Crítica: Architects "The Classic Symptoms of a Broken Spirit"

Recuerdo, con una sonrisa de lado y goteante, cuando Architects publicaron el anterior, "For Those That Wish to Exist" (2021), y muchos se molestaron con mi crítica cuando en redes sociales lo volvían a elogiar, como una digna continuación de "Holy Hell" (2018). Vayamos por partes, "Holy Hell" (2018) no me parece lo mejor de la banda y, si tengo que pensar en aquellos discos a los que puede que vuelva, son “Lost Forever // Lost Together” (2014) y, claro, “All Our Gods Have Abandoned Us” (2016). Por supuesto, "Holy Hell" (2018) me parece un disco importante en la historia de Architecs con buen gusto en las melodías y arreglos, pero al que la desgracia le sentó muy bien; es inevitable pensar que de Tom quedaban rastros del naufragio y algún que otro riff, que el resto aprovecharon para abrirse en canal y, en ese exorcismo colectivo; su público también creímos ver más de lo que había, como cuando escuchabas un estribillo o un verso que te erizaba la piel y pensabas que estaba escrito por o para él, que Architects tenían una hondura de la que, actualmente carecen. ¿Qué ocurrió? ¿Nos engañaron a todos o nos lo quisimos creer porque veníamos, precisamente, de “Lost Forever // Lost Together” (2014) y, claro, “All Our Gods Have Abandoned Us” (2016)? Nunca lo sabremos, pero lo único que es cierto es que, tras la muerte de Tom Searle en 2016 y, más en concreto, después de "Holy Hell" (2018), los de Brighton han sido incapaces de volver a recuperar esa rabia melancólica que los caracterizaba y, actualmente, escuchar un álbum como "The Classic Symptoms of a Broken Spirit" (2022) produce la sensación de una canción eterna de cuarenta y dos minutos, en la que no hay sorpresa o cambio alguno. Composiciones en las que falta imaginación o creatividad, en las que todos los recursos han sido usados, por propios y ajenos, hasta la extenuación y Architects parecen querer abandonar el metalcore para abrazar el pop metal, hasta convertirse en una suerte de Muse.

No es que no me sorprenda que Josh Middleton (guitarrista, pero, sobre todo, alma creativa de Sylosis) haya producido el disco, ya hizo lo propio junto a Dan en "For Those That Wish to Exist" (2021) y “Holy Hell” (2018), pero sí me deja ojiplático que esta sea la vena a explorar en la banda; que suenen tan domesticados e inofensivos, con ese gusto desmesurado por el azúcar y el pop más sintético, con ramalazos electrónicos y sin peligro. El pop nunca debería ser sinónimo de fácil o ausencia de calidad, todo lo contrario; escribir y producir pop de calidad está al alcance de muy pocos y Architects no están en esa liga; “deep fake” es buen ejemplo de ello, el riff es inocuo y los arreglos no la engrandecen, como tampoco ayuda el puente con la voz colmada de helio de Sam (¿qué ha pasado con su garganta para que cada vez suene más aguda y con menos fuerza, cada vez más adolescente y teleñeca?). 

“Tear Gas” y su comienzo, con ese riff propio de Rammstein o, en menor medida, Eisbrecher, no ayuda en absoluto cuando cuesta que la banda nos enganche; de nuevo puentes que conducen a estribillos sin fuerza. Algo que no parece casualidad, “spit the bone” o “burn down my house” parecen canciones escritas para calar en audiencias más jóvenes aún que las que los escuchaban en “Lost Forever // Lost Together”, cuando la primera carece de fuerza y la segunda es un medio tiempo pero lo peor está por llegar; "living is killing us" y “when we were young", no hay una sola nota que merezca la pena en ellas y son únicamente envoltorio de papel celofán, mientras que la primera suena totalmente increíble en la voz de Sam Carter, en la segunda todo es tan impostado y previsible que aburre. Vergonzoso es el comienzo de "doomscrolling" o la melodía de "born again pessimist" y lo forzada de su letra; apartado a reseñar es lo poco trabajadas que están, el exceso de repetición de algunas palabras y expresiones, la forma tan púber de describir emociones por parte de un tipo que ya peina canas. 

Pero quizá lo peor es constatar que el álbum no remonta y que "a new moral low ground", "all the love in the world" y "be very afraid" son la despedida desnatada de aquellos que una vez firmaron “Lost Forever // Lost Together” (2014). Sólo queda esperar otro disco que confirme la defunción, que demuestre que Architects están más empeñados en alcanzar otras audiencias que en firmar algo decente, que jamás repetirán o igualarán lo grabado anteriormente y que Tom se fue de este mundo en el pico creativo de una banda que parece incapaz de escribir algo semejante, el resto está todo en tu cabeza y quizá en su cuenta bancaria.

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