Crítica: Darkthrone “Old Star"

Recuerdo perfectamente la sensación que me produjo el intercambio de emails con Fenriz de Darkthrone durante la promoción de “Arctic Thunder” (2016) y su entrevista, "los noruegos no necesitan nada de esto, si siguen publicando discos es por su amor a la música". Un amor que Gylve y Ted siguen contagiando con cada lanzamiento porque, en el fondo, nada de esto importa y ellos lo saben. Pero, sorpresas te da la vida, y tras un disco como tan notable “Arctic Thunder”, en lugar de continuar por los mismos derroteros, provocar de nuevo a la parroquia con una nueva encarnación musical o, mucho más divertido, negar el black metal ahora que tan de moda está, Darkthrone se sacan de la manga un álbum como “Old Star” que de black tiene únicamente la ausencia de policromatismo de la portada de Chadwick St John, "The Shepherd of the Deep”, y nada más. Sin embargo, “Old Star”, lejos de las coordenadas más oscuras de la fría Noruega, es posiblemente su mejor álbum desde "The Underground Resistance" (2013) en una discografía tan auténtica como notable pero en la que hay que bucear hasta 1995 y su “Panzerfaust” para encontrar otra referencia a la misma altura; por el camino "Total Death" (1996), "Ravishing Grimness" (1999), "Sardonic Wrath" (2004) o "Circle the Wagons" (2010), entre otros, claro que sí, del black al crust y el black 'n' roll porque ellos lo valen y su forma de ciscarse en el fundamentalismo del metal es publicando lo que les venga en gana pero “Old Star” es claro ganador y una auténtica sorpresa para todos aquellos que, respetando a Darkthrone, pensaban que le deben más al pasado que a un presente, por cierto, siempre brillante.

Un poco de doom pero no de una manera demasiado obvia, ralentizan el tempo en la parte central de "I Muffle Your Inner Choir" pero tampoco es algo tan significativo como para teñir todo “Old Star” por completo, todo lo contrario al brioso galope con el que se abre y cierra, con Fenriz desgañitándose sobre una protobatería tan simple pero tan efectiva como la suya. “Old Star” bebe de los setenta pero suena como los ochenta, Ted lo sabe y así ataca “The Hardship of the Scots”, canciones construidas de manera modular; varias partes integradas entorno a una espina dorsal de hard rock o black ‘n’ roll (término que me gusta bastante poco pero que es definitorio de lo que hacen muchas bandas, como cuando Nocturno Culto solea en la segunda canción de “Old Star” y prefiere jugar con ‘bendings’ en lugar del clásico trémolo al que, por otro lado, llevan siendo infieles ya más de veinte años).

Grabado en los estudios caseros de la propia banda, Necrohell 2 Studios, por el propio Ted, aunque mezclado en los Hypercube por Sanford Parker de Voivod y masterizado por Jack Control, sorprende que aquella canción que da nombre al álbum, tenga un comienzo tan poco claro (en contraste con lo directas de "I Muffle Your Inner Choir" y “The Hardship of the Scots”), será la voz (repleta de grano) la que nos conduzce a una segunda parte mucho más resuelta, aunque la sensación siga siendo de transición entre lo escuchado y lo que nos queda de álbum. “Alp Man” no posee grandes pretensiones y parece continuar el álbum allá donde lo dejó “The Hardship of the Scots”, hasta un tercer riff verdaderamente glorioso (2:14) que termina contagiando al resto de minutos de la canción, ahora sí, por todo el doom inglés de los setenta.

“Duke Of Gloat” posiblemente sea lo más parecido a un single que haya publicado Darkthrone en los últimos años, la canción sigue el esquema más clásico de la banda y, aunque predecible, entra como un tiro. El puente es brillante, tanto o más que el disonante solo de Ted y cómo Fenriz le lleva de nuevo al redil de la canción, es algo que se siente escuchando su desarrollo. La reminiscencia a Poe, “The Key is Inside The Wall”, la pesadez de su compás, lo farragoso de la Les Paul de Ted y lo angustioso de su atmósfera contrastan con la subida de revoluciones y su constante templado, sus vaivenes eléctricos y ese riff con el que concluyen un álbum y que parece encontrar su eco en la inicial "I Muffle Your Inner Choir". Un disco que suena como un golpe de aire fresco en su discografía y en el asfixiante, y a veces estanco, mundo del black metal. Si Fenriz y Nocturno Culto han publicado un álbum como “Old Star” es porque aman la música, no lo dudes. Estos cabrones saben lo que se hacen…


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Foto de © Ester Segarra