Crítica: The Gaslight Anthem "Handwritten"

¿Cómo poder negarse a un grupo como The Gaslight Anthem? Y, aún así, y después de haber escuchado "The '59 Sound" (2008) y "American Slang" (2010) hasta la saciedad y haber prestado atención a todos los piropos dedicados por la crítica y el público (procedentes incluso de fans tan famosos y respetables como el propio Springsteen) me seguía costando entender de qué iban The Gaslight Anthem. ¿Eran pop, eran rock, eran punk o simple y llanamente rock alternativo? Pues después de este esperado "Handwritten" mucho me temo que nada en particular y un poco de todos esos ingredientes pero cada vez menos ese punk suave que les caracterizaba y cada vez más y más rock. The Gaslight Anthem están más cercanos a Mellencamp o Bruce que a la melodía punk por muy acelerados que suenen en muchos temas. ¿Es esto un defecto? Para nada, en todo caso una virtud que les abra las puertas del tan deseado reconocimiento porque si de algo puede pecar este "Handwritten" (del que ya puedo adelantar que es un disco notable con grandes canciones) es de una indolencia y una autocomplacencia exageradas, quizá en busca de sonar en las listas porque si de algo estamos seguros, a estas alturas de la película, es que "Handwritten" está claramente escrito para ello. Por otro lado, mi experiencia personal con el grupo fue un tanto extraña; acudí deseando verles cuando telonearon a los detestables de los Foo Fighters en su último concierto en Madrid y, lamentablemente nos perdimos su actuación pero, por desgracia y durante todo el concierto de Dave Grohl, sufrimos a los chicos de The Gaslight Anthem entrando y saliendo constantemente para coger bebidas gratis mientras perdían el tiempo con unas chavalas bastante mediocres. La verdad es que, con el paso del tiempo, tiene su gracia que no pararan de jodernos durante todo el concierto y la cara que me puso Brian Fallon cuando le tiré media copa de un codazo fortuito en mitad de "Monkey Wrench", otra vez será...

Estupideces al margen, su nuevo álbum se deja escuchar muy bien gracias a lo rodado de sus directos y la magnífica labor de Brendan O'Brien (al que no hace falta presentar a estas alturas, creo) y el sonido es compacto y orgánico, abandonando la innecesaria compresión a la que últimamente se somete a las grabaciones y sonando clara y definidamente cada instrumento con la vibración de un actuación del grupo. "Handwritten" suena a disco por la calidad de su sonido y sus canciones pero se siente como un concierto por lo directo de su sonoridad. Y así, "45" destapa el tarro de las esencias con ecos de Springsteen, mucho Springsteen (una influencia que se colará por todo el disco, agujereándolo como un queso de Gruyère) y la referencia no es gratuita porque de verdad que no comparten únicamente como orígen New Jersey sino que la emoción, la espontaneidad y fuerza de la voz (por no hablar de la forma de escribir los temas) late dentro del corazón de The Gaslight Anthem. "45" va a muchas más revoluciones de las que su propio nombre indica y es pegadiza y emocional como casi toda la producción del grupo, magníficas guitarras y una batería ágil pero robusta con unos coros de matrícula. La homónima "Handwritten" ha sido escrita para reventar sus conciertos y, aunque a estas alturas uno ya se canse de los consabidos "oh, oh, oh", aquí forman un todo del "in crescendo" en el que "Handwritten" se convierte.

"Here Comes My Man" con su ritmo machacón y emoción jalonada por las acústicas vuelve a recordarnos a Bruce y poco a los Pixies (disculpen el juego fácil y la evidente relación únicamente en el título de la canción de los de Boston pero tenía que escribirlo o me mordía las teclas). Más interesante es "Mulholland Drive" que es un single perfecto y suena, como casi todo el disco, vibrante. Abandonamos el terreno de The Gaslight Anthem, ése que dominan tan bien, y nos vamos a "Keepsake", esa clase de temas que crecen con cada escucha y se convierten en parte de uno mismo, las guitarras suenan espectaculares pero donde toman más protagonismo es en "Too Much Blood" o la ochentena "Howl" que en sus conciertos seguro que se convierte en toda una fiesta, de eso estoy seguro. ..

"Biloxi Parish" repesca cierta melodía de "Keepsake" a las seis cuerdas pero suena infinitamente más interesante y el estribillo impone. "Desire" quizá no es de las mejores pero sí "Mae"con una textura magnífica gracias al bajo y esa batería que no para de prometer un estallido que, aunque no llegue a ocurrir, mantiene la tensión durante los cuatro minutos que dura. Una pena esas guitarras tan "light", deberían sonar como un gruñido no con ese "delay" tan flojo. "National Anthem" nos aguijonea con su formato básico, es simplemente grande a pesar de su delicadeza. 

"Blue Dahlia" pone de nuevo las cosas en su sitio y "You Got Lucky" cierra magníficamente un disco del que no entiendo la incomprensible inclusión de la versión del "Sliver" de Nirvana. Una versión es precisamente eso, nunca debería ser un calco de la original y, por mucho que a algunos les duela, lo pedestre del sonido de Cobain y los suyos convertía en oro todo lo que tocaban y, si es un guiño a Grohl, tampoco lo termino de entender ya que en aquella tocaba la batería Dan Peters de Mudhoney. Pequeña incontención en un disco que debería haber sido de doce canciones (sobran dos) para ser todo un cinco estrellas pero que parece prometer que tenemos a The Gaslight Anthem para rato.



© 2012 Jack Ermeister