¡Def Leppard han vuelto! Y así y solo así se entendía la palpable excitación por ver a Leppard en Francia y también se entendía gran parte del paradigma de un grupo que ya no sé qué es lo que tiene que demostrar con una carrera como la suya porque Leppard nunca se han ido, siempre han estado ahí en los buenos y en los malos tiempos pero el titular con el que se anunciaba su presencia en el festival francés es sinónimo del sentimiento de la gran mayoría y es que, aunque no han parado de grabar (buenos y “menos buenos” discos) han recibido una escasa promoción, dando la sensación de que los Leppard, en efecto, habían desaparecido del panorama, además de ello sus escasas giras por el viejo continente (y más en concreto por nuestro país) centrando sus esfuerzos en EEUU y los principales festivales europeos, nos pueden dar una falsa imagen de un grupo que, aunque en estos momentos, no esté atravesando su mejor momento de popularidad sigue siendo uno de los grandes y todo un referente capaz de atraer a suficientes seguidores como para ser cabeza de cartel de cualquier festival.
En esos momentos, uno se da cuenta de varias cosas; la primera, el envidiable estado de forma en el que siguen estando los Leppard, la voz de Elliott suena realmente fantástica, Collen sigue siendo un auténtico animal escénico, Rick Savage posee la misma pose y figura de antaño, Allen sigue siendo un espectáculo en directo y es que hace de su discapacidad una auténtica exhibición golpeando con más rabia y pegada que otros baterías y Vivian, después de emitir el comunicado en el cual anunciaba que estaba recibiendo quimio disipando todo tipo de rumores acerca de su nuevo look, no parará de sonreír y disfrutar de su música y es que así uno entiende que, para Leppard, esta gira es una celebración no sólo de “Hysteria” sino de toda su música, de su carrera. La segunda es la sorpresa por el increíble juego de voces que logran en directo, es sorprendente escuchar exactamente lo mismo que en la habitual sobreproducción de sus discos y ver a todos cantar al unísono, un diez.
El escenario se oscurece y suenan las guitarras de “Women”, escuchar “Hysteria” al completo dos veces (ya que les veríamos también, días más tarde, en Madrid) en menos de una semana es todo un regalo y lo cierto es que “Hysteria” suena, ¡vaya si suena! No sólo no ha perdido vigencia sino que su sonido se ha vuelto atemporal y es capaz de capturar la época en la que fue publicado. “Rocket” nos adentra en el disco ya sin dudas y “Animal” confirma que Leppard también ha entrado en calor, para cuando “Love Bites” suena, ya todo el festival, está viviendo plenamente el concierto. “Pour Some Sugar on Me” convierte el festival en una fiesta con bailoteos y con “Armageddon It” nos metemos en la parte más densa de “Hysteria”, esa con “Gods Of War” o “Run Riot” (que sonó verdaderamente contundente), la homónima o “Love And Affection” dan por terminado la representación en vivo de su disco del 87 pero no de la actuación del festival. “Rock Of Ages” y “Photograph” se encargarán de dejar una sonrisa en Francia con Elliott, Campbell, Collen, Savage y Allen ya sí sudorosos y felices.
Aunque el cabeza de cartel del día ya había terminado, nos quedaba todavía mucho Hellfest, Def Leppard habían confirmado que no se habían ido nunca, que quien tuvo retuvo y lo privilegiados que éramos por poder verles un par de veces en la misma semana. Da igual lo que pase en el futuro, ya no tienen nada que demostrar a nadie y lo saben, grandes.
© 2013 Conde Draco
