Concierto: Serrat y Sabina 19.09.2012 (Madrid)

SETLIST: Ocupen su localidad-Hoy puede ser un gran día/ Acuérdate De Mí/ Algo personal/ Y sin embargo/ La Orquesta Del Titanic/ De Cartón Piedra/ Yo me bajo en Atocha/ 19 días y 500 noches/ Cuenta Conmigo/ Eclipse de mar/ Mediterráneo/ Señora/  Por el bulevar de los sueños rotos/ Princesa/ Una Canción Para Magdalena/ Tu nombre me sabe a yerba/ Martínez/ La del pirata cojo/ Esos Locos Bajitos/ Más de cien mentiras/ Hoy Por Ti, Mañana Por Mí/ Tan Joven Y Tan Viejo/ Para la libertad/ Contigo/ Cantares/ Aquellas pequeñas cosas/ Noche de bodas/ Y Nos Dieron Las Diez/ Despedida/Que Se Llama Soledad/ Fiesta/

Hay que ser muy cafre para ir a ver a Serrat y Sabina pensando en su último disco, "La Orquesta del Titanic" (2012), porque, si bien no es su mejor disco, sí que es un esfuerzo muy digno de ofrecernos algo diferente y tiene valor que después de tantos años, sabiendo que el público quiere volver a verles juntos, no se limiten a deshojar sus éxitos sino que,  creativamente hablando, siguen igual de vivos y con las mismas ganas e ilusión de hace diez o veinte años. Además, el concepto no deja de estar acertado ya que, como ya sabrán ustedes, la orquesta del Titanic fueron aquellos que, mientras el barco se hundía, seguían tocando sin importarles lo que ocurriese a su alrededor y es verdad que Serrat y Sabina parecen aquellos músicos porque con la que está cayendo es de agradecer que ellos sigan regalándonos sus canciones en directo. ¿No es verdad que, el que más y el que menos, se olvidó un poquito de todo lo que le agobia viéndoles sobre el escenario? Llenar dos días seguidos el Palacio de los Deportes es todo un logro, congregar a chavales, adolescentes, jóvenes, padres y abuelos es un lujo tan sólo al alcance de los más grandes. ¿Qué puede haber más bonito que ver cómo miles de personas cantan tus canciones sin importar la edad, sexo, raza o religión? Es cierto que en España los queremos pero hablamos de dos artistas que cuando acuden a Sudamérica son capaces de reventar cualquier recinto y ser reverenciados como lo que son.

La última vez que vi a Sabina en directo me llevé a mi casa una sensación agridulce, estaba presentando  "Vinagre y Rosas" (2009) y aunque el disco me gustaba (y me sigue gustando), Joaquín, nuestro Joaquín, parecía cansado y sin ganas, triste y con un humor tan desapacible como el de la capital pero esta vez la cosa iba a ser muy distinta y según tomaron el escenario después de una simpática introducción, creo que todos nos dimos cuenta que a Sabina le hace falta Serrat al lado para superar los malos tiempos, es difícil explicar con palabras la química que transmiten y si a Serrat (ligeramente afónico en su primera noche madrileña) le viene bien el socarrón sentido del humor de Sabina, a éste le viene bien la tranquilidad y apacible humor del catalán. 

"Ocupen su localidad" mezclada con "Hoy puede ser un gran día" y una inyección de optimismo y buen humor para todos los que estamos allí. "Si la rutina te aplasta, dile que ya basta de mediocridad. Hoy puede ser un gran día date una oportunidad. Hoy puede ser un gran día imposible de recuperar, un ejemplar único, no lo dejes escapar" Miles de gargantas la cantan mientras Serrat se ocupa de sus estrofas y las entremezcla con las de Sabina. Éste está exultante, sonríe, baila y aplaude, es una maravilla verles juntos, saben que lo necesitábamos. "Acuérdate de mí" del nuevo disco templa los ánimos mientras que "Algo personal" me devuelve a mis más tierna infancia cuando mi madre ponía sus cintas de Serrat a todo trapo en mi casa (¡mil gracia, Mamá!) "Y sin embargo" suelta los primeros suspiros entre el público, comienza Serrat y en la siguiente estrofa se arranca Sabina, es curioso el ejercicio de verles alternarse en sus propias canciones. Los temas de Sabina suenan sensibles e íntimos en Serrat y los de éste en la ronca garganta del de Úbeda suenan más simpáticos sin llegar a destripar la emotividad de éstos.

"La Orquesta del Titanic" suena mejor en directo que en disco, tiene más pegada y se aleja de la languidez del álbum pero, claro, le sigue "De cartón piedra" (magníficamente interpretada, casi teatral, por Sabina) y las comparaciones son odiosas, los arreglos y los músicos que les acompañan (viejos conocidos nuestros, como Panchito) suenan compactos, brillantes...  El primer guiño, uno de muchos ya que según Joaquín; "tocar en Madrid no es hacerlo en cualquier sitio", viene con "Yo me bajo en Atocha" y es aquí cuando ya está todo vendido y nos han hecho suyos, ya no hace falta que sigan, ya nos han tocado y nos tienen ganados porque, permítanme que me entre cierto orgullo, pero Madrid (a pesar de sus fríos inviernos, calurosos veranos y nuestro seco carácter) es una ciudad amable y agradecida que acoge a cualquiera y para ser madrileño lo único que hay que hacer es quererlo o cantarlo como hace Sabina. "19 días y 500 noches" y vuelve a estallar un clamor, una rumba animada y de vuelta al Titanic con "Cuenta conmigo" con aires de bolero.

¿Qué extraño resulta escuchar a Serrat cantando "Eclipse de Mar"? Y más después de escucharle bromear sobre la desordenada vida de Sabina que acababa de dejar el ambiente más que caldeado. Los constantes chistes e introducciones allanan el camino entre canción y canción, amenizan la espera, enganchan y además tienen el valor de bromear y dejar los nacionalismos y las independencias como lo que son. Un catalán y un madrileño de Úbeda bromeando y tomándose el pelo, dejando cualquier tontería de lado, dándonos a todos una clase y haciéndonos ver que son amigos de verdad sin importar nada. Suena el compás del "Take Five" de Dave Brubeck y Serrat vuelve a darnos en el corazón con "Mediterráneo" (¿la mejor canción jamás escrita?) tan bonita que todo el que la escucha desearía haber nacido en el Mediterráneo; "Yo, que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno, que han vertido en ti cien pueblos de Algeciras a Estambul, para que pintes de azul sus largas noches de invierno" Cuando Sabina sale, después de "Mediterráneo", todos nos reímos porque tiene razón; "Hay que ser cabrón para hacerme salir después de tocar una canción así".

"Señora" por Sabina y un recuerdo a Chavela en "Por el bulevar de los sueños rotos" (curioso haberla escuchado en poco tiempo por Los Secretos y ahora por Joaquín), con "Princesa" anima aún más el concierto y hace que la gente abandone sus asientos y salten tomando la pista. Cada vez que Sabina se anima se lleva consigo a todos "Una Canción Para La Magdalena" es cantada por Serrat que, de nuevo, vuelve a darle una dimensión diferente de la original lo que provoca los chistes de Sabina sobre su forma de interpretar y el por qué ha elegido una canción que dice; "Y, si la Magdalena pide un trago, tú la invitas a cien" si él, siendo catalán no estaría de acuerdo en eso de invitar.

"Tu nombre me sabe a yerba" con Sabina bailando claqué, "Martínez" y el escenario al rojo vivo con "La del pirata cojo" y los dos amigos turnándose los oficios de las estrofas. "Esos Locos Bajitos" de "En tránsito" (1981) del que todavía recuerdo su portada, cuya cinta guardaba mi madre en un cajón de nuestra casa, lagrimones de todos aquellos que crecimos con ella y, por suerte, nos salva de este ataque emocional Sabina con "Más de cien mentiras" y  la suave "Hoy Por Ti, Mañana Por Mí" que interpretan los dos como si fuese "Your Mother Should Know", bajando por la escalinata del imponente escenario de esta gira.

"Tan Joven Y Tan Viejo" llena de antiguas fotos de ambos (de los tiempos de Sabina en Londres y Serrat jovencito, jovencísimo) y la subida de energía que es "Para la libertad" (quizá una de mis canciones favoritas) que suena tan actual que asusta pero es en estos tiempos cuando cobra más sentido. ¿Tanto ha cambiado todo desde su última gira en la cual la cantaron con la misma energía? Me temo que sí. Qué bonito escribía Miguel Hernández, ¿verdad?

"Contigo" y todo el mundo de pie para enlazar con "Cantares" de Machado y esos versos que todo el mundo siguió: "Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre el mar. Nunca persequí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón" y ese estribillo que de verdad resonó en todo Madrid; "Golpe a golpe, verso a verso..." Pero esto no ha acabado y "Aquellas pequeñas cosas"  nos encoge el corazón porque es verdad "que nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve" y la oscuridad nos sirvió durante el concierto para hacerlo con disimulo. "Noche de bodas" y "Nos dieron las Diez" aligeran la carga emocional para esa montaña rusa que es la despedida. Los segundos bises y "Que se llama Soledad" pero el concierto no acaba (y todos los sabemos) hasta que, con casi todas las luces encendidas, el grupo arranca "Fiesta", "Y hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha. Juntos los encuentra el sol a la sombra de un farol empapados en alcohol magreando a una muchacha" y ese estallido de júbilo con "Vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabó la fiesta"

Se despiden y atrás quedan sus canciones, esas que todavía suenan como si hubiesen sido escritas anteayer pero cuyo mérito, aparte de la pluma, reside en haber sido escritas y cantadas en años en los que había que tener mucho valor e ingenio para hacerlo. Todos abandonamos nuestros asientos con la resaca a cuestas, vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas, la zorra pobre vuelve al portal, la zorra rica vuelve al rosal y el avaro a las divisas. Se acabó, el sol nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó que cada uno es cada cual, pero qué cierto que es...

© 2012 J.Cano
Dedicado a mi madre y  a mi abuelo