Crónica: Mötley Crüe/ Def Leppard (Madrid) 24.06.2023

SETLIST: Wild Side/ Shout at the Devil/ Too Fast for Love/ Don't Go Away Mad (Just Go Away)/ Saints of Los Angeles/ Live Wire/ Looks That Kill/ The Dirt (Est. 1981)/ Rock and Roll, Part 2/ Smokin' in the Boys Room/ Helter Skelter/ Anarchy in the U.K./ Blitzkrieg Bop/ Home Sweet Home/ Dr. Feelgood/ Same Ol' Situation (S.O.S.)/ Girls, Girls, Girls/ Primal Scream/ Kickstart My Heart/

A tenor de la crítica de un medio nacional, es inevitable escribir esta crónica y no reírse a mandíbula batiente, porque acudir a un concierto de Mötley Crüe y calificarlo de chabacano, es como ver una película de Esteso y Pajares, esperando una de arte y ensayo. Y es que todavía no logro entender cómo es posible que un ser humano -que supuestamente ama el rock y le destinan a cubrir semejante evento- acuda a la gira de regreso de los Crüe, tras anunciar su separación en 2017, y no sea capaz de disfrutar de las canciones que han marcado una época. Es cierto que la desbandada de Mick Mars es capaz de amargar el caramelo más dulce, que los que hemos podido disfrutar del cuarteto, ahora tenemos que conformarnos con John 5; un músico técnicamente impecable, pero completamente ajeno a la banda, un mercenario en toda regla que es capaz de montar el teatrillo más absurdo con Marilyn Manson o interpretar de manera robótica canciones de Rob Zombie y ahora, por desgracia, los riffs del propio Mars, no aportando absolutamente nada. Pese a ello y toda la polémica por los pregrabados, creo ser consciente de la importancia de estar asistiendo, en pleno 2023, a una nueva gira de Mötley Crüe, sin caer en la absurda tentación de criticarles por aquello de haber regresado o estar grabando nuevas canciones sin Mick, intentando quedarme con lo bueno; con el hecho, de tener a Vince, Nikki y Tommy enfrente mía interpretando Too Fast for Love o Live Wire, siendo consciente de las limitaciones y todo aquello criticable por ese tipo de personas que preferirían que Crüe nunca hubiese existido o creen que su momento ya pasó, como si ellos hubiesen sido testigos de sus años dorados en California.

Por supuesto que sus años de gloria fueron los ochenta, desde “Too Fast for Love” (1981) a “Dr. Feelgood” (1989) y que lo que ha venido después ha sido el caos, siendo “Saints of Los Angeles” (2008) su mejor obra, con mis disculpas hacia el disfrutable “New Tattoo” (2000), pero eso no quiere decir que verlos sobre las tablas no siga siendo disfrutable; Madrid volvía a acogerles y con razonable puntualidad se subían al escenario, flanqueados por dos bailarinas/coristas (Ariana Rosado y Hannah Sutton) que imagino que serían las mayores quejas de los periodistas más timoratos cuando Crüe desplegó su concierto más contenido y políticamente correcto de todas sus giras. Wilde Side fue un glorioso arranque, mostrando a Vince más en forma que en los últimos años y un Sixx que parece haber pactado con el diablo, nada que objetar cuando puedes elegir entre mirar a John 5 o a Tommy Lee aporreando su batería. Lo siguiente fue un tratado sobre historia del rock, nada más y nada menos que Shout at the Devil y Too Fast for Love a todo volumen, encadenándose con Live Wire y Looks That Kill, con parada incluida en Saints of Los Angeles. El descanso fue con un prescindible solo de John y la consiguiente batería de versiones que conforman el clásico medley, antes de encarar la recta final con Home Sweet Home y la tímida versión de su antigua titty cam, sin mucho interés tanto para él como para el resto y la traca que supone Dr. Feelgood, Same Ol' Situation (S.O.S.), Girls, Girls, Girls y el clásico Kickstart My Heart, quedando Primal Scream en franca desventaja. No es el mejor concierto que he visto, ni siquiera suyo, pero mereció la pena y demostró que, a tenor de los ladridos, siguen cabalgando.

SETLIST:
Take What You Want/ Let's Get Rocked/ Animal/ Foolin'/ Armageddon It/ Kick/ Love Bites/ Promises/ This Guitar/ When Love and Hate Collide/ Rocket/ Bringin' On the Heartbreak/ Switch 625/ Hysteria/ Pour Some Sugar on Me/ Rock of Ages/ Photograph/

Sin embargo, lo de Def Leppard fue arena de otro costal; no porque fuese mejor, sino por distinto. La banda de Elliott atrajo a muchísimo público de otras tierras y demostró su estupenda forma actual con un gran repertorio, a pesar de la deserción de muchos seguidores de Crüe, la ausencia de frescura o la sensación de prestar más atención a su envoltorio más pop que a su faceta más rockera. Nada en contra, por otro lado, cuando suenan Take What You Want, mi favorita Bringin' On the Heartbreak o clásicos como Hysteria y Rock Of Ages. Joe posee la voz, mientras que Savage las formas y Phil Collen la gracia en las seis cuerdas, recibiendo el apoyo de un recuperado Vivian Campbell o el infatigable Rick tras su batería. Los ingleses sonaron bien, con menos potencia que Crüe pero con más definición (dependiendo de la ubicación, claro está) y haciendo gala de sus dobles voces, además de un repertorio sin esa parte central que mató la experiencia de la actuación de Neil, Sixx y Tommy con sus versiones. Love Bites arrancó la inevitable marea de luces de móviles, como la pegadiza Let's Get Rocked los selfies, mientras que el azúcar llegó con Pour Some Sugar on Me y Photograph como previsible cierre de una gira muy similar a las tres anteriores, sin grandes sobresaltos.

¿Con cuál me quedo, Mötley Crüe o Def Leppard? Imposible elegir entre papá y mamá, fue una noche estupenda en la que, a excepción de los mismos de siempre, no creo que nadie fuese allí a juzgar si Neil está en su mejor momento, si Elliott alcanza las mismas notas de siempre o quién es mejor o peor batería, no se buscó la perfección sino la emoción de una gira que, ya pareciendo improbable en pleno 2023, se perfila como auténticamente imposible dentro de unos años cuando no hay reemplazo para ninguna de las dos formaciones.

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