentro del sonido goteborg. De dicho solo sale el cuerpo y la musicalidad que posteriormente emplearían en muchos de los temas de "Colony" y "Clayman", convirtiéndose el mismo en uno de los grandes activos y en una de las partes más características del sonido In Flames.  

La parte más dura y radical de su debut ("Lunar Strain") viene avalada por temas como "Morphing Into Primal" o "Worlds Within The Margin" , donde la fuerza y la energía se mantienen desde el segundo uno hasta el último. "Episode 666" es otra de mis favoritas de la carrera de los suecos, una canción que puedo escuchar cien veces seguidas sin llegar en ningún momento a hartarme ni a aburrirme; gracias todo ello a un estribillo jodidamente retorcidos y pegadizos del cual resulta imposible no enamorarse. Destacar nuevamente el solo marca de la casa Stromblad, tan simple como efectivo (está claro que los adornos nunca han sido lo suyo). En "Everthing Counts" podemos ver (o mejor dicho escuchar) la voz de Friden en un registro mucho más alternativo que en el resto de temas del disco; posiblemente sea aquí donde nazca el primer coqueteo de Andres con el sonido que marcará la trayectoria de la banda en el nuevo milenio.

No quiero dejar pasar por alto la magnífica versión del tema "Chad In Shadows" que años más tarde se incluiría en la edición especial de este pedazo de disco, donde la voz de Friden y los arreglos de Stromblad dejan literalmente en bragas a la primera versión que vimos en "Lunar Strain"..."Whoracle", simple y llanamente un disco imprescindible. 

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